Rebelión de Said al-Matari al-Yashubi en Niebla (766)
A los tres años escasos de haber sofocado la rebelión abásida de Al-'Ala hubo un levantamiento yemení en 766 en la región de Niebla, esta vez sin participación califal. Al frente de la rebelión estaba un tal Said al-Matari al-Yashubi, que quizás se sublevó en venganza por la derrota de Al-`Ala y sus partidarios.
Said al-Matari se apoderó de Sevilla y se hizo fuerte de nuevo en Qalat Raawac (Alcalá de Guadaira), donde fue sitiado por el emir. En una de las salidas que hicieron los rebeldes para tratar de romper el cerco Said al-Matari resultó muerto. Sus tropas tuvieron que pedir la rendición después de una enconada lucha.
Ese mismo año Abd al-Rahman decidió ejecutar a Abu Sabbah Yahya al-Yashubi, el influyente jefe yemení que propuso la muerte del emir tras la batalla de Al-Musara. Abu Sabbah había sido nombrado gobernador de Sevilla y posteriormente destituido. Visiblemente disgustado, había escrito a sus partidarios y se decía que estaba confabulado con los rebeldes de Said al-Matari. Acabada la rebelión de éste, el emir atrajo a Abu Sabbah a Córdoba mediante un ardid y lo mató.
Rebelión de Abd al-Gaffar al-Yashubi en Sevilla (772-774)
En diciembre de 772 Abd al-Rahman I estaba sitiando el castillo de Xabatrán, donde se hallaba refugiado el rebelde bereber Shaqya, cuando recibió un mensaje de su hijo Suleymán, a la sazón gobernador de Córdoba en su ausencia, en el que le anunció la sublevación de los sevillanos al mando de un tal Abd al-Gaffar al-Yashubi, primo del asesinado Abu Sabbah Yahya al-Yashubi, y de Hayat ibn Mulatis. A los sublevados les apoyaban los yemeníes de la ciudad.
El emir acudió rápidamente a Córdoba, pero una vez comprobada la cantidad y unidad de los sublevados, envió por delante a su primo paterno Abd al-Malik ibn Umar al-Marwaní, quedando él mismo en retaguardia dispuesto a socorrerle.
Al-Marwaní envió a su hijo Umayya para realizar un reconocimiento. Este encontró a los sublevados sobre aviso y en guardia, por lo que regresó con su padre, quien le reprochó su debilidad y, a modo de escarmiento, le cortó la cabeza por cobardía. Acto seguido arengó a sus tropas y atacó a los rebeldes con tal ímpetu que les inflingió una grave derrota, resultando el propio Abd al-Malik herido en el combate. Como premio a la hazaña de su primo, el emir tomó a la hija de Abd al-Malik como esposa de su hijo Hixam y le recompensó a él, a sus hijos y a sus herederos.
El 20 de noviembre de 773 Abd al-Rahman entró en Sevilla y ordenó la ejecución de los partidarios de la rebelión. Este hecho le acarreó tal odio entre los árabes que el emir tuvo que comprar esclavos, es decir, mamelucos, para su ejército, pues aquellos no quisieron entrar a formar parte de sus filas a partir de entonces con tanta voluntariedad como antes.
Los dos jefes yemeníes de la rebelión pudieron escapar, pero el emir les persiguió hasta la vertiente sur de Sierra Morena, donde gracias a una estratagema de su primo Abd al-Malik ibn Umar al-Marwani les derrotó en el wadi Qais (rio Bembézar) en 774.
