Profesor de la Academia de Ingenieros de Alcalá de Henares, Brigadier del Ejército.
Promoción: Academia de Matemáticas de Barcelona
Número de escalafón: 712 de Barcelona. (008 por orden alfabético).
Número de promoción: ---
(NOTA: La presente biografía está copiada de la escrita por Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño en la web de la Real Academia de la Historia, complementada por el webmaster con los aspectos biográficos escritos por José Ignacio Martín Benito en su obra citada).
Julián Albo Helguero nació en Limpias, provincia de Santander, el 19 de febrero de 1771. Ingresó en el Cuerpo de Ingenieros como Ingeniero ayudante, en marzo de 1792, después de aprobar el examen correspondiente con 19 años. Había servido anteriormente como subteniente de Infantería en el Regimiento de Sevilla, con el que tomó parte en la defensa de Ceuta durante la guerra con Marruecos de 1790-91.
Durante la Guerra del Rosellón intervino en numerosas acciones, como los trabajos en la vanguardia para facilitar el paso del ejército, trabajos de fortificación de campaña en el campo de Pontellac, en las líneas defensivas de Boulon y de Plá del Rey, y, finalmente, en la defensa del campo citado de Boulon. En enero de 1794 se encargó de las obras de defensa de Bellagarde, cayendo prisionero de los franceses. Durante la defensa se le confió la misión de destruir un puente de mampostería bajo fuego enemigo, lo que realizaría con éxito. Por esta acción, junto a las anteriores, se le concedió el ascenso a capitán del Ejército en 1795, con 24 años, según propuesta del entonces Ingeniero General, D. Francisco Sabatini.
En 1798 se encontraba en Cádiz, donde realiza diversos planos, como el "Plano de la parte del Ysmo de Cádiz, que por haver destruido el retamar, experimenta en el día el mayor daño de las arenas volanderas". En ese mismo año se encargaba de las mediciones y levantamiento del plano de los terrenos cedidos para la construcción de un Molino de Mareas (llamado Río Arillo) en la provincia de Cádiz. Un año después fue nombrado Ingeniero extraordinario, siendo trasladado del reino de Andalucía al de Castilla la Vieja.
La desconfianza mutua en las relaciones hispano-portuguesas a lo largo del siglo XVIII llevó al gobierno español a encargar a sus ingenieros militares la elaboración de planos, proyectos, reconocimientos y descripciones en relación con la defensa de la frontera y de sus principales plazas y puestos más destacados. La frontera entre Galicia y Extremadura, perteneciente a la capitanía general de Castilla la Vieja, fue objeto de numerosos trabajos. Uno de ellos fue el informe sobre la frontera hispano-portuguesa realizado por los ingenieros Florián Gerig y Julián Albo por una Real Orden de 3 de septiembre de 1800.
En tal cometido, elaboraron sendos mapas militares de la frontera con Portugal, correspondiente a la parte entre Galicia y Extremadura. En paralelo redactaron al menos dos informes derivados del reconocimiento que hicieron del terreno y de los caminos próximos a la frontera portuguesa. Los informes, firmados en Zamora, estaban concluidos el 4 de noviembre, seis meses antes de la llamada “Guerra de las naranjas” contra Portugal, cuya campaña se desarrolló entre mayo y junio de 1801.
En el primero de ellos, redactado siguiendo las instrucciones del capitán general de Castilla la Vieja e Ingeniero General de los Reales Ejércitos, don José de Urrutia y de Las Casas, Gerig y Albo describieron los caminos de Zamora a Ciudad Rodrigo y de esta ciudad al puerto de Perales, en Extremadura, y al Fuerte de la Concepción, en Aldea del Obispo; también se centraron en las rutas de la raya de Portugal, desde Valverde hasta el Fuerte de la Concepción y San Felices de los Gallegos. El objetivo era recabar información para un posible tránsito del ejército, tanto en lo relativo a la tropa como al tren de artillería. De ahí que en la descripción se deje constancia del paisaje, tipo de terreno, estado de los caminos, tiempo invertido en recorrer las etapas de cada ruta, número de las casas que componen las poblaciones o lugares que atraviesa, etc.
