Rebelión pro-abásida de Al-'Ala (763)
En 763 se levantó contra Abd al-Rahman I en el distrito de Beja un jefe árabe llamado Al-`Ala ibn Mugaith al-Yashubi al-Hadrami. Había desembarcado en Al-Andalus con dinero e instrucciones del califa Al-Mansur para levantar una rebelión bajo la bandera negra de los abásidas y acabar así con la independencia de hecho de Al-Andalus. Le siguieron muchos baladíes y chundíes (especialmente el chund de Egipto, mayoritario en Beja, los yemeníes de Sevilla, así como un tal Wasit ibn Mugaith al-Tai.
Junto a ellos se sublevó también Umayya ibn Qatan al-Fihri, el hijo del antiguo valí Abd al-Malik ibn Qatan. No obstante, los yemeníes no se fiaban de las intenciones de Umayya. Lo prendieron y encadenaron en Carmona. Cuando las tropas de Abd al-Rahman entraron en esta ciudad, lo encontraron en este estado. El emir se compadeció de él y le dió la libertad.
El emir llegó con sus tropas a la alquería de Kallat Raawac (Alcalá de Guadaira), donde estaban acampadas las tropas sublevadas. En socorro de los rebeldes acudió desde Sidonia un tal Gayath ibn Alqama al-Lajmi, contra el cual el emir envió una columna de su ejército al mando de su liberto Badr. Una vez frente a frente entre en rio Guadaira y el rio Guadalquivir, concertaron la paz y Gayath ibn Alqama regresó a sus tierras.
Sabida la noticia por los rebeldes, decidieron ir a resistir a la ciudad de Carmona. Abd al-Rahman se enteró y decidió emboscarles a la entrada de la ciudad. Para ello mandó a Badr que corriera a Carmona, plantase sus tiendas a las puertas de la ciudad y reuniese gente adicta. Mientras tanto el emir llevó sus tropas a espaldas de la ciudad. Cuando los sublevados llegaron a Carmona y vieron las tiendas de Badr, creyeron que el emir se les había adelantado y se desordenaron. En ese momento la caballería de Abd al-Rahman cayó sobre ellos, causando gran mortandad entre los sublevados.
Tras la victoria, el emir mandó cortar las cabezas de los responsables, las envolvió en la bandera negra de los abásidas, las metió en un saco y se las entregó a un mercader que había de viajar a Ifriqiya. Este las abandonó de noche en la plaza de Qayrawan.
La noticia del suceso llegó a oidos del califa Al-Mansur, que exclamó:
- "¡Loado sea Dios, que ha colocado el mar entre ese demonio y yo.!"
De regreso de sofocar la rebelión de Al-`Ala, el emir envió a Badr y Tamman ibn Alqama para enfrentarse a la rebelión de Hixam ibn Urwa en Toledo.
Rebelión pro-abásida de Abd al-Rahman al-Siqlabi (777-778)
Sofocada la rebelión bereber de Shaqya ibn Abd al-Walid al-Fatimí en 777, un agitador árabe llamado Abd al-Rahman ibn Habid al-Siqlabi desembarcó en el litoral murciano de Todmir por encargo del califa Muhammad al-Mahdi para provocar un levantamiento pro-abásida similar al que Al-`Ala intentara catorce años antes.
Este personajes tenía el sobrenombre de al-Siglabi, que significa "El Eslavo", apelativo que se le dió por ser alto, pelirrojo y de ojos azules.
Desde Barcelona se puso en contacto con Suleyman ibn Yaqzan al-Arabi, gobernador de Zaragoza, de forma que según el historiador Dozy, ese mismo año de 777 visitó a Carlomagno junto con gobernador de Zaragoza y Abu-l-Aswad Muhammad, hijo del anterior gobernador fihrí para preparar juntos la rebelión de Zaragoza del 778. Pero Suleyman al-Arabi rompió cualquier trato con el agitador al darse cuenta que obraba por cuenta de los califas abásidas.
Al-Siqlabi se vió forzado a refugiarse en la zona de Valencia, donde un ejército del emir le persiguió y le quemó las naves. Un bereber a sueldo del emir le buscó en su refugio, le decapitó y envió su cabeza a Córdoba a finales del 778 o principios del 779, finalizando con ello el intento de rebelión.
