Disposición y despliegue de ambos ejércitos
Las tropas de archiduque Carlos iban dirigidas por el marqués de las Minas y el conde de Galloway, y se dirigían desde Yecla hasta Villena para salir al encuentro de las tropas del duque de Berwick en Almansa. Las tropas de éste se componían de 34.000 hombres, que el duque había desplegado en dos lineas en los llanos de las afueras de la ciudad de Almansa esperando la acometida del enemigo, optimistas en la creencia de que serían reforzados con tropas del duque de Orleans. El despliegue adoptado por el duque de Berwick fue el siguiente:
Primera línea:
Segunda línea:
La Artillería se dispuso a ambos lados con ocho piezas en cada flanco, sumando 16 piezas.
Disposición de ambos ejércitos en la batalla de Almansa.
El ejército austriaco se componía de unos 25.000 hombres y 7.000 caballos, y estaba formado principalmente por contingentes británicos, holandeses y portugueses. Al llegar al campo de batalla, los aliados ocuparon una colina y se dispusieron en la mañana del día 25 de abril para comenzar la batalla formados igualmente en dos líneas:
Primera línea:
Segunda línea:
La Artillería también se dispuso a ambos lados, sumando 22 piezas.
Bajas y consecuencias
Para completar la victoria, el duque de Berwick envió al general Dasfeldt en persecución del conde holandés Donha, general en jefe de la infantería holandesa, que había logrado escapar con 13 batallones amparado en la noche y que acampaba en la zona de Alcaudete. Dasfeldt logró hacerle prisionero con todas sus fuerzas, en las que se encontraban 5 tenientes generales, 7 brigadieres, 25 coroneles y 800 oficiales.
Las bajas aliadas fueron de 6.000 muertos y 7.000 heridos y prisioneros. Otras fuentes hablan de 6000 muertos y heridos y 10.000 prisioneros. El duque de Berwick se apoderó de 120 banderas, guiones y estandartes en el campo de batalla y en los dias siguientes, así como de toda la artillería enemiga (24 cañones) y todas las cajas de municiones (300 carros) y equipajes. Galloway abandonó herido el campo de batalla. El conde las Minas, general en jefe del ejército aliado, cayó herido por el fuego enemigo y cayó despeñado al huir.
Las bajas del ejército borbónico fueron de 3000 muertos y 2000 heridos. Tres brigadieres perdieron su vida: Dávila, Polastrón y Sillery, éste último abrazado a la bandera. El Regimiento de Dragones de Mahony fue uno de los que más bajas tuvo: 100 dragones, 2 capitanes y 17 oficiales subalternos.
Para perpetuar la memoria de esta batalla, Felipe V mandó construir un monumento en el campo de batalla, que es casualmente el sitio donde Jaime I venció en otra batalla a los moros en 1255. El monumento fue destrozado en una de las muchas revoluciones que ha sufrido España desde entonces.
FUENTES:
Enciclopedia Espasa calpe. Tomo 4.
Julio Albi y dos más. La Caballería española, un eco de clarines. Tabapress, S.A. Madrid, 1992. Pág,s. 42-46.
Mª Dolores Herrero y tres más. La Artilería española, al pie de los cañones. Tabapress, S.A. Madrid, 1994. Pág. 76