Ingeniero militar y artillero italiano al servicio del rey Carlos I de España.

    (NOTA: La presente biografