Rebelión bereber de Shaqya ibn Abd al-Walid al-Fatimí (768-777)

Esta fue la más larga, peligrosa y extensa de cuantas rebeliones tuvo que hacer frente el emir Abd al-Rahman. Tuvo como jefe a un tal Shaqya ibn Abd al-Walid al-Fatimi, oriundo de la tribu de los Miknasa y maestro de escuela en el distrito oriental de Santaver. Llevado por su ambición y misticismo se hizo pasar entre sus congéneres bereberes por un imán descendiente del profeta a través de su hija Fátima, esposa de Alí, ya que su propia madre también se llamaba Fátima.

El éxito de la insurrección fue inmenso, ya que los bereberes de Al-Andalus eran almas inquietas siempre al acecho de nuevas doctrinas que respondieran a su anhelo de una regla puritana y fe depurada. Es más, en esa época el "jarichismo" triunfaba de nuevo entre los bereberes Zanata del Norte de Africa, como ya ocurriera 28 años antes. Además, al oeste de Marruecos otro bereber de origen andalusí llamado Salih ibn Tarif se hacía pasar por profeta e imponía una doctrina basada en el Corán y el Islam a la gran confederación de los Bargawata, que durante varios siglos continuarían bajo esta herejía.

Tras apoderarse de la ciudadela de Santaver, Shaqya se apoderó de Coria, Medellín y Mérida, haciéndose dueño de la accidentada región de las cuencas del Tajo y del Guadiana. Acabó estableciendo su cuartel general en el castillo de Sopetrán (Guadalajara). Combatía mediante tácticas guerrilleras, desapareciendo cuando era atacado por el ejército del emir, y bajando al llano cuando éste desaparecía.

En 772 el emir se encontraba sitiando el castillo de Sopetrán cuando tuvo que bajar a Sevilla para sofocar la rebelión de Abd al-Gaffar al-Yashubi. Antes de partir, encomendó la jefatura del asedio del rebelde Shaqya a un jefe bereber de gran autoridad llamado Hital, pero éste fracasó en su misión.

En 776 le sitiaron inutilmente los generales Ubayd Allah Abu Uthman y Tamman ibn Alqama al-Thaqifi.

Tras nueve años de infructuosos intentos del emir en persona y de sus generales, Abd al-Rahman I sobornó a un bereber llamado Abu Zabal para que asesinara a Shaqya. Este por fin fue muerto a traición por dos de sus partidarios en 776/777, poniendose con ello fin a esta larga rebelión.