POSICIÓN DE AFRAU
Posición guarnecida por una compañía del Ceriñola, un destacamento de Artillería y otro de policías indígenas. Fue atacada por la tarde del 22 de julio y resistio hasta primeras horas del 26 de julio, momento en que efectuó una salida sorpresa al mar, logrando salvarse con ello una gran parte de su guarnición. Esta posición se estableció en un acantilado sobre el mar, en segunda línea, detrás de Sidi Dris, para proteger el camino de la costa. Fue ocupada el 12 de enero de 1921, tres días antes que Annual.
Posición de Afrau, en segunda línea, al norte, junto al mar y detrás de Sidi Dris. Fue guarnecida con la siguiente unidad:
Por la tarde del 22 de julio un grupo de rifeños se aproximó a la posición enarbolando una bandera española. Amparados en ella, atacaron al destacamento de protección de la aguada, compuesto por siete soldados y diez policías, y se apoderaron de él. En el transcurso de los acontecimientos el sargento de la Policía Indígena y practicamente la mitad de los policías desertaron de la posición. Posteriormente se presentaron seis soldados españoles sin el armamento. Al día siguiente por la mañana, 23 de julio, el teniente Gracia ordenó la retirada del puesto de la avanzadilla, en cuya ejecución el teniente resultó muerto mientras apuntaba un cañón asentado para la protección de la retirada, quedando al mando de la posición el teniente Vara de Rey. El asedio continuó el resto del día, intentando por la noche repetidos ataques sobre la posición, y llegando en algunos ataques hasta las alambradas. El 24 de julio el general Berenguer, puesto en contacto con la posición a través de los buques de la Armada, autorizó la evacuación de la posición. No obstante, el cañonero "Laya" tuvo que ausentarse de aquellas aguas para acudir en ayuda de Sidi Dris, por lo que la posición de Afrau continuó bajo el asedio de los rifeños el resto del día 24 y todo el día siguiente 25 de julio. Tras la caida de Sidi Dris, el cañonero "Laya" regresó frente a Afrau el 25 de julio por la tarde. En la madrugada del 26 de julio lo hicieron el "Princesa de Asturias" y el "Roger de Lauria". El teniente Vara de Rey decidió que era el momento de intentar una salida sorpresa hacia el mar. Para ello ordenó salir una vanguardia formada por 15 soldados y 11 policías, una sección flanqueando ambos lados del camino, otra sección en ecentro con los heridos, y el resto de la fuerza detrás al mando del citado teniente. En la posición quedó un sargento con 15 soldados y 15 policías para proteger la retirada. Nada más salir, los rifeños se echaron sobre la vanguardia y roderon al resto, por lo que el teniente Vara de Rey ordenó dirigirse directamente y recto hacia el mar, caminando sobre las rocas del arrecife y metidos en el agua. Allí contuvieron el fuego enemigo y aguantaron hasta la llegada de los botes de los buques de la Armada quienes, apercibidos, echaron sus botes al agua y lograron recoger, en varios viajes, a unos 130 hombres del total de 180 aproximadamente que constaba la guarnición. De los 130 hombres evacuados, unos 40 estaban heridos; en la posición quedaron unos 50 muertos o prisioneros. Este es el relato de lo ocurrido a esta posición que recoge el general Picasso en su resumen (capítulo VIII): Destacado, en virtud de orden urgente del Comandante General, a las aguas de Sidi-Dris el cañonero “Laya”, adonde llega en la mañana del 20 [de julio], observando normalidad, sobre las diez y treinta del 22 [de julio] –folio 907- recoge, como resultado de la conferencia mantenida por dicha autoridad con el Alto Comisario, el radiograma que le dirige el Comandante General comunicando la resolución de la retirada de las tropas de Annual sobre Ben-Tieb –folio 1995-, de que en su lugar queda hecha mención, con el encargo directo a dicho buque de proteger a la guarnición de Sidi-Dris y a la de Talilit, que se replegaría sobre la primera; según el parte del comandante del expresado cañonero –folio 908-, a las catorce [horas] del 22 [de julio] empezó a manifestarse agitación en los aledaños de Sidi-Dris, empezando el asedio con algún tiroteo, sin que el ataque en las primeras veinticuatro horas fuera muy enérgico. Mas, en suma, produjo el efecto de estorbar la aguada, apretando el enemigo el cerco y la hostilidad progresivamente en forma de apurar los recursos de la posición. [...] En telegrama del mismo día [22 de julio]–folio 2005- se comunica también a la Comandancia General ser atacada Afrau, y en telegrama de las diez y cuarenta del 23 [de julio] se la manifiesta haberse dispuesto marche a sus aguas un cañonero, a fin de cooperar a la aguada de la posición; esperando se extremaría la resistencia y sólo agotados todos los medios se refugiara la guarnición en el buque. [...] Tanto el jefe de la posición de Sidi-Dris –folio 2015- como el comandante del “Princesa” –folio 2016- encarecen el envío urgente de fuerzas, si se quieren