No hay servicio más análogo al militar que el telegráfico, por los hábitos de subordinación y disciplina que exige, y por las fatigas y privaciones que le son inherentes.”

(Pascual Madoz, “Diccionario Geográfico”).

Incluimos la Red Nacional de Telegrafía Óptica dentro de los antecedentes telegráficos militares españoles por su estrecha vinculación con el ejército. Ante la ausencia de una red telegráfica nacional similar a la existente en otros países, y por ser una gran herramienta para controlar el orden público, pues permitía conocer rápidamente los acontecimientos de la península y, por tanto, reaccionar con igual rapidez, a primeros de marzo de 1844 el Brigadier de Ingenieros don Manuel Varela y Limia, conocedor la utilidad del telégrafo en operaciones militares y a la sazón Director General de Caminos, recibió la orden del Ministro de la Gobernación, el moderado González Bravo, de establecer una Red de Telegrafía Óptica que uniera todas las capitales de provincia y puntos notables de la costa y fronteras con la capital del reino[01].

Convocado el concurso para la elección del telégrafo óptico a emplear, el fallo se produjo por Real Orden de 29 de septiembre de 1844, publicado en la Gaceta de Madrid del 2 de octubre. Resultó ganador el sistema ideado por el oficial de Ingenieros de la Armada y coronel de Estado Mayor don José María Mathé Aragua; su código de transmisión se basaba en la combinación de las posibles posiciones que podían ocupar en la vertical seis esferas colocadas en paralelo e insertadas en otras tantas barras verticales y paralelas. Ese mismo día se ofició al ministro de la Guerra que el coronel Mathé pasaba a ocuparse de la construcción de la línea telegráfica Madrid-Irún, a las órdenes del Director General de Caminos.



José María Mathé Aragua, brigadier de E.M. y fundador de los telégrafos en España. Grabado en La Ilustración Española y Americana, número del 30 de abril de 1875.

El coronel Mathé se reveló un gestor infatigable, decidido y enérgico. Había colaborado anteriormente en el proyecto telegráfico que el teniente de navío don Juan José de Lerena había presentado al Gobierno en los años 30 y había formado parte de la Comisión Topográfica de España. Conocía los problemas constructivos de las torres ópticas, pues no en vano había estado a cargo de las fortificaciones de Castro Urdiales. Su actividad comenzó de forma tan frenética que consiguió que por Real Decreto de 5 de agosto de 1845 fuese aprobado el Reglamento orgánico del Servicio Telegráfico. Por Real Orden de 14 de junio de 1847 fue nombrado responsable de la organización del Servicio Telegráfico nacional, dentro del Ministerio de la Gobernación. En enero de 1851 fue nombrado Director General, con el título de Director Jefe de las Líneas.

La Red Nacional de Telegrafía Óptica se compuso de tres líneas.

  • La primera línea, o línea de Castilla, circulaba entre Madrid e Irún con 52 torres. Se ordenó su construcción por Real Orden de 29 de septiembre de 1844, y entró en servicio dos años más tarde, el 2 de octubre de 1846, hasta su desmantelamiento en 1854.

  • La segunda línea, o línea de Barcelona, enlazaba Madrid con Barcelona por Valencia con 60 torres. El tramo Madrid-Valencia entró en funcionamiento en 1849, y al año siguiente finalizó el ramal Tarancón-Cuenca, con ocho torres. El tramo Valencia-Barcelona estaba aún en construcción en 1850 y no hay constancia de su entrada en pleno funcionamiento; los trayectos Valencia-Castellón y Barcelona-Tarragona estuvieron funcionando de forma no oficial; el trayecto Castellón-Tarragona era interrumpido frecuentemente por bandas de facciosos carlistas. En 1850 comenzó la construcción del ramal Barcelona-La Junquera. En 1853 el tramo Valencia-Barcelona fue totalmente desmantelado ante la inminente entrada en servicio de una nueva red basada en telegrafía eléctrica.

  • La tercera línea, o línea de Andalucía, discurría entre Madrid y San Fernando (Cádiz) con 59 torres. Se construyó en tres años y entró en servicio en dos partes: el ramal Madrid-Puertollano lo hizo en julio de 1850, si bien el trayecto Madrid-Aranjuez se puso en servicio en 1848; en febrero de 1853 finalizó la construcción de la torre de San Fernando. Estuvo en funcionamiento hasta agosto de 1857, fecha en que se ordenó el abandono de las torres y su custodia por la Guardia Civil.

