El califa Hixam nombró gobernador de Egipto a Ubayd Allah ibn al-Habhab ibn al-Harit con poderes sobre Ifriqiya y Al-Andalus, se supone que sobre 734 (ó 737). Este, a su vez, nombró como gobernador de Al-Andalus a Uqba ibn al-Hachchach, porque el padre de éste, que había sido gobernador de Irak en el periodo 675-714, había manumitido al abuelo de aquel y, por tanto, era su patrono. Uqba aceptó, diciendo que le agrabada la guerra santa y que Al-Andalus era el mejor lugar para ella, lo cual demostró buscando a los enemigos del Islam.

El nuevo gobernador de Al-Andalus organizó la séptima expedición musulmana desde la conquista. Su objetivo fueron los rebeldes cristianos de las montañas cántabras. Era la primera expedición de castigo contra ellos desde el desastre de Covadonga en 722, y su resultado fue un completo éxito a decir de las fuentes árabes.

En octubre de 737 el franco Carlos Martel lanzó un ataque contra la Provenza Occidental, obligando a Uqba a organizar la octava expedición musulmana desde la conquista, que aprovechó para sofocar el levantamiento vascón en Pamplona.

En 740 Uqba preparó la más importante expedición árabe contra los francos desde la batalla de Poitiers, en 733, pero tuvo que abandonarla para hacer frente al inesperado levantamiento bereber de Ifriqiya. Uqba acudió en socorro del gobernador de Egipto para reconquistar la ciudad de Tánger, pero se especula con que muriese en el intento en la batalla del rio Sebu (octubre-noviembre de 742).

Tras la desaparición de Uqba, se nombró al anterior gobernador Abd al-Malik ibn Qatán como nuevo gobernador de forma interina hasta que el califa nombrase un sustituto.