Fortaleza construida para la defensa de Barcelona.
Montjuich es el nombre con el que se denominó a la pequeña colina, de unos 200 metros de altitud, que domina Barcelona por el lado del río Llobregat. El nombre proviene del cementerio judía que existió en ella durante muchos años y que fue muy importante, dada la elevada comunidad judía que hubo en la ciudad.
La posición de la colina y su altitud sobre el mar la convirtieron desde la antiguedad en la lógica ubicación de un faro, para referencia y guía de navegantes, y una torre de vigilancia, para prevenir la llegada de posibles enemigos y para la transmisión de señales. La primera constancia documentada de la existencia de una obra defensiva en su cumbre data del año 1073.
La torre fue ganando en importancia con el paso de los años, de forma que hacia el año 1600 era bastante consistente. En 1640, con ocasión de la Guerra dels Segadors, se construyó en tan solo treinta días la primera fortificación de Montuich. Se trataba de un fortín de tierra, con revestimiento de piedra y barro, en forma de cuadrilátero con cuatro pequeños baluartes en sus esquinas. El 26 de enero de 1641 resistió el asalto del ejército del Rey, mandado por el marqués de los Vélez.
Finalizada la guerra con el triunfo de las armas reales, se acometieron obras en diversas ocasiones para ampliar la fortaleza, especialmente bajo el gobierno del virrey y capitán general don Francisco de Velasco. Las obras que convirtieron el fortín en un castillo cuya planta ocupaba toda la parte llana de la cumbre datan de 1694, de forma que la pequeña fortificación existente con anterioridad quedó como reducto interior. El castillo constaba de tres baluartes mirando hacia tierra y un dilatado frontis rectilíneo, en forma de línea de dientes de sierra, mirando al mar.
El final del siglo XVII y el principio del siglo XVIII fueron especialmente aciagos para Barcelona, ya que sufrió cinco sitios:
Sitio de 1697: protagonizado por un ejército francés al mando del Landgrave de Hassia, quien sitió la ciudad por tierra y por mar. El castillo de Montjuich protegía Barcelona por el lado del Llobregat, y cruzaba sus fuegos con las baterías establecidas en la muralla que existía en el actual Paralelo, lo que dificultaba el ataque por tierra e impedía a la escuadra francesa un bombardeo eficaz. Esto obligó al Landsgrave a bombardear por mar el barrio de la Rivera y la zona del Born mientras que desembarcaba sus tropas en la zona del Besós, desde donde se preparó el asalto a la muralla por la zona del actual Arco de Triufo. Barcelona resistió dos meses hasta que finalmente capituló.
Ataque de 1704: el 30 de mayo la flota aliada del almirante Rooke (49 barcos: 30 británicos y 19 holandeses), al servicio de los intereses del archiduque Carlos, atacó Barcelona sin emplearse a fondo. Bombardearon la ciudad tan solo un día, tratando de levantar la ciudad en su favor. Al no conseguir su objetivo la flota partió hacia Italia.
Ataque de 1705: en el mes de agosto la flota británica se dirigió a Barcelona y la atacó por segunda vez. El 13 de septiembre los aliados tomaron el castillo de Montjuich por sorpresa, reforzaron sus defensas y comenzaron a bombardear la ciudad desde allí. Tras sufrir un bombardeo de tres semanas en el que los británicos, que Dios confunda, lanzaron más de 6.000 proyectiles sobre la ciudad, Barcelona capituló el 9 de octubre de 1705 ante el archiduque Carlos.
Sitio de 1706: el rey Felipe V trató de recuperar la ciudad, pero se retiró un mes más tarde tras fracasar en la toma el castillo de Montjuich, donde se libraron combates muy duros.
Sitio de 1714: Fue el más largo y cruento sitio que sufrió la ciudad. Duró desde el 25 de julio de 1713 hasta el 11 de septiembre de 1714, fecha en la que Barcelona sufrió el último y definitivo asalto, muy costoso en vidas humanas para ambos bandos.
Acabada la Guerra de Sucesión se imponía la necesidad de realizar importantes obras en el castillo, pero estas no se acometieron hasta mediados de siglo, cuando se decide abordarlas al mismo tiempo que el castillo de San Fernando de Figueras.
El proyecto de las obras fue encomendado por el marqués de la Mina, capitán general de Cataluña, al Ingeniero General D. Juan Martín Zermeño, quien lo presentó con fecha de 14 de enero de 1751, dando comienzo las obras en 1753. Zermeño hizo derruir el antiguo fortín y acabó de dar forma al conjunto de fortificaciones, modificando unas, construyendo otras, dotándolo de servicios sanitarios y cisternas, una de ellas de agua potable; todo ello ajustado al sistema de defensa de tipo abaluartada.
A finales de 1779 se terminaron los desmontes y formación de glasis, las plazas de armas del camino cubierto y sus traveses, todas las explanaciones de las baterías y el terrado de los pabellones de oficiales. Se había hecho el entrepiso de madera de los dormitorios de tropa para poder alojar en ellos doble número de soldados y construido cocinas y hornillos para 3.000 plazas. En agosto de ese año se dieron por concluidas las obras, tomando el castillo el aspecto que conserva, con ligeras modificaciones, en la actualidad.
El castillo de Montjuich consiste en un primer recinto construido al este de la cumbre de la montaña, dominando el puerto y la ciudad, y un conjunto de obras defensivas complementarias construidas detrás de la fortaleza, al oeste de la cumbre de la montaña. Los flancos este, norte y oeste están protegidos por un foso, con su escarpa y contraescarpa, defendido por un parapeto para fusilería que a su vez daba protección a un camino cubierto. El flanco sur está cubierto por el acantilado sobre la costa.
PUENTE DE ACCESO Y ENTRADA.
La puerta de acceso al castillo se abre en la cortina de 69 metros que une los baluartes de San Carlos y Santa Amalia. Se accede a ella por un puente fijo con un tramo levadizo que atraviesa el foso este. Pasada la puerta, dos rampas abovedadas conducen al interior del castillo en cuya parte central se eleva el edificio central, construido por el ingeniero Zermeño sobre el castillo viejo.
BALUARTE DE SAN CARLOS.
Baluarte de San Carlos, al este de la fortaleza, situado a la izquierda del puente y desde el que se tiene una magnífica vista de la ciudad de Barcelona. Fue construido por Zermeño de nueva planta, pues no existía anteriormente.
BALUARTE DE SANTA AMALIA.
Baluarte de Santa Amalia, al norte de la fortaleza, situado a la derecha del puente y en el que está construida la estación final del teleférico de Monjuich. Fue bautizado con este nombre en honor a la reina Amalia. En su lugar existía uno incompleto denominado de Santa Isabel; Zermeño acabó de completarlo y mejorar su construcción.
MUSEO MILITAR.
El museo militar ocupaba el recinto interior de la fortaleza, con sus casamatas y galería interior. Su entrada estaba en la cortina este del patio de armas.
PATIO DE ARMAS.
HORNABEQUE.
Situado tras la cortina oeste del patio de armas y en cuyo flanco sur existen restos de la batería de costa, está protegido por un revellín (desde el que están tomadas las fotos de abajo). El hornabeque se construyó aprovechando un pequeño barranco que termina en la parte alta de la montaña.
REVELLÍN.
El revellín está situado inmediatamente delante del hornabeque. Se tiene acceso al mismo a través de un túnel construido bajo el hornabeque.
BALUARTE DE VELASCO.
El baluarte de Velasco se denomina así en honor del capitán general D. Francisco de Velasco, responsable de las mejoras de introducidas a castillo a finales del siglo XVII. El baluarte está situado al noroeste de la cumbre, a la derecha del revellín. Fue construido por el general Velasco y respetado por Zemeño, ya que era la parte más nueva y moderna del castillo.
BALUARTE DE LA LENGUA DE SIERPE.
El baluarte de la lengua de Sierpe, situado al suroeste de la cumbre, a la izquierda del revellín, fue construido por el general Velasco y modificado por Zermeño
LUNETAS DEL MAR Y DE TIERRA.
La luneta de Mar está delante del baluarte de Sierpe, al sur del mismo. Zermeño mandó derruir la antigua luneta, sustituyéndola por otra más moderna y mejor construida. La luneta de Tierra está delante del baluarte de Sierpe, al oeste del mismo. Al igual que la anterior luneta, Zermeño mandó derruir la antigua luneta, sustituyéndola por otra más moderna y mejor construida.
LA ALBERCA.
