HISTORIA MILITAR DE ESPAÑA
Ingenieros Militares Ilustres



TIBURCIO SPANNOCCHI (1541 - 1606)

Ingeniero militar italiano del siglo XVI al servicio de la monarquía española. También fue conocido como Espanoqui, Espanochio, Espanochi, Fra Tiburcio, Tribulcio Hispanochi e Hispanoqui.

Tiburcio Spannocchi. Descripción de las marinas de todo el Reino de Sicilia. Madrid, 1596

Tiburcio Spannocchi nació en Siena (Toscana) en 1541 en el seno de una familia noble cuyos orígenes se remontaban hasta Ambrogio di Ser Mino da Spannocchia de 1359. Hasta 1572 estuvo al servicio del cardenal Delfino en Roma. Ese año pasó a trabajar al servicio de Marco Antonio Colonna, general de las galeras pontificias de Levante y futuro virrey español de Sicilia.

Spannocchi se trasladó a Sicilia con el virrey. En 1578 escribió una descripción de las marinas del reino de Sicilia, en el que se afirma que había servido al rey de España durante tres años en la isla, es decir, desde 1575.

En 1574 se puso de manifiesto a falta de ingenieros militares en la península, por lo que los virreyes españoles de Nápoles y Sicilia y el gobernador español de Milán fueron encargados de buscar y enviar a España los mejores ingenieros de sus respectivos territorios. El virrey Colonna recibió la carta del rey en 1578, en la que le ordenaba "le enbiase alguna persona avil en cosas de fortificación", de resultas de la cual envió a Tiburcio Spannocchi a la península en 1580.

El 15 de febrero de 1580 fue examinado por Francisco de Ibarra, quien lo encontró muy hábil en lo que a "designios" se refería, pero con poca práctica y ninguna experiencia en el campo de batalla. Fue aceptado y enviado ese mismo año a Fuenterrabía, en el marco de una inspección más general relativa a las defensas de la frontera guipuzcoana con Francia. Allí inició una relación con esta zona del valle del Bidasoa que duraría varios años y en la que el ingeniero estableció una relación con Gracia de Fagoaga, fruto de la cual nacería una hija natural llamada Catalina Blanca.

En 1581 hizo las trazas para la construcción de los fuertes que deberían cerrar el estrecho de Magallanes. Seis años más tarde, en 1587, el ingeniero Juan Bautista Antonelli realizó un reconocimiento de la zona para la construcción de los citados fuertes, pero éstos no se construyeron debido a lo inhóspito de la zona y a las enormes dificultades de construcción y de mantenimiento de una guarnición en el estrecho.

En 1582 fue fundador, junto con el arquitecto Juan de Herrera, de la Cátedra de Mathemáticas y Arquitectura Militar de Madrid, auspiciada por Felipe II y que abrió su puertas en el antiguo Alcázar Real. Ese mismo el rey le encargó hacer la planta y descripción de Aranjuez. Ese mismo año, de regreso a la costa vasca del valle del Bidasoa, participó en los preparativos de la flota que el rey Felipe II estaba preparando en el puerto de Pasajes y que enviaría a las islas Azores para repeler un ataque lanzado por los franceses. La expedición se lanzó al año siguiente, 1583, y en ella participó Spannocchi realizando una descripción de las islas. Como resultado de la misma, elevó al rey un proyecto de fortificación de las Azores en 1584.

En 1587 se le encargó hacer las trazas para fortificar la ciudad de Cádiz. Dos ingenieros italianos al servicio de Felipe II, Calvi y el capitán Fratín, ya habían diseñados las trazas en años anteriores. Pero fueron los planos de Spannocchi, modificados por su discípulo el capitán D. Cristóbal de Rojas, los que se utilizaron para su ejecución hasta 1613, fecha de la muerte de éste último. También proyectó una ciudadela de planta rectangular en Cádiz, que nunca fue construída.