Por su vinculación al orden público y hasta la creación de un Cuerpo de Telégrafos civil, la construcción y explotación de esta red se valió de personal precedente del ejército. El personal facultativo se organizó en cuatro categorías, dominado por oficiales:

  • “Inspector de línea de primera”: responsable del servicio, que recayó sobre coroneles o brigadieres, siendo el coronel (luego brigadier) Leonardo de Santiago el más significativo.

  • “Inspector línea de segunda”: encargado del cumplimiento de los reglamentos, entre los que destacó el coronel Manuel del Busto.

  • “Comandantes de línea”: responsables de varias secciones de entre cuatro y seis torres por sección, siendo los primeros los tenientes coroneles de Infantería Joaquín Calviño, Pedro de Bayo y Ramón Martínez Valdés.

  • “Comandantes-ayudantes”: en apoyo de los anteriores, que en principio se reclutó entre oficiales del ejército.




Telégrafo inventado por el coronel Mathé. Corresponde al instalado en la torre de Adanero (Foto: webmaster).

El personal operador se organizó en tres categorías:

  • “Oficiales de sección” a cargo de entre cinco o seis torres.

  • “Torreros”, responsables de la materialización de la transmisión de los mensajes.

  • “Ordenanzas”, encargados de entregar mensajes en mano cuando así se requería o la transmisión se hacía imposible.

Este personal estaba formado casi en exclusiva por soldados, cabos y sargentos licenciados del ejército, siendo los primeros los sargentos primero licenciados José Dalmau, Jacinto Pliego y Jose María Carreira, y el sargento segundo Juan González.

Pascual Madoz opinaba que la decisión de emplear en Telégrafos a personal militar licenciado fue una decisión importantísima y trascendental, no sólo porque así se daba acomodo digno a los veteranos, sino “porque no hay servicio más análogo al militar que el telegráfico, por los hábitos de subordinación y disciplina que exige, y por las fatigas y privaciones que le son inherentes.”[02]

La Red Nacional de Telegrafía Óptica nació herida de muerte por la nueva tecnología emergente de telegrafía eléctrica. El coronel Mathé era plenamente consciente de ello, pues para él las líneas de telegrafía óptica en las que trabajaba nunca conformaron ni podrían conformar una verdadera red nacional. Prueba de ello es que a partir de la entrada en funcionamiento de la línea óptica Madrid-Cádiz en 1853 dedicó muchos esfuerzos a seleccionar y entrenar un grupo de personas capaz de establecer una verdadera Red Telegráfica Nacional basada en telegrafía eléctrica. En julio de 1853 ya se habían desmantelado todos los telégrafos ópticos en Cataluña, estando prevista su inmediata sustitución por medios eléctricos. En 1854 quedaba completada la línea de telegrafía eléctrica entre Madrid e Irún y el tramo Zaragoza-Barcelona. Un año después, en 1855, dejó de funcionar la línea equivalente de telegrafía óptica. En 1857 se desmanteló la línea de telegrafía óptica Madrid-Cádiz.



Torre de Adanero, que se corresponde con la número 11 de la línea Madrid-Irún (Foto: webmaster).

Las últimas estaciones de telegrafía óptica que dejaron de funcionar fueron las que formaban parte de la Red Militar de Telegrafía Óptica de Cataluña que mencionamos a continuación, suprimida en 1862 con ocasión de la pacificación del Principado. A pesar de ello, entre 1863 y 1865 siguió funcionó una red de telegrafía óptica en la zona del bajo Ebro de las provincias de Tarragona, Teruel y Zaragoza. La red fue desplegada por el general don Manuel Salamanca con apoyo del Cuerpo de Telégrafos. El general ideó el sistema de codificación, basado en las posiciones de dos aspas fijadas en un poste vertical, que se movían como lo hacen los brazos de un hombre; de esta manera el sistema permitía hasta un total de doce posiciones[03].

Para los amantes de la Telegrafía Óptica, les ofrecemos los siguientes documentos, todos ellos localizados en Internet

También recomendamos visitar el stio web de la Asociación de Amigos del Telégrafo de España, un lugar donde bucear en la historia de esta apasionante actividad como son las Transmisiones.


[01] Real Decreto de 1 de marzo de 1844, publicado en la Gaceta de Madrid el 6 de marzo. Citado por Olivé Roig, op. cit, pág, 41. A partir de ahora, mientras no se diga otra cosa todas las noticias de esta red provienen del libro de Oliver Roig.

[02] Pascual Madoz, Diccionario Geográfico. Artículo “Madrid”. Citado por Oliver Roig en op. cit., pág. 81.

[03] Oliver Roig, op. cit., pág. 97.