Alberca, construida entre los baluartes de Velasco y Sierpe. Zermeño construyó en el interior del baluarte de Santa Amalia una cisterna de 79.947 pies, que junto con la cisterna de la plaza de armas (14.920 pies) y la alberca garantizaban el abastecimiento de agua al castillo.
LOS FOSOS.
El foso de Santa Elena, situado entre el revellín y el orejón norte del hornabeque, fue el lugar del fusilamiento de cientos de ciudadanos alzados o simpatizantes de la causa nacional durante la guerra civil.
El foso oeste se encuentra delante de los baluartes de Velasco y Siepe; el foso norte está delante de los baluartes de Velasco y Santa Amalia. El presidente Company fue fusilado en el lienzo este del baluarte de Velasco que da al foso norte.
El foso este se encuentra delante de los baluartes de San Carlos y Santa Amalia, cruzado por el puente de acceso al castillo. Por último, nos queda el camino cubierto, situado en el exterior de los fosos.
Guerra de la Independencia (1808-1813): En 1808 el castillo estaba al mando del brigadier D. Mariano Álvarez de Castro como gobernador del mismo. Al comenzar la entrada de soldados franceses en España, el capitán general de Cataluña le ordenó entregar el castillo a las tropas francesas. En cumplimiento de esta órden, el coronel Floresti se hizo cargo de la fortaleza el 12 de marzo de 1808. Durante toda la guerra el castillo sirvió de prisión, hasta que regresó a manos españolas el 27 de mayo de 1814.
Sucesos revolucionarios de 1842: El 3 de diciembre de 1842 el general Espartero ordenó bombardear Barcelona desde el castillo, lanzando sobre la ciudad un total de 1014 proyectiles sobre ella.
Sucesos revolucionarios de 1843: El 8 de junio de 1843 se levantaron tropas en Cataluña para forzar el fin de la minoría de edad de la reina Isabel II. El general Prim ordenó un nuevo bombardeo de Barcelona, que se realizó el 24 de octubre y en el que participó también la artillería de la Ciudadela. Se lanzaron sobre la ciudad unas 2500 bombas.
Resto del siglo XIX: Durante el resto del siglo el castillo de Montjuich fue prisión y mantuvo una guarnición militar. En este tiempo se procedió a realizar una serie de obras de mantenimiento y de refuerzo de su valor defensivo, que no modificaron la estructura de la fortaleza. Con motivo de la guerra contra los Estados Unidos de América, se proyectó en 1898 la construcción de una batería de cañones de 30,5; las obras se retrasaron hasta 1902.
Exposición Universal de 1929: Con ocasión de la exposición, el Ministerio de la Guerra cedió a la ciudad terrenos de la zona militar de la montaña de Montjuich con objeto de construir en ellos diversos proyectos urbanísticos relacionados con la exposición.
Guerra Civil (1936-39): Al producirse el Alzamiento Nacional el castillo se convirtió en prisión de miles de personas del bando nacional y lugar de ejecución de varios centenares de ellos, así como en asentamiento de artillería antiaérea que evitó, en parte, los bombardeos de la ciudad por parte de la aviación nacional. A partir del 26 de enero de 1939, perdida la ciudad por la Republica, el castillo cambió de manos y se convirtió en prisión de republicanos y lugar de ejecución de alguno de ellos; el fusilamiento más significativo fue el de Lluis Company, presidente de la Generalitat de Catalunya, ejecutado en el foso norte de la fortaleza, cara a la ciudad de Barcelona.
Museo Militar de Montjuich (1963): Finalizada la guerra el castillo alojó una guarnición militar poco importante. Por Ley de 6 de mayo de 1960, el Jefe del Estado cedió el castillo a la ciudad de Barcelona para instalar en él un Museo Militar y dedicar el resto del espacio a jardines y miradores, excepto las obras defensivas del oeste, que siguen albergando unidades miltares. El museo se inauguró el 24 de junio de 1963 tras finalizar las obras de restauración y adecuación correspondientes, dirigidas por los arquitectos municipales Antonio Lozoya Augé y Joaquín de Ros y de Ramis. Desde entonces el castillo de Montjuich está regido por un patronato cuyo presidencia recae en el teniente general destinado en el edificio de la Capitanía Militar de Barcelona.
Fortalezas catalanas de la Ilustración. Catálogo de la exposición efectuada con motivo del 250 aniversario de los castillos de Montjuich de Barcelona y San Fernando de Figueras. Barcelona, 2003.