TARDE-NOCHE DEL 21 DE JULIO / MADRUGADA DEL 22 DE JULIO
Tras cinco días de intensos combates contra la harka enemiga, las tropas de Annual habían sido incapaces de romper el cerco de Igueriben y estaban a punto a presenciar impotentes la caída de aquella posición. El Comandante General ordenó al general Navarro que regresase a Melilla para organizar y enviar al frente los refuerzos que ha pedido a Madrid. El general Navarro se resistió a abandonar Annual en aquellos momentos, pero el Comandante General insistió. El general Navarro salió de Annual a las 15:30 horas del día 21 de julio, acompañado por el comandante Fernández Mulero, jefe del servicio de automóviles, con todos los camiones disponibles en Annual llevando a los heridos y enfermos.
A las 19:30 horas del 21 de julio el general Silvestre comunicó al Alto Comisario la caída de Igueriben y el asedio de Annual.
Tras la caída de Igueriben, en Annual se presiente la inminente amenaza... se masca la tragedia. La tropa se encuentra agotaba y desmoralizada despues de cinco días de infructuosos combates y con la visión de los espectrales y horrorizados supervivientes de Igueriben. Se presiente que al día siguiente algo importante va a ocurrir. El general Silvestre sigue esperando la llegada de refuerzos procedentes de Tetuán.
Al anochecer los rifeños comenzaron un paqueo sistemático que no cesó hasta bien entrada la noche, momento en el que un extraño silencio se cernió sobre Annual.
La posición Intermedia C pidió auxilio esa misma noche, pero no se le pudo socorrer desde Annual ni desde Izumar, pues ambas posiciones estaban cercadas. Las líneas telefónicas estaban cortadas. Solo existía comunicación radio vía HF con Madrid, Tetuán, Melilla y el cañonero Laya.
A las 00:30 horas del 22 de julio tuvo lugar una primera reunión de jefes, en la que el general Silvestre decidió la evacuación de Annual para el día siguiente.
A las 03:45 horas de la madrugada el general Berenguer radió un mensaje al general Silvestre desde Tetuán dándole cuenta de las tropas de refuerzo que proyectaba enviar a la Comandancia General de Melilla. Debe tenerse en cuenta que la mente del general Berenguer estaba inmersa en su ofensiva sobre Beni Arós, por lo que posiblemente no valoró en justa medida el desastre que estaba originándose en la zona oriental del Protectorado. Una hora más tarde el general Silvestre comunicó de nuevo al general Berenguer y al Ministro de la Guerra su desesperada situación y su decisión de tomar "urgentes determinaciones".
A las 04:55 horas el general Silvestre se dirigió por radio al Ministerio de la Guerra para comunicar su desesperada situación y su decisión de "tomar urgentes determinaciones".
Al despuntar el día tuvo lugar una segunda reunión de jefes, en la que el general Silvestre contradijo la orden de evacuación, si bien según avanzaba la reunión se puso de manifiesto que el general dudaba entre retirarse o aguardar la llegada de refuerzos procedentes de la Península. Las dudas se despejaron cuando el capitán Carrasco, de la Policía Indígena, entró en la tienda donde se estaba realizando la reunión para informar que se veía a la harka avanzar sobre Annual en tres columnas organizadas de unos 2.000 hombres cada una (en otro sitio del expediente Picasso se citan cinco columnas organizadas a modo de fuerzas de Regulares). Ante esta información, en lugar de aprestarse para la defensa, el general Silvestre ordenó la inmediata evacuación.
INICIO DE LA EVACUACIÓN Y DE LA HUIDA
De acuerdo con las órdenes del general Silvestre, el coronel Manella organizó la retirada del siguiente modo:
Dos compañías del Regimiento de Ceriñola desplegarían en el campamento de Regulares, a la izquierda del sentido de retirada.
Una fuerza formada por la Policía Indígena y las cuatro compañías de fusiles del Regimiento de San Fernando, con misión de proteger el camino viejo por la izquierda (en dirección a retaguardia) de la Posición C.
Los tabores y escuadrones de Regulares, con misión de proteger el camino viejo por la derecha (en dirección a retaguardia), para lo cual debían de desplegar en las lomas donde lo hacían todos los días para proteger los convoyes y la aguada.
Por el camino viejo se retirarían los mulos con la impedimenta.
Por el camino nuevo se retirarían el grueso, los heridos y el material pesado.