En 1588 aprobó el plan de fortificaciones que el ingeniero Antonelli propuso para la defensa de el Caribe y que se le pasó para que diera su parecer. Sin embargo, sus trabajos y soluciones entraron en conflicto con las de los ingenieros que trabajaban en las tierras americanas, que eran los que realmente conocían el terreno. Por ejemplo, sobre la fortaleza del Morro en La Habana el ingeniero Antonelli discrepó en 1596 sobre el empleo en el Morro para municiones y almacenes de los arcos que Spannocchi construyó en Cádiz, "por la excesiva humedad y calor de la tierra, que pudre todo". En 1609 se decidió la construcción del fuerte de la Punta del Judío, en Cartagena de Indias, según las trazas de Spannocchi; un año más tarde, el gobernador informó de lo difícil que fue hacer los cimientos, ya que "la planta era cuadrada y el sitio puntiagudo".

Previamente a la empresa de Inglaterra de 1588 Spannocchi elevó un informe al rey en el que consideraba que todo estaba a favor de España (razón, barcos, hombres, capitanes), y aconsejaba sobre detalles de ejecución y medios de la expedición. Hace un repaso de los potenciales enemigos de España y de los lugares donde el ejército español podía ser atacado (Pirineos, Flandes, Milán) y hace ver su confianza en las fortificaciones allí construidas. El informe se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid (Manuscrito número 979, en italiano, traducido al español en el manuscrito número 1750 (6 hojas a partir del folio 418) con el título "Discurso del cavallero Spanoquio y exhortación para la empresa de Inglaterra Al Potentísimo Rey Philipe 2°". Solicitó formar parte de la expedición, pero se le denegó. Su hermano MArio participó en ella, muriendo en la misma.

En 1589 Tiburcio Spannocchi solicitó al rey que le concediera el título de Ingeniero Mayor, pero su petición fue denegada (se le concedió doce años despues, en 1601). Ese mismo año inició el proyecto de fortificación de La Coruña (castillo de San Antón), El Ferrol (castillo de San Felipe) y la ría de Betanzos.

En 1592 le encontramos inmerso en el estudio del sistema defensivo de la frontera de Aragón con Francia. Sus trabajos se materializaron en los planos de la ciudadela de San Pedro, en Jaca, en el proyecto de fortificación de la Aljafería, en Zaragoza, y en el reconocimiento de los pasos fronterizos de Canfranc, Benasque y el Valle de Arán, donde destaca la vista coloreada del Castell Lleó.

Entre 1594 y 1598 estuvo de nuevo trabajando en las fortificaciones de Guipúzcoa, especialmente en Fuenterrabía y San Sebastián, así como en las torres a construir en Guetaria y Pasajes. En 1594 tuvo tiempo para visitar el castillo de San Antón, La Coruña, trazado por él y prácticamente finalizado. Igualmente, ese año visitó Cádiz, donde dió por terminada la construcción de un almacén de municiones y presentó las trazas de la Aduana de la ciudad.

El 15 de abril de 1601, con 60 años y gracias a las gestiones del Duque de Lerma, el rey Felipe III le concedió el título de Ingeniero Mayor de los Reinos de España, cargo que no existía anteriormente y que venía solicitando desde 1589. El nombramiento significaba la superintendencia e inspección de todas las fortificaciones de la Metrópoli y Ultramar, sin más superiores que el Consejo de Guerra y el Capitán General de Artillería. Sin embargo, su ritmo de trabajo permaneció inalterado, y Spannocchi siguió con las visitas, informes y trazado de planos sobre las defensas del reino. A partir de entonces recibió el fabuloso sueldo anual de 1.600 ducados (al llegar a España recibía 40 ducados al mes).

En aquella época los ingenieros militares podía ser contratados como arquitecto, si bien no ocurría al revés. De este modo, tras el nombramiento, el duque de Lerma le encargó en 1601 la traza para levantar una gran casa en Valladolid. No obstante, el proyecto no se realizó, pues el duque compró otras casas en la ciudad y desechó la construcción de una nueva. Spannocchi también construyó cuarteles y casas para oficiales en Cádiz, Jaca y la isla Tercera de las Azores, estableciendo un estilo propio con dos alturas con corredores y escaleras en los extremos, y con sótano de dos plantas, exentos y con galería exterior. Este estilo se impondría en el siglo XVIII.

