Director de la Academia de Ingenieros de Alcalá de Henares. Maeriscal de campo procedente de Ingenieros.

Promoción: Academia de Matemáticas de Barcelona
Número de escalafón: 213 de Barcelona. (607 por orden alfabético).
Número de promoción: ---

    (NOTA: La presente biografía está copiada de la escrita por Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño en la web de la Real Academia de la Historia, complementada por el webmaster en mínimos detalles).

Manuel Pueyo y Díaz nació en Brozas, Cáceres, el 2 de enero de 1753. Fue nombrado cadete del Regimiento de Caballería Farnesio el 21 de julio de 1772, con 19 años. Ingresó en el Cuerpo de Ingenieros como subteniente de Infantería e Ingeniero ayudante el 26 de enero de 1774, con 21 años, una vez terminados los estudios reglamentarios en la Real Academia de Matemáticas de Barcelona y haber aprobado el examen de suficiencia en Madrid.

Su primer destino fue al Principado de Cataluña en la plaza de Figueras, donde estuvo trabajando en las obras de construcción del castillo de San Fernando y posteriormente en las plazas de Gerona y de Rosas. En febrero de 1777 fue destinado a Palma de Mallorca, levantando en 1783 el Plano general de la isla de Menorca. Permaneció en la citada isla hasta el 11 de junio de 1786 en que fue nombrado Ingeniero extraordinario con 33 años, debiendo sustituir a Gerónimo de la Rocha en las Provincias Internas de Nueva España. Llegó a México (Veracruz) poco después de la muerte de su cuñado, el oidor de la Audiencia de México, Ruperto Loyando.

En 1787 solicitó autorización para volver a la Península con licencia por enfermedad, lo que que se le concedió. En mayo de ese mismo año llegó a Cádiz, obteniendo su ascenso a capitán el 5 de enero de 1788, con 35 años recién cumplidos. Pasó posterior y sucesivamente por las comandancias de Ingenieros de Extremadura, Aragón y Palma de Mallorca, hasta octubre de 1790 en que fue destinado a Orán, sufriendo el terremoto del 9 de octubre de ese año que asoló la ciudad y participando, más tarde en su defensa. Estuvo en dicha plaza hasta 1792, año en el que el citado presidio fue entregado a la Regencia de Argel, organizando, antes de la citada entrega, la voladura de todo el sistema de minas construidas por los Ingenieros españoles la conquista de la plaza, mérito por el que fue ascendido a teniente coronel de Infantería (los oficiales de Ingenieros y Artillería podían ascender en tres escalas: la de su Cuerpo, por antigüedad, y por méritos en las de grado del Ejército y efectivo en el mismo) el 5 de octubre de ese año. Tenía 39 años.

Después de abandonar Orán se le envió nuevamente a Mallorca, siendo promovido a teniente coronel de Ingenieros por antigüedad el 1 de abril de 1797. Pasó al año siguiente a la isla de Menorca, donde estuvo dirigiendo la construcción del nuevo lazareto, permaneciendo en la isla hasta la ocupación de ésta por los ingleses en noviembre de 1798. Como consecuencia de estos hechos (al igual que toda la guarnición, por haber capitulado) fue declarado “suspenso de empleo” por dos años.

En 1802 solicitó ayuda a S.M. para la subsistencia de su familia (casado y con cuatro hijos menores de siete años) y recobro de su salud, la continuación del sueldo y “al mismo tiempo el pasar a establecerse en Zaragoza durante la expresada suspensión para combalecer de la penosa y larga enfermedad que en los arrestos ha padecido”.

En 1804 volvió al servicio, siendo destinado a la Dirección de Ingenieros del Reino de Aragón. Promovido a coronel de Ingenieros el 25 de junio de ese año, cuando contaba con 51 años, el 30 de octubre se le designó como coronel jefe del Regimiento de Zapadores-Minadores, lo que significaba también el mando de la Academia de Ingenieros del Ejército, situadas ambas instituciones en la ciudad de Alcalá de Henares. Para descargarle de parte de sus responsabilidades, se nombró jefe de estudios de la Academia al coronel de Ingenieros Pedro Giraldo de Chaves, dependiendo ambos del subinspector de Ingenieros, brigadier Miguel Hermosilla.

Pocos días después de iniciarse la Guerra de la Independencia, el 24 de mayo de 1808 los oficiales, alumnos y tropa del Regimiento y de la Academia protagonizaban un episodio conocido como la "Fuga de los Zapadores”. El día citado, en correcta formación con la bandera desplegada y a tambor batiente, la unidad salió de Alcalá, llegando a Valencia después de diversas vicisitudes el 7 de junio. El día anterior a su salida, una comisión de oficiales visitó al coronel Pueyo, quien, aunque no desaprobando la marcha, declinó realizarla con los “sublevados”, aludiendo problemas de salud. Sin embargo, no permaneció mucho tiempo indeciso, de forma que el 6 de junio de ese año abandonó Alcalá para incorporarse al Ejército de Aragón, con el que participó en la batalla de Épila, pasando a continuación a Zaragoza, entrando en la ciudad el 9 de julio de 1808. En este último movimiento del ejército citado, el general Palafox le confió el mando de la vanguardia y la acción de cubrir el paso del río Ebro en las inmediaciones del enemigo. Participó Pueyo en los dos sitios de Zaragoza, formando parte del Cuartel General de Palafox, hasta la capitulación de la plaza el 21 de febrero de 1809, en cuyo momento cayó prisionero de los franceses. Tenía 56 años.

Manuel Pueyo permaneció en Zaragoza por encontrarse enfermo y, habiendo conseguido fugarse posteriormente, se presentó en Teruel al gobernador de la plaza en noviembre de 1809. A continuación, marchó a Sevilla, donde la Junta Central le ascendió a brigadier del Ejército, destinándole como director subinspector de Extremadura. Allí dirigió los trabajos de defensa de Badajoz, participando en varias salidas contra el ejército sitiador hasta que, por orden del general Mendizábal, pasó al 5º Ejército como comandante general de Ingenieros, participando con dicho ejército en la batalla de Albuera el 16 de mayo de 1811. En febrero de 1813 era destinado a Cádiz como director de Ingenieros de la plaza, de donde pasó a Madrid en agosto de 1814 como subinspector de la Academia Especial de Ingenieros y del Regimiento de Zapadores-Minadores. Promovido el 30 de mayo de 1815 a mariscal de campo del Ejército con 62 años, el general Blake, a la sazón Ingeniero General, le encomendó la reorganización de los seis batallones de Zapadores que habían realizado la campaña contra los franceses.

En 1818 se le designó Director subinspector de Ingenieros de Cataluña. Restablecida la Constitución en 1820, fue nombrado comandante general interino del Cuerpo el 3 de mayo de 1820, hasta el 25 de septiembre en que se le designó gobernador de la plaza de San Fernando de Figueras, a los 67 años.

Tras el “Trienio Liberal” fue “impurificado” por constitucionalista, aunque en 1825 fue rehabilitado y admitido de nuevo en el servicio. Desaparece del Estado Militar de España a partir del año 1835, lo que sugiere que se retiró en 1834, dos años antes de su fallecimiento, ocurrido el 25 de enero de 1836 en Barcelona, con 83 años.

Poseía la Gran Cruz de la Real Orden de San Hermenegildo y, el 1 de octubre de 1817, se le otorgó la Cruz de Distinción de la “Fuga de Zapadores”.