La vanguardia del camino nuevo, al mando del comandante Alzugaray, estaría formada por las 1ª, 2ª, 4ª y 5ª compañías de Ingenieros, una compañía de fusiles del Regimiento de África y una batería de montaña (no pudo recogerla, pues era la 5° Batería del capitán Blanco, que se había retirado a Izumar el día anterior).
La retaguardia del camino nuevo estaría formada por las compañías del Regimiento de Ceriñola.
A las 10:20 horas el general Silvestre comunicó por radio al Alto Comisario la decisión de evacuar la posición sobre Ben Tieb y, a continuación dictó las siguientes órdenes, todas ellas antes de las 10:55 horas, momento en que pasó el mismo mensaje a Melilla, donde se entregó al general Navarro a su llegada a la plaza aquel mismo día:
Al cañonero Laya, apostado en Sid Dris, que protegiera la guarnición de esta posición y la de Talilit, que se replegaría sobre de Sidi Dris.
A la posición de Talilit, que se replegara sobre Sidi Dris o, si no podía, sobre Afrau.
A la posición de Dar Buimeyán, que se replegara sobre Annual.
Al regimiento de Alcántara, que se adelantara desde Ben Tieb hasta Izumar para proteger la retirada.
A continuación mandó llamar a su hijo Manuel, teniente de Estado Mayor en prácticas que estaba presente en Annual. Se despidió de él y lo mandó con su vehículo a Melilla, acompañado por el teniente coronel de Estado Mayor Tulio López.
Aquí se pierde la pista sobre el destino final del general Silvestre. Mientras una versión dice que se suicidó en una de las tiendas de campaña de Annual, otra versión dice que fué abatido a tiros por los rifeños junto con el coronel Manella y varios oficiales que trataban de defenderse.
No faltan historias sobre la posible localización de la tumba del general Silvestre en una caseta de mampostería situada a unos 4 kilómetros de Annual, ni la hipotética presencia anónima del general Silvestre en un poblado árabe de la zona francesa, que originó una expedición de búsqueda al mando del comandante Capaz y en la iba encuadrado su hijo, el teniente Silvestre.
Mientras tanto, en el campamento de Annual los oficiales trataban de formar las columnas de retirada antes de que llegasen los rifeños. La actividad era frenética. A las 11:00 horas el coronel Manella dió la orden de iniciar la marcha. Para entonces la harka enemiga ya estaba a las puertas de Annual. Nada más salir comenzaron a caer los soldados españoles, abatidos desde las alturas situadas a su izquierda (en dirección a retaguardia).
En efecto, mientras se formaban las columnas de retirada, la harka enemiga ya había atacado por la izquierda (en dirección a retaguardia) y había desbordado las dos compañías del regimiento de Ceriñola que defendían en campamento de Regulares. El empuje rifeño fue tal que la Policía Indígena perdió las alturas que dominaban el camino viejo por la izquierda. Una gran mayoría de los policías indígenas se pasaron al enemigo: mataron a sus oficiales españoles y comenzaron a disparar sobre las compañías del regimiento de San Fernando, obligando a éstas y al convoy de mulos a abandonar el camino viejo y a meterse en el camino nuevo, arrollando con ello a su paso a la vanguardia de la columna principal.
En ese momento se pedió el control de la situación: la unión de los dos convoyes provocó la mezcla sin ningún tipo de orden de hombres, mulos y material. Los gritos de los oficiales tratando de controlar a sus hombres pistola en mano se mezclaban con los ayes de los heridos y el fuego de fusilería de los rifeños. Sin una fuerza de combate que les protegiera del ataque rifeño, los hombres trataron de ponerse a cubierto de las balas corriendo hacia delante. Algunos descargaban los mulos para montarse en ellos. Otros desenganchaban los carros para avanzar más rápido. Los heridos eran abandonados a su suerte. Unos pocos contestaban el fuego con sus fusiles.
Su produjo una situación de pánico colectivo que originó una huida descontrolada para salvar la vida a cualquier precio. Los rifeños tiroteaban a placer por el flanco izquierdo a los españoles que corrían hacia el barranco hacia Ben-Tieb, dominado por la posición de Izumar. En su carrera iban dejando un reguero de muertos y heridos mezclados con armamento y material abandonado. Aquellos desgraciados que quedaron en el camino serían posteriormente rematados a cuchilladas por las mujeres y viejos de los poblados cercanos, que se acercaban a robarles sus pertenencias.
