HISTORIA MILITAR DE ESPAÑA
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YUSUF IBN ABD AL-RAHMAN AL-FIHRI (746 - 756)

Decimosexto gobernador de Al-Andalus y primero independiente de Damasco

Nombramiento (746)
Rebelión de Yahya ibn Hurayth y Abu-l-Jattar (747 - 748)
Rebelión de los kalbíes y asedios de Zaragoza (754 - 755)
Toma del poder por Abd al-Rahman ibn Muawiya (755 - 756)




Nombramiento (746)

A la muerte de Thawala ibn Salama dos candidatos aspiraban a sucederle: su hijo Amr y un tal Yahya ibn Hurayth, también de la tribu kalbí yemení de Chudham como el anterior gobernador, oriundo del río Jordán y asentado en el distrito o "qura" de Reyyo (Málaga). El jefe de los qaisies, Al-Sumayl ibn Hatim, que había propiciado el ascenso del difunto gobernador, era demasiado inteligente para reclamar para sí el titulo de valí, pero estaba dispuesto a ejercer de hecho el poder en la sombra. Se las arregló para descartar ambas candidaturas e imponer a Yusuf ibn Abd al-Rahman al-Fihri.

Yusuf al-Fihri era descendiente del gran Uqba ibn Nafti y primo, por lo tanto, Abd al-Rahman ibn Habid, que gobernaba en Ifriqiya en aquellos años.

En 734, al año siguiente de la batalla de Poitiers, el califa de Damasco le había nombrado gobernador de Narbona, subordinado al de Al-Andalus, para controlar desde esta ciudad aquella parte de la frontera. Yusuf al-Fihri tomó Arlés en 735, Saint-Remy y Avignon, y al parecer despobló y devastó la Provenza durante cuatro años. En el 737 hizo frente a un ataque lanzado contra él por Carlos Martel y que causó que el gobernador de Al-Andalus, Uqba al-Saluli, organizase la octava expedición musulmana desde la conquista.

Yusuf al-Fihri fue elegido gobernador de Al-Andalus en enero de 747, mientras que al aspirante Yahya ibn Hurayth se le dió en compensación el mando del distrito de Reyyo, instalándose en Archidona, su capital.

El nombramiento de Yusuf al-Fihri no fue reconocido por el califa Marwan II, y de hecho Yusuf fue el primer gobernador independiente de Damasco.



Rebelión de Yahya Ibn Hurayth y Abu-l-Jattar (747-748)

Mientras se discutía la candidatura y nombramiento del nuevo gobernador, los kalbíes yemeníes de la tribu de Qudaa eligieron como jefe a un tal Abd al-Rahman ibn Nuaim al-Kalbi y decidieron liberar al antiguo gobernador Abu-l-Jattar, que llevaba preso en el alcázar de Córdoba aproximadamente un año, desde su derrota frente al difunto gobernador Thawala. Para ello Abd al-Rahman ibn Nuaim atacó a finales de 746 el alcázar con doscientos infantes y cuarenta caballos. Los guardias, cogidos por sorpresa, huyeron, permitiendo la liberación de Abu-l-Jattar. Ibn Nuaim y el prisionero se refugiaron entre los kelbíes y las tribus de Emesa, en las quras de Sevilla y Niebla.

Al poco tiempo de su nombramiento, Yusuf al-Fihri destituyó a Yahya ibn Hurayth del mando de la qura de Reyyo. Este hecho origió una rebelión de las tribus kalbíes yemeníes contra el poder de las tribus qaisíes, materializado en el nombramiento de Yusuf al Fihri y del poder en la sombra de Al-Sumayl. Pero la revuelta fue aplastada en la batalla de Secunda, librada al sur de Córdoba en 748. La victoria lograda fue tan rotunda que consolidó el poder, la autoridad y prestigio de Yusuf al-Fihri.



Rebelión de los kalbíes y asedios de Zaragoza (754-755)

Para librarse de la enojosa tutela de Al-Sumayl, le envió a la Frontera Superior como gobernador de Zaragoza y el valle del Ebro, que pertenecía a los yemeníes, a fin de humillarles aprovechando la debilidad de su gente. Al-Sumayl aceptó de buen grado y llegó a Zaragoza en 750, con ocasión de un gran hambre.

El hambre, que duraría cinco añoos, comenzaba a hacer estragos en el Norte. Al-Sumayl se apresuró a socorrer los hambrientos de Zaragoza, olvidando las rivalidades entre qaisíes y yemeníes. La escasez fue de tal envergadura que millares de bereberes emigraron de vuelta a sus tierras de Africa del Norte.

Tras el hambre volvieron las tensiones. Los kalbies yemenies eran mayoría en Al-Andalus y no aceptaban de buen grado la preponderancia qaisí. Amir ibn Asur, jefe militar de anteriores gobernadores y caballero de los Banu Abd al-Dar, envió al califa abásida Al-Mansur un informe afeando la conducta de Yusuf al-Fihri y reclamando el gobierno para él. Mientras llegaba la contestación y los refuerzos yemeníes, se fortificó frente a Córdoba con idea de hacer frente a Yusuf al-Fihri. Este, aconsejado por Al-Sumayl, quiso sorprenderle para matarle. Pero Amir fue alertado y huyó precisamente a Zaragoza donde, a pesar del gobierno de Al-Sumayl, había bastantes yemeníes.