A partir de 1601 tuvo que volver a visitar las fortificaciones de Fuenterrabía y San Sebastián. Su actividad, en realidad, abarcó todas las fortificaciones que se hacían o reparaban en la península. Las costas de Portugal, Galicia y Santander fueron escenarios de su trabajo.

En 1602 el rey Felipe III le encargó que dibujara la traza de las fortificaciones en las que había intervenido o supervisado, tanto en los reinos peninsulares como en América. Se desconoce si la llegó a realizar, y si lo hizo, posiblemente desapareció en el incencio de uno de los torreones del Palacio Real de El Retiro durante la Guerra de Sucesión.

En 1604 realizó un detallado estudio sobre la forma de acabar con las inundaciones del río Guadalquivir a su paso por Sevilla.

En 1605 solicitó permiso para ir a Italia a besar los pies al papa Pablo V, pariente y paisano suyo. Se le denegó el permiso, pues su labor se consideraba muy necesaria en la península.

Tiburcio Spannocchi alcanzó un prestigio universal, convirtiéndose en referencia prácticamente obligada en informes o estudios críticos de fortificaciones elaborados por otros ingenieros contemporáneos, tanto españoles como extranjeros. Gracias a su prestigio pudo manifestar cuanto quiso con gran independencia de criterio, lo que le llevó a enfrentarse en numerosas ocasiones a militares o funcionarios de alta graduación, recibiendo generalmente la aprobación real. Su informes sobre fortificaciones abarcaban el número de vecinos de la zona y el reconocimiento de los valles que visitaba. En las trazas y vistas paisajistas que se conservan de él se muestra sus grandes dotes como dibujante. Destaca en este campo la vista cartográfica de la comarca fronteriza de Guipúzcoa entre Irún y San Sebastián, con sus núcleos urbanos, caminos y accidentes geográficos.

Spanocchi también destacó en el arte de modelar maquetas de fortificaciones y zonas de terreno. Destacan la que hizo en 1581 sobre Fuenterrabía (tan difícil de transportar que propuso repetirla en la corte) y en 1596 sobre el castillo de Benasque, en el Pirineo, donde se mostraban los problemas del paso en esa zona. Propuso hacer una sobre Gibraltar que no llegó a realizarse. Con estas y otras muchas maquetas que probablemente construyó, Spannocchi contribuyó a mantener informado a Felipe II sobre sus tierras y dominios.

Fue Caballero de la Orden de San Juan de Jerusalén, en la que había de probarse una nobleza de al menos cien años de antigüedad y no tener una profesión vil o mercantil.

No se sabe con certeza la fecha de su muerte, pero parece probable que muriese en febrero de 1606 a la edad de 65 años, siendo enterrado en la iglesia de los Clérigos Menores de Madrid (Aparici no encontró ningún documento suyo a partir de 1608). Ese mismo año le habían sido concedidos 400 ducados de renta de por vida.

Leonardo Turriano, discípulo de Tiburcio Spannocchi, fue designado Ingeniero Mayor para sucederle. Al fallecer, el cargo no se proveyó y desapareció hasta el 13 de enero de 1710, fecha en la que el rey Felipe V nombró a D. Jorge Próspero de Verboom como Ingeniero General, con el encargo de crear el Cuerpo de Ingenieros.




FUENTES:

  • Estudio histórico del Cuerpo de Ingenieros del Ejército. Madrid, 1911. Reedición facsímil de la Inspección de Ingenieros, 1987. Tomo I, página 5

  • Alicia Cámara Muñoz. Tiburzio Spannocchi, ingeniero mayor de los reinos de España. Revista de la Facultad de Geografía e Historia, núm. 2, 1988, págs. 77-90.