sostener las posiciones, la citada y Afrau; pues de lo contrario, dice el último, tendrían que ser evacuadas, operación la cual consideraban ofrecer graves riesgos, sobre todo para el personal de aquella. El Alto Comisario, en telegrama del 24 [de julio], de las 14-15 –folio 1017-, contesta que, dada la situación de las guarniciones de Sidi-Dris y Afrau, puede disponerse la evacuación con auxilio de los otros buques, si se juzgase factible, y en la forma que hubo de manifestar. [...] Perdida la posición de Sidi-Dris, trasladóse el “Laya” a Sidi-Mosain-Afrau, siguiendo luego a ella el “Princesa” y el “Lauria” –folio 2027- a comunicar la autorización concedida por el Alto Comisario para parlamentar con el enemigo si no podía efectuar la evacuación –folio 910 vuelto-, advirtiendo el jefe de la posición de los términos en que ésta pudiera llevarse a cabo, sin obtener respuesta, por la falta de medios acordes entre el buque y la posición existían, pasando el tiempo, dice el comandante, sin oír más que algún tiro suelto enemigo y ninguno de los nuestros. Supuso el comandante pudiese estar la posición abandonada o no tener municiones. En la noche recibió el “Laya” estaciones de telegrafía óptica y personal de Ingenieros del Ejército para su manejo. A las diez y treinta y cinco del 23 [de julio] la Comandancia general había avisado a los buques, que Sidi-Hosain comunicaba estar algo apurada por falta de agua, indicando la necesidad de acudir en su auxilio protegiendo la aguada, y aun recogiendo a la guarnición si ésta no pudiera sostenerse. Al amanecer del día 26 [de julio] pudo apreciarse que la posición se mantenía. Transmitía por los nuevos medios de autorización de referencia. La posición contestó con el heliograma del folio 929, en que demandaban con apremio auxilio, cañonear los alrededores de la posición y despejar la playa de Poniente, mandando todos los botes para poder salir de un viaje, por ser crítica la situación. En su vista, dispúsose el cañonero de la costa; pero los de la posición, sin dar tiempo a la preparación ni aguardar la señal convenida, se echaron fuera y bajaron a la playa que les había sido asignada, y con auxilio de los botes pudieron ser recogidos 130 hombres de los 180 de la guarnición. La posición de Afrau estaba situada sobre el acantilado en el saliente de la costa de Beni-Said, constituida en la forma que se describe en la declaración del folio 1080, componiendo su guarnición una compañía del regimiento de Ceriñola, media sección de ametralladoras de posición, destacamento de Artillería, a cargo de un oficial, y de Intendencia para el depósito de víveres; Ingenieros telegrafistas para la estación óptica, y 30 policías al mando de un sargento indígena. De la fuerza ésta de Policía desertaron al principio del ataque el sargento y catorce askaris, sin que el resto de la gente inspirase confianza. Ausente el capitán de la compañía, con licencia en España, ejercía el mando accidental de la posición el teniente del destacamento de Artillería Gracia, y por muerte de éste la asumió el de igual clase de ametralladoras D. Joaquín Vara de Rey y Sanz. Afrau, según antes queda dicho –folio 2005-, comunicó en telegrama del 22 [de julio] ser atacada, y dando de ello detalle en telegrama del 23, sin hora, y participa a la Comandancia general que en la tarde de dicho día aproximáronse a ella numerosos grupos de indígenas con bandera española, que al estar cerca, confiados por dicha falacia, rompieron fuego, apoderándose de la fuerza de protección de la aguada, compuesta por siete peninsulares y diez policías, de la cual se presentaron en la posición seis de los primeros sin armamento. El telegrama de las catorce del 23 –folio 2030- comunica que en vista de la imposibilidad de enviar convoy a la avanzadilla, había dispuesto el teniente de Artillería Gracia la retirada del puesto, durante cuya protección fue muerto dicho oficial, encargándose entonces del mando el precitado teniente Vara de Rey. En telegrama del 24, a las siete y cinco –folio 2034-, el jefe de la posición comunica que la posición continúa asediada y que el enemigo intentó en la noche anterior repetidos ataques, causando bajas, y que el agua se le terminaba dicho día. En telegrama del 25, a las cinco horas –folio 2035- el Alto Comisario manifiesta al comandante del “Princesa” –dice “Cataluña”, mas debe ser error material- el envío a remolque de una o dos barcazas en la idea de facilitar la operación de embarque de la guarnición, pues aun comprendiendo su dificultad, encarecía la precisión de intentarla por no serle posible el envío de refuerzos en la cuantía exigida. En telegrama del día 26, doce y cuarenta y cinco –folio 2036-, el comandante del “Laya” comunica al Capitán general del Departamento de Marina el salvamento efectuado en Afrau, el cual confirma el jefe de las estaciones eventuales enviadas en el suyo de las trece y veinte –folio 