Siguiendo el modelo francés, los monarcas españoles pretendieron disponer de una especie de élite dentro del ejército, un núcleo de primera clase y de especial fidelidad a la persona del Rey. Para ello, Felipe V creó el Regimiento de Guardias Valonas y el Regimiento de Guardias Españolas en 1704, no para misiones de escolta, sino como unidades de combate, similares al resto de regimientos de Infantería de Línea, pero con más efectivos, pues contaron en su inicio con seis batallones de guardias cada uno.

Para completarlo, la Brigada de Carabineros Reales se asignó a la Casa Real en 1742.

El regimiento participó en las diferentes campañas del siglo XVIII, tomando parte en las siguientes batallas:

• Batalla de Almansa (25 de abril de 1707).

• Batalla de Almenara (27 de julio de 1710).

• Batalla de Zaragoza (20 de agosto de 1710).

• Batalla de Villaviciosa (10 de diciembre de 1710).

• Batalla de Melazzo (15 de octubre de 1718).

• Batalla de Francavilla (20 de junio de 1719).

• Batalla de Bitonto (25 de mayo de 1734).

En 1808 el regimiento estaba organizado con tres batallones de seis compañías cada uno. Su fuerza ascendía a 98 jefes y oficiales y 3.394 de tropa. En el momento del levantamiento nacional los dos primeros batallones estaban de guarnición en Castilla la Nueva y el tercero en Barcelona. Tras el levantamiento pasaron a formar parte del Ejército de Aragón (estado de fuerzas de 30 de abril de 1.808).