El desastre pudo haber sido mayor si los Regulares no hubiesen resistido. En efecto, la harka enemiga tenía en su poder casi todo el campamento de Annual y las alturas que dominaban la izquierda del camino de repliegue. Pero las alturas de la derecha estaban siendo defendidas por los Regulares al mando del comandante Llamas. Los rifeños, viendo que no podían quebrar su defensa, decidieron dar un rodeo y dirigirse hacia Izumar por Igueriben. El tiempo ganado por el comandante Llamas y sus Regulares fue precioso, pues fue suficiente para que los que huían de Annual pudiesen pasar por el angosto paso de Izumar.
Mientras tanto, el comandante Llamas replegaba ordenadamente sus Regulares por escalones, retrocediendo monte a través paralelamente a la carretera, tratando de no mezclarse con aquella riada humana de soldados huyendo a la desbandada.
HUIDA ENTRE IZUMAR Y BEN TIEB HACIA DAR DRÍUS
Cuando la cabeza de la desordenada columna llegó al angosto paso de Izumar los soldados comprobaron desolados que la posición que protegía el paso había sido abandonada y que recibían fuego enemigo desde ella. Espoleados por las balas de los rifeños, se metieron en el paso y se agolparon en él, cayendo muchos muertos y heridos mezclados con mulos y cargas. Las bajas españolas en el paso fueron muchas.
En su huida, los soldados tropezaron con un convoy de doce camiones que habían salido desde Ben Tieb con los elementos necesarios para establecer una posición intermedia entre Yebel Uddia e Izumar. Vista la situación, los camiones regresaron a Ben Tieb.
Conforme la riada humana se acercaba a la posición Intermedia A el acoso de los rifeños disminuía. Allí encontraron a los jinetes del Regimiento de Caballería Alcántara, cuyos escuadrones habían salido de Ben Tieb en cumplimiento de la postrera orden del general Silvestre, protegiendo eficazmente sus flancos; gracias a ellos los rifeños que perseguían a los soldados españoles cesaron su persecución; además, no habían previsto la desbandada española, estaban cansados de tanto correr y decidieron regresar a Annual a festejar la victoria y recoger el botín antes de que se quedasen sin el.
No obstante, los grupos de rezagados que iban saliendo del paso de Izumar como un goteo incesante lo hacían agotados y aterrorizados, pues eran asaltados por los desertores de la Policía Indígena y los lugareños de los alrededores, personados en el lugar de la huida en busca de cuantos objetos pudieron servirles de valor.
Sobre las 13:00 horas los primeros grupos de la riada en desbandada llegaron a la posición de Ben Tieb, distante unos 18 kilómetros de Annual, y los últimos lo hicieron sobre las 15:00 horas.
La riada de soldados desesperados se detuvo por fin en el campamento de Sidi Dris. A este campamento había llegado el general Navarro sobre las 17:00 horas procedente de Melilla. Allí restauró la autoridad, reimplantó la disciplina y trató de organizar las unidades que pudo.
Mientras la riada humana atravesaba la posición de Ben Tieb, su jefe, el capitán don Antonio Lobo Ristori, jefe de la compañía de Ametralladoras del I Batallón del regimiento San Fernando 11, se iba dando cuenta que su posición iba a quedarse en primera línea del frente y sin fuerzas suficientes para establecer una defensa efectiva, por lo que llamó por teléfono a Dar Drius pidiendo instrucciones. Sabemos que conferenció con el teniente coronel Álvarez del Corral, jefe del II Batallón el regimiento San Fernando 11 y jefe del campamento de Dar Drius. No sabemos lo que trataron, pero el capitán Lobo ordenó al poco tiempo la evacuación de la posición sobre Dar Dríus.
Antes de la salida de la tropa salió una columna con las compañías de Intendencia, que se replegaron en orden con todo el ganado innecesario.
La salida de la posición se hizo en algún momento entre las 15:00 y 16:00 horas. El 5º escuadrón de Caballería del regimiento Alcántara, presente en Ben Tieb, desplegó a la izquierda del camino para proteger a la escasa compañía de Infantería de la posición, que desplegó en el camino; detrás iban unos 60 ó 70 heridos en caballerizas o en carros, cerrando la marcha la 3ª compañía de Ingenieros. La marcha se hizo de forma ordenada y sin ser hostilizada por el enemigo, de forma que la columna llegó al campamento de Dar Drius sobre las 18:00 horas, presentándose allí al general Navarro, que llevaba una hora escasa presente en el campamento procedente de Melilla.
BALANCE DE BAJAS
Se calcula que en las cuatro trágicas horas que median entre las 11:00 y las 15:00 horas del 22 de julio de 1921 perdió la vida un total aproximado de 3.000 soldados, unos 2.400 hombres del campamento de Annual y unos 600 hombres de las posiciones circundantes de Talilit, Buimeyan, Intermedia B, Mehayast, Axdir Asus, Yemaa de Nador y Morabo de Sidi Mohamed, que fueron atacadas y asaltadas ese mismo día:
Talilit: Sobre las 11:00 horas del 22 de julio recibió la orden de evacuar la posición sobre Sidi Dris. De los 180 hombres que la componían, la mitad perdió la vida en los combates del camino; el resto, que consiguió llegar a Sidi Dris, sucumbió en el asedio a esta última posición.
Dar Buimeyan: Sobre las 11:00 horas del 22 de julio recibió la orden de evacuar la posición sobre Annual. La mayor parte de sus 250 hombres murió o fue capturado al llegar a las inmediaciones de Annual, que ya estaba en poder de los rifeños.
Intermedia B: Se desconoce si esta posición fue evacuada el 22 de julio por su capitán hacia la posición de Yebel Uddia, uniendo su suerte a la de esta posición o, por el contrario, fue asaltada y aniquilada por el rifeños ese mismo día. Toda su guarnición de 140 hombres resultó muerta.
Mehayast: ante la acumulación de rifeños frente a la misma, sobre las 13:30 horas del 22 de julio su jefe decidió evacuar la posición sobe Ben-Tieb. Fueron cortados en el camino y resultados muertos o prisioneros sus 38 componentes.
Axdir Asus: Fue asaltada la tarde del 22 de julio, no quedando ninguno de sus 30 componentes.
Yemaa de Nador: Fue atacada la tarde del 22 de julio. Su guarnición, unos 120 hombres, hizo una salida para combatir campo abierto y fue desecha y muerta por los rifeños.
Morabo de Sidi Mohamed: los 27 hombres que la defendían murieron en el asalto a que fue sometida la tarde del 22 de julio.
Las posiciones de Izumar y Intermedia C fueron abandonadas sin combatir por decisión de sus capitanes:
Izumar: Esta posición, guarnecida por 250 hombres, fue abandonada prematuramente por decisión de su jefe, el capitán don Joaquín Pérez Valdivia, al ver pasar delante de ella las fuerzas en retirada procedentes de Annual. Por ello no cumplió su misión, que consistía en proteger el camino de acceso a Annual.
Intermedia C: Esta posición, ocupada hacía dos días por 120 hombres, fue abandonada por decisión de su jefe, el capitán don José Reyes Grao,
Las posiciones de Sidi Dris, Afrau, Intermedia A, Yebel Uddia y Tuguntz fueron atacadas ese mismo día, resistieron varios días de ataques hasta que finalmente su defensa fue vencida entre el 24 y el 28 de julio, con unas bajas estimadas en unos 575 muertos o prisioneros.
Sidi Dris: atacada sobre las 14:00 horas del 22 de julio, resistió tres días de asedio y constantes ataques, hasta que finalmente sucumbió sobre las 17:30 horas del 25 de julio. Todos los oficiales y unos 265 hombres resultaros muertos. Una treintena fue hecha prisionera. Solo una docena consiguió ser evacuada por la Armada.
Afrau: Fue atacada por la tarde del 22 de julio y resistió hasta primeras horas del 26 de julio, momento en que la guarnición efectuó una salida sorpresa hacia el mar, logrando salvarse 130 hombres de los 180 que la componían.
Intermedia A: Atacada desde el 22 de julio, se defendió hasta el 27 ó 28 de julio sin haber recibido ninguna orden de evacuar. Muerto su capitán, la posición pactó su rendición. Todos sus 120 defensores, más los incorporados procedentes de la posición de Yebel Uddia, fueron asesinados tras salir de la posición, menos dos.
Yebel Uddia: Los 64 hombres que la defendían se replegaron el 22 de julio sobre la posición Intermedia A, muriendo todos en esta última el 27 ó 28 de julio.
Tuguntz: Fue atacada la noche del 22 de julio y finalmente asaltada y ocupada por los rifeños el 24 de julio. Sus aproximadamente 80 defensores fueron muertos o capturados al salir de la posición.