Entre 1804 y 1808, con el empleo de Sargento Mayor, estuvo destinado como profesor en la Academia de Ingenieros de Alcalá de Henares, encargado de redactar los tratados militares y de Fortificación. Según el informe de Antonio Sangenís al Jefe de Estudios, coronel Cabrer Rodríguez, de agosto de 1807, Albo Helguero “escribe sobre la fortificación y ha terminado el discurso preliminar sobre el origen y necesidades de su existencia, así como las definiciones y nociones sobre la planta y perfiles”.
En mayo de 1808, con 37 años, fue el oficial instigador del primer grupo de la “Fuga de los Zapadores” que abandonaban Alcalá, pero, en el último momento, no se presentó y el Sargento Mayor José Veguer ocupó su lugar al mando. A primeros de junio fue nombrado juez instructor de la "Sumaria sobre los hechos sucedidos el 25 de mayo de 1808".
Julián Albo escapó de Alcalá de Henares días después y acabó siendo nombrado Cuartel Maestre en la División de Calatayud, siendo Teniente coronel de Ingenieros. En este puesto Albo realizó un reconocimiento el 24 de junio de 1808 en las cercanías de Épila (Zaragoza), siendo hecho prisionero por los franceses. Albo consiguió escapar y en septiembre llegó a Laredo. En octubre de ese mismo año de 1808, fue reconocido como coronel del 2º Regimiento Cántabro y, posteriormente, como comandante de Ingenieros de la 2ª División y cuartel maestre de la misma. Realizó el plan de defensa de Cantabria, con el proyecto para fortificar la posición de Santoña. Al determinarse la retirada del Ejército llamado “de la Izquierda”, siguió las vicisitudes del mismo, señalando al general en jefe las posiciones que debían ser ocupadas para garantizar el citado movimiento retrógrado.
Al mando de 600 hombres, contuvo a más de 4.000 franceses durante tres días en el valle de Cabuérniga, hasta que se le ordenó que entregara la tropa del Regimiento Cantabria al coronel Porlier. El 14 de noviembre de 1808, pasó a las inmediatas órdenes del teniente general, marqués de Llano Ponte, con objeto de reconocer y señalar varios puntos de defensa, hallándose en la defensa de Comillas en la que fueron rechazados los franceses y donde se distinguió por su valor y trabajos facultativos. El 17 de mayo de 1809 el marqués de la Romana le ordenaó que pasara a prestar sus servicios en el Cuartel General de Oviedo. El 28 de febrero de 1810, el capitán general del Principado de Asturias, D. Antonio de Arce, promovió a Albo, como recompensa a sus servicios, al empleo de brigadier de los Reales Ejércitos. Tenía 39 años.
El 15 de abril de 1810, Albo se presentó en la Plaza de Badajoz, recomendado por el Conde de Villanueva de la Barca, afirmando que se hallaba «con el carácter de Brigadier», pero los superiores del Cuerpo de Ingenieros desconfiaban de él a tenor de los escritos citados a continuación.
El mariscal de campo don Antonio Samper, en escrito que figura en el historial de D. Julián Albo (AGMSG), el 4 de abril de 1810 consideraba: «…que no es propio ni acertado se emplee como Ingeniero interin no acredite sus graduaciones y patriotismo…».
