Fué el primer gobernador local nombrado en una larga década, y quizás como consecuencia de un posible descontento de los árabes que llevaban más de 20 años viviendo en Al-Andalus y viendo como siempre se nombraban gobernadores de fuera.

Ya en junio de 721, como consecuencia de la muerte del gobernador Al-Samah en la batalla de Tolosa, los árabes le habían eligido como gobernador interino en el propio campo de batallas hasta la llegaba de Anbasa en el mes de agosto.

Abd al-Rahman reanudó enseguida la actitud agresiva contra los aquitanos, estancada desde los éxitos de Anbasa en la cuarta expedición musulmana y en la que conquistó Carcasona, Nimes y Autum en 724 y 725. Para ello aprovechó como excusa la revuelta de los bereberes en los Pirineos y organizó la quinta expedición musulmana desde la conquista, y que finalizó con la derrota de Poitiers y la muerte del propio Abd al-Rahman al-Gafiqi.