Teniente General procedente de Ingenieros. Director Subinspector del Cuerpo de Ingenieros.

Promoción: Academia de Matemáticas de Barcelona
Número de escalafón: 607 de Barcelona. (123 por orden alfabético).
Número de promoción: ---

    (NOTA: La presente biografía está copiada de la escrita por Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño en la web de la Real Academia de la Historia, complementada por el webmaster).

Nació el 12 de diciembre de 1758 en Madrid, hijo del también teniente general y director del Cuerpo de Ingenieros, Carlos Cabrer Suñer. Entró a servir en el Ejército con 17 años en enero de 1776 como cadete de la Compañía Fija de la plaza de Rosas. En calidad de tal, ingresó ese mismo año en la Real Academia de Matemáticas de Barcelona, de donde salió en 1778 con 20 años con la calificación de “sobresaliente” en Matemáticas y Dibujo. Una vez terminados sus estudios reglamentarios, ingresó el 29 de julio de 1778 en el Cuerpo de Ingenieros como subteniente y ayudante, con destino a la Comandancia del citado Cuerpo en Cataluña.



Teniente general don Carlos Cabrer Rodríguez.

Entre los años de 1778 y 1792, llevó a cabo gran número de trabajos facultativos y técnicos, fundamentalmente en la Ciudad Condal. En Barcelona realizó numerosos planos y la dirección de obras del Teatro de Santa Cruz (más tarde Teatro Principal), el dragado del puerto, un cuartel nuevo de atarazanas, la restauración de la ciudadela y el castillo de Montjuic, y, finalmente, el ensanche y trazado de nuevas calles de la Barceloneta. También fue profesor de la Real y Militar Academia de Matemáticas de Barcelona a partir del 27 de febrero de 1790, cargo en el que permaneció dos años, sin perjuicio de sus trabajos en la Ciudad Condal. Posteriormente, en otras localidades catalanas llevó a cabo numerosas obras de gran interés, como la continuación de construcciones auxiliares en el castillo de San Fernando de Figueras (Gerona), el proyecto de ampliación y ensanche de la villa de Olot, planos y ejecución del camino de esta villa hasta la frontera con Francia por dos itinerarios diferentes y la reparación del puente sobre el río Noguera Pallaresa.

Promovido a capitán de Infantería e ingeniero ordinario en diciembre de 1791 con 32 años, el 21 de agosto de 1792 fue destinado a Santa Fe de Bogotá, “capital del Nuevo Reino de Granada” (Colombia), donde, de igual forma que en Cataluña, realizó una importante labor facultativa. En este sentido, hay que destacar la renovación del puente sobre el río Bogotá, donde sustituyó un arco sin interrumpir el paso sobre el mismo; proyecto y ejecución de varios caminos (Cabrer, en su explicación de su plano de 1797 de la ciudad de Santa Fe y sus inmediaciones, da “noticia de los caminos” que parten de la ciudad), la Real Aduana, Casa de Correos (1794, edificio de dos plantas con cubierta a dos aguas, en el cual se distribuyen las distintas oficinas), el puente del Topo y varios cuarteles; planos de demarcación de Corregimientos y Gobernaciones nuevamente creadas; y, finalmente, una carta esférica del Nuevo Reino de Granada.

Ascendió a teniente coronel de Ingenieros el 26 de mayo de 1800. Tenía 41 años.

El último proyecto conocido del palacio de los Virreyes con los planos y presupuesto lleva la fecha de 31 de enero de 1803 y es de autor desconocido, aunque se le atribuye al ingeniero militar Cabrer, en esa fecha residente en Santa Fe. Consta de un magnífico alzado con cuerpo central de seis columnas en su primera planta, rematado por otra planta superior asimismo con columnas, la planta baja provista de almohadillado horizontal da realce a los cuerpos superiores. Los dos laterales guardan equilibrio arquitectónico con el cuerpo central y en toda la importante fachada los huecos están enmarcados y adintelados de forma espectacular, provistos de rejería y antepechos.

De vuelta a la Península, el 3 de julio de 1804 desembarcó en La Coruña, siendo destinado a la Dirección de Ingenieros de Aragón y en noviembre del mismo año se le nombró Director de Estudios de la Academia de Ingenieros en Alcalá de Henares, en la que aplicaba un nuevo plan de enseñanza. Fue promovido a coronel el 20 de marzo de 1806, con 47 años.