2037-, recogiéndose en los buques la casi totalidad de la guarnición. También lo participa el comandante del “Princesa” en telegrama de las catorce y treinta y cinco –folio 2038-. La posición había realizado una sostenida defensa hasta que, dando la guarnición por agotados los medios de resistencia, decidió la evacuación. Relatando el teniente Vara de Rey el curso de los sucesos en la posición –folio 1081-, dice que el 22 [de julio], con ocasión del regreso de Annual de los contingentes de la cabila movilizados para formar la harka auxiliar, conociéronse en ella los acontecimientos del frente, y que fue advertido por telegrama de Sidi-Dris de adoptar precaución ante el riesgo de un ataque, observándose la aproximación de grupos de moros que con mujeres y niños llevaban banderas españolas y que, no obstante las protestas de un jefe indígena que estaba dentro de la posición, inspiraron confianza; pues al cabo, cautelosamente fueron aquellos corriéndose por la playa, envolviendo la posición, haciendo al cabo agresión contra ella y sorprendiendo el puesto de la aguada, formado por peninsulares y policías; estos últimos hicieron causa común con los agresores. Que a poco enviaron a los soldados aprehendidos de dicho puesto con carta para el jefe de la posición, pidiendo una entrevista, según tradujo el sargento de Policía, la que fue contestada afirmativamente; pero comisionado dicho sargento para llevar la contestación, poniendo en ello particular interés, con cuatro askaris, ninguno de ellos volvió y continuó el fuego durante la tarde y noche. El día 23, por la mañana, según queda ya apuntado, hubo necesidad de retirar la avanzadilla por no poderla abastecer, y habiéndose tenido que asentar una pieza al descubierto en el centro batido de la posición para proteger con su fuego esta retirada, fue muerto el teniente Gracia, que rectificaba la puntería para conseguir el objeto. Inutilizado el aparato Magín del heliógrafo, tropezóse con grandes dificultades para sostener comunicación con el cañonero “Laya” apostado, porque de noche no se podía contestar al Scott del buque más que con el enterado, y éste, recíprocamente, en igual forma, de día el heliógrafo, y de aquí la falta de correspondencia observaba luego por la Marina al transmitir con Scott los términos de desalojo de la posición. Continuó la defensa de la posición, arreciando el ataque durante la noche del 23, en que llegó el enemigo hasta las alambradas. En la noche del 24 recibió incompleto –folio 1110- el despacho del Alto Comisario en que se ordenaba evacuar la posición; pero no así el posterior, en que se le autorizaba para capitular, del que solo pudo recoger algunas palabras. El cañonero “Laya”, que se había ausentado para acudir al salvamento de Sidi-Dris, regresó a Afrau en la tarde el 25, y en la madrugada del 26 se presentaron el “Princesa” y el “Lauria” para contribuir a la operación acordada. El día 26 [de julio], al amanecer, viendo el testigo que se aproximaban los buques, se dispuso a evacuar la posición en la forma que explica, reservado una de las dos ametralladoras en previsión de la eventual necesidad de fuego. Salieron en vanguardia un sargento y 15 hombres peninsulares y once policías, fuerza sobre la que se arrojó el enemigo; marchaba luego una sección distribuida a ambos lados de flanqueo, y detrás el centro, que era otra sección, y los heridos, cerrando la marcha el testigo con el resto de las fuerzas de todos los Cuerpos que había en la posición, y en ésta quedó el suboficial de la compañía con unos 15 hombres y otros tantos policías para sostener la retirada. Al salir la columna los moros la rodearon; y viendo ocupadas por numeroso enemigo las dos playas que se extienden a uno y otro lado del saliente de la costa en que la posición se asentaba, decidió marchar rectamente hacia el mar, hacia las rocas del arrecife, donde, metidos en el agua, contuvieron con el fuego al enemigo, con la cooperación de los buques que, echando sus botes al agua, en varios viajes, y siempre batidos por el enemigo, consiguieron recoger a bordo a los evacuados en número de 130 hombres de los 175 a 180 que constaba la guarnición, de ellos más de 40 heridos. Hasta el momento de la salida, consigna el testigo al foliu 1083 vuelto, habían tenido cuatro muertos y 18 heridos, y en el momento de salir la vanguardia cayó herido el sargento que la mandaba, que siguió en su puesto, y muerto el médico que acudió a reconocerle; calculando en su totalidad las bajas –folio 1084- durante la defensa y retirada en unos 90. Declara en conclusión el testigo que, de no haber realizado la evacuación en el momento en que la puso en práctica, hubiera sido más costosa, e imposible quizá, porque al darse cuenta el enemigo por la llegada de los barcos de los propósitos de efectuarla, hubiera acudido la harka que había expugnado a Sidi-Dris, aumentando poderosamente los medios de los asediadores. |