En la Isla del León (Cádiz), el Director Subinspector de Ingenieros don Manuel Pueyo y Díaz, que había sido director de la Academia de Ingenieros de Alcalá de Henares y jefe de Albo cuando éste estuvo allí destinado, en escrito de 4 de mayo de la misma procedencia que el anterior opinaba lo que Samper en los siguientes términos: «…El Cte. General de aquel exército (Extremadura) y Provincia Conde de Villanueva de la Barca, le previno de oficio emplease a D. Julián Albo en las fortificaciones de la Plaza de Badajoz y sus exteriores y en su cumplimiento le encargó el Detall de ellas. Bajo éstos antecedentes he creído oportuno exponer a V.E. no me parece propio ni acertado que dicho oficial se le emplee en la clase de Ingeniero…» (AGMSG)
El 15 de mayo de 1810 le otorgaron en la isla de León, Cádiz, el grado de Coronel de Infantería con antigüedad de 1 de octubre de 1808.
En enero de 1811, el general Gabriel Mendizábal nombró a Julián Albo comandante del batallón del Real Cuerpo de Ingenieros de Badajoz. Durante la defensa del sitio de la plaza, en el que ejerció el cargo de Director de Ingenieros, cumplió los 40 años. El 10 de marzo de 1811, durante la rendición de la plaza, emitió el informe preceptivo sobre el estado de las fortificaciones para la capitulación y, posteriormente, marchó entre los prisioneros hechos por los franceses en la plaza.
En octubre del mismo año fue nombrado jefe de Batallón de la Academia Militar de Ingenieros creada por el rey José I, nombramiento que fue publicado en la Gaceta n.º 314 de Madrid de fecha 10 de noviembre de 1811 y por el que tuvo que prestar juramento de fidelidad al rey José I, el "rey intruso". Poco después tuvo parte activa en la defensa que hicieron los franceses de la ciudad de Cuenca, cuando fue atacada por el Mariscal de Campo Juan Martín Díaz, el Empecinado, el 9 de mayo de 1812.
No sabemos las circunstancias por las que pasó de nuevo a las filas nacionales, pero a finales de 1812 Julián Albo residía nuevamente en la plaza de Badajoz. Fue entonces cuando desde Cádiz solicitaron su traslado para ponerse a disposición del Consejo de Guerra de Oficiales Generales para declarar en la causa formada por la rendición de la Plaza de Badajoz y en la averiguación de la conducta mantenida por el coronel «durante el tiempo que permaneció en país ocupado por los enemigos…». En la causa quedaron probados su juramente al rey francés y su participación en la defensa de Cuenca, por lo que, pese a concedérsele el indulto comprendido en el Decreto de 24 de mayo de 1812, el Consejo Supremo de Guerra le declaró definitivamente separado del Real Servicio le retiraró los correspondientes despachos el 21 de abril de 1816, con 45 años.
El 27 de febrero de 1813 Julián Albo estaba preso en Cádiz en tales condiciones que el Presidente del Consejo solicitó: «…que se le socorriera para que pudiera subsistir…».
En diciembre de 1817 solicitó al Capitán General de Castilla que conservaran para su mujer e hijos los beneficios del Montepío y afirmaba «…se halla privado de dicho empleo, de resultas de la causa que se formó por su error de entendimiento en las fatales pasadas circunstancias…» (A. G. M. SG, Historial Militar).
En 1820, con 49 años, Albo solicitó, en consideración a los buenos servicios prestados, se le concediese la graduación de coronel retirado y agregación a la plaza de Santander, presentando, al mismo tiempo, una memoria sobre el modo de constituir la Infantería sobre bases sólidas y análogas a la constitución política de la Monarquía. Desgraciadamente, no tenemos más noticias de él.
Biografía de Julio Albo Helguero en la Real Academia de la Historia, escrita por Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño.
Horacio Capel y siete más. "Los Ingenieros Militares en España (Siglo XVIII). Repertorio biográfico e inventario de su labor científica y espacial. Universidad de Barcelona". Barcelona, 1983.
Juan Carrillo de Albornoz. "Los directores de la Real Academia de Matemáticas de Barcelona". Memorial de Ingenieros núm. 69. (Madrid, diciembre de 2003).
José Ignacio Martín Benito. "El informe de los ingenieros Florian Reig y Julián Albo". Brigecio, 26 (2016), pp 97-126 - ISSN: 1697 - 5804.