En el periodo en el que fue Jefe de Estudios de la Academia de Ingenieros de Alcalá de Henares (1804-1808), formó el nuevo plan de enseñanza de la misma, estableciendo que a los alumnos de la antigua Academia de Zamora se le impartieran las matemáticas necesarias a un oficial del ejército, y a aquellos provenientes de la misma que deseasen continuar sus estudios en la de Alcalá, “los principios necesarios para emprender por sí, la vasta ciencia del ingeniero”. Además, nombró una comisión de oficiales del Cuerpo, que bajo su dirección debían escribir los diferentes tratados necesarios para la buena formación de los subtenientes alumnos. Él mismo escribió tratados de Aritmética, Geometría especulativa, Fortificación, Cosmografía y Estática.

En su destino en la Academia le sorprendieron los sucesos del 2 de mayo de 1808 en Madrid, y en julio de ese mismo año dejó Alcalá (por disolución de la Academia) para incorporarse al Ejército de Valencia. En dicho ejército se le nombró comandante general de Ingenieros con el encargo de reconocer el desfiladero de las Cabrillas y el sector del río Cabriel, de los que levantó un plano, formando además un plan de defensa. Posteriormente se encargó de fortificar el puente de Alcira con el fin de estorbar al general francés Monçey en su retirada, al tiempo que levantaba planos y realizaba nuevos planes de defensa. Siguiendo a su ejército, levantó planos de gran parte de La Mancha y de Murcia, entró en Madrid y, ya de retirada, participó en la batalla de Tudela (había ascendido a brigadier del Ejército el 23 de septiembre de ese año de 1808, con 49 años), donde al mando de un batallón resistió al enemigo hasta que se le ordenó el repliegue, permitiendo la retirada ordenada del grueso de las tropas, siguiendo posteriormente por las provincias de Zaragoza, Guadalajara y Madrid hasta Cuenca.

Destinado al Ejército de Aragón el 29 de mayo de 1809, participó como comandante general de Ingenieros con el general Blake en las batallas de María y Belchite los días 16 y 19 de junio de 1809, realizó obras de fortificación en Hostalric, donde proyectó un campo atrincherado para el citado castillo, realizó reparos para la habilitación de la plaza de Tortosa y dirección de la defensa de Tarragona y, finalmente, tomó parte en el socorro a Gerona sitiada por las tropas francesas.

El 25 de enero de 1810 regresó al Ejército de Valencia, levantando en esa plaza un plano del contramuelle, formando y ejecutando finalmente otro campo atrincherado integrado en el plan de defensa consiguiente. El citado plan impidió al general Suchet tomar la plaza a principios de 1810 y, cuando en 1811 comenzaba el bloqueo formal de la ciudad, obligó a los franceses a “abrir la trinchera” y a emplear a sus zapadores como si las obras realizadas bajo la dirección del entonces mariscal de campo Cabrer (10 de mayo de 1810, con 51 años), fuesen las propias de una fortificación permanente, en vez de campaña como en realidad lo eran. Para la ejecución de las obras de fortificación formó cuatro compañías de Zapadores con las que realizó los trabajos necesarios para el mantenimiento de la defensa, en estos últimos casos como comandante general de Ingenieros del Ejército de Cataluña.

Participó, igualmente, en la defensa de Tarragona, desde el 5 de mayo hasta el 29 de junio de 1811. Al capitular la plaza, cayó prisionero de los franceses, siendo tratado con gran y extremo rigor, poco usado con los prisioneros de guerra, ya que pasó los tres primeros meses de cautiverio en España de castillo en castillo, y cuando fue conducido a Francia se le trasladó con gran frecuencia de un depósito a otro, terminando confinado en la plaza de Landau sobre el Rin, en la que estuvo incomunicado casi dos años.

En mayo de 1814 fue liberado y, al presentarse en España, se le nombró el 29 de julio, después de “justificar su conducta militar y política”, vocal de la Junta Superior del Cuerpo de Ingenieros. En noviembre de ese mismo año (1814), fue destinado como director y jefe del Establecimiento (Academia de Ingenieros y Regimiento de Zapadores-Minadores) de Alcalá de Henares. En el transcurso de los “Cien Días” (del 20 de marzo de 1815, fecha de la entrada de Napoleón en París, al 28 de junio de ese mismo año, fecha de la segunda restauración borbónica en la persona de Luis XVIII como rey de Francia), sirvió en el ejército de los Pirineos Orientales, mandado por el general Castaños, como comandante general de Ingenieros.

Por sus grandes conocimientos y experiencia de los reinos de América se le designó vocal de la Junta Militar de Indias. Fue promovido a teniente general el 14 de octubre de 1816 con 58 años, y en ese mismo año recibió la Gran Cruz de San Hermenegildo y fue nombrado vocal de la Junta de Educación Física. En marzo de 1818 tenía como nuevo destino, el de Ingeniero Director Subinspector del Reino de Valencia, pasando al siguiente año a petición propia, a la situación “de cuartel” en la citada provincia, en la que permaneció hasta su fallecimiento, ocurrido el 1 de diciembre de 1843, con casi 85 años.