Al llegar a Zaragoza se le alió un tal Al-Zuhri, un pariente quraysí de los Banu Zuhra, tribu de Qilab, y juntos convocaron un alzamiento en nombre de la carta del califa Al-Mansur. Se les unieron fundamentalmente yemeníes y berberiscos. Al-Sumayl envió contra ellos su caballería, pero fue derrotada. Como consecuencia las tropas rebeldes sitiaron Zaragoza.

Al-Sumayl pidió auxilio a Yusuf al Fihri, pero éste no tenía tropas que enviarle como socorro. Temiendo ser derrotado, Al-Sumayl se dirigió a su tribu de Qais, divisiones de Qinnasrina (en la cora de Jaen) y de Damasco (en la cora de Elvira) y les pidió auxilio, según su derecho.

Enseguida respondieron al llamamiento las tribus con las que Al-Sumayl basó la administración de Al-Andalus, a cuyo mando estaba un tal Ubayd Allah ibn Ali. Pero en cambio, las tribus con las que el sirio Balch había gobernado el pais se mostraron reacias al principio. A su mando estaban Sulayman ibn Xilah (tribus de la división de Damasco) y Al-Husayn ibn Al-Dachn (tribus de la división de Qinnasrina). No obstante, se incorporaron finalmente al ejército de socorro. Ubayd Allah ibn Ali tuvo la deferencia de dejar el mando a Sulayman ibn Xilah.

Ubayh Allah ibn Ali levantó su tribu Qilab y las de Muharid, Sulaym, Nasr y Hawazim. No se levantaron los Banu Qaab ibn Amir y las tribus de Uqail, Quxary y Harix, rivales de los Banu Qilab desde que el poder pasó de Balch a Al-Sumayl. Los jefes de los Banu Qaab ibn Amir eran Sulayman y Al-Husay. Los de Gatafan estaban indecisos y estaban sin jefe desde la muerte de Abu Ata.

Junto a los qaisíes iban tambien Ubayd Allah Abu Uthman, Abd Allah ibn Jalid y Yusuf ibn Bujt, de los Banu Umayya, que habían combatido en la batalla de Secunda al lado de Yusuf al-Fihri y Al-Sumayl. Junto a ellos cabalgaba Badr, el liberto de Abd al-Rahman ibn Muawiya que había desembarcado en Al-Andalus en junio de 754 para pedir a sus clientes y parientes el gobierno de Al-Andalus para el último de los omeyas que sobrevivió a la matanza de la familia a manos del actual califa abásida.

Los rebeldes retiraron el sitio al saber de la proximidad de las tropas de socorro.

En 755 prendió de nuevo en Zaragoza la rebelión pro-abásida y Yusuf y Al-Sumayl se dirigieron juntos de nuevo contra la ciudad. Los zaragozanos, temiendo los estragos del ejército que se les venía encima, entregaron a los rebeldes Amir, su hijo Wahd y Al-Zuhri, que fueron inmediatamente hechos prisioneros y dirigidos hacia Córdoba. El valí dejo a su hijo Abd al-Rahman ibn Yusuf Abu Zayd como gobernador de Zaragoza.

Para deshacerse de Sulayman ibn Xilah y Al-Husay ibn Al-Dachn por haberse mostrado reacios en su socorro en el año anterior, Al-Sumayl ordenó una expedición de castigo contra los vascones de Pamplona, que se habían sacudido el yugo musulmán aprovechando las rencillas y luchas intestinas de éstos. Para ello le dio el mando de una escasa fuerza a Sulayman ibn Xilah, reservando el mando de la caballería y la vanguardia a Al-Husayn ibn Al-Dachn. Como era previsible, la expedición acabó con la derrota de la columna de castigo. Sulayman fue muerto, pero Al-Husayn se refugió en Zaragoza al amparo del nuevo gobernador Abd al-Rahman ibn Yusuf Abu Zayd.

La noticia del desastre alcanzó a Yusuf al-Fihri y Al-Sumayl en el río Jarama. De la alegría que le entró Yusuf al-Fihri mandó decapitar a los tres rebeldes pro-abásidas zaragozanos.



Toma del poder por Abd al-Rahman ibn Muawiya (755-756)

También llegó a su campamento del Jarama un mensajero de Córdoba montado en una mula de su mujer Umm Uthman. Le traia la noticia del desembarco de Abd al-Rahman ibn Muawiya en Almuñecar (sep.oct. 755) y su alojamiento en casa de Ubayd Allah Abu Uthman, así como la puesta en fuga sin bajas de la tropa que el gobernador de Elvira había enviado contra el omeya. La reacción inmediata de Yusuf al-Fihri y Al-Sumayl fue la de atacar inmediatamente al pretendiente, pero las tropas, cansadas de la campaña de Zaragoza, desanimadas por la derrota de sus compañeros frente a los vascones y las lluvias les obligaron a regresar a Córdoba.

A pesar de ser el gobernador titular y su superioridad numérica teórica, Yusuf al-Fihri no podía combatir en igualdad de condiciones contra un descendiente directo de los califas Omeyas. Tras su desembarco, Abd al-Rahman ibn Muawiya obtuvo numerosas adhesiones de bereberes y kalbíes. Finalmente, ambos se enfrentaron en la batalla de Al-Musara, en la que el ejército de Yusuf al-Fihri fue derrotado y señaló el comienzo del emirato independiente de Abd al-Rahman I al-Dajil.

Yusuf al-Fihri y sus partidarios, entre los que se encontraba Al-Sumayl ibn Hatim, no se resignaron con la derrota y protagonizaron sendas rebeliones en los años 756 y 758, pero finalmente fue derrotado y muerto en Toledo en el 759.




FUENTES: