Huida a Ifriqiya

Los califas Omeyas, aristócratas sirios, transformaron el Islam en una monarquía de tipo oriental, como la Persia de los sasánidas. Las sectas más exaltadas deseaban devolver al Islam su primitiva pureza religiosa. Se esperaba la llegada de un profeta que unificase todos los factores de odio a los Omeya. Este fue Abu-l-Abbás Abd Allah "El Sanguinario", bisnieto de un primo hermano del profeta y del martir Alí. Fue proclamado en la mezquita mayor de Cufa el 28 de noviembre de 749. Derrocó al último califa Omeya, Marwan II ibn Muhammad, y se dedicó a exterminar a todos los miembros de la familia Umayya.

Abd al-Rahman ibn Muawiya ibn Hixam, nieto del califa Hixam, era huerfano de padre en vida de su abuela; su madre era bereber, de nombre Rah. Padre de su hijo Suleyman en 747, escapó de la captura de sus parientes en su casa de Dair Hanna, distrito de Qinnasrina. Se refugió en una alquería en el Eufrates con su hijo, su hermana uterina Umm al-Asbagh, su hermana Amat al-Rahman, su hermano Yahya de trece años y su liberto Badr. Finalmente fue encontrado por los abásidas y huyó cruzando el rio. En la huida fue muerto su hermano Yahya.

Abd al-Rahman decidió escapar a Palestina, pero encontró aquellas tierras demasiado cercanas a Damasco, por lo que se decidió por Ifriqiya, gobernada por el independiente Abd al-Rahman ibn Habid y que había permitido la estancia a varios de la familia Banu Umayya. Pero un enfrentamiento con el gobernador, a causa de una profecia, aconsejó a Abd al-Rahman ibn Muawiya escapar de nuevo.

Se escondió en un lugar llamado Baray, tribu de Micnesa. El liberto de su hermana Umm, llamado Selim Abu Xuchaa, conocedor de Al-Andalus pues había participado en la conquista formando parte de las tropas de Muza ibn Nusayr, se enfadó con Abd al-Rahman y se volvió a Siria con Umm. Tras varios apuros se alojó en Sabra, de la tribu de Nafka, de donde era su madre.

Desde allí escribió a sus clientes de Al-Andalus, explicándoles las persecuciones seguidas e invocando sus derechos de patrono. Les decía que el gobernador Yusuf al-Fihri le inspiraba poca confianza y que le informaran de la posibilidad de conseguir el gobierno de Al-Andalus. Para ello su liberto Badr desembarcó en la península con la carta de su señor en junio de 754. Los clientes decidieron no contestar hasta consultar con Al-Sumayl, por lo que se unieron al ejército de socorro que partía a liberar Zaragoza.

Ubayd Allah Abu Uthman y Abd Allah consiguieron el respaldo de Al-Sumayl, pero cuando al año siguiente Yusuf y Al-Sumayl convocaron de nuevo a los Banu Umayya para combatir otra vez a los rebeldes de Zaragoza, Al-Sumayl les informó que se negaba a apoyar los planes de Abd al-Rahman ibn Muawiya. Les comunicó también que él personalmente les combatiría si mantenía su pretensión de proclamarse emir, pero que intentaría darle la hija de Yusuf al-Fihri en matrimonio si se contentaba con una alta dignidad.

Perdida la esperanza de encontrar apoyo en las tribus de Rabia y Mudhar, los Banu Umayya pidieron su respaldo a los yemeníes, a quienes agradó la idea, como venganza por las derrotas de Secunda y Zaragoza. De vuelta en su distrito compraron un barco y fueron a buscar a Abd al-Rahman. Entre los embarcados se encontraba el liberto Badr, un criado de Hixam llamado Xaqir y un tal Tamman ibn Alqama Al-Thaqifi, de sobrenombre Abu Galib. Este último acabaría siendo nombrado ministro por Abd al-Rahman, cargo que ocupó hasta la muerte.

Abd al-Rahman se encontraba entre los bereberes en Monguila, bajo el mando de Ibn Qurra Al-Mugili. Entregaron el dinero del rescate y los regalos a los bereberes, que se oponían a la entrega de Abd al-Rahman, se hicieron a la mar y desembarcaron en Almuñecar en sep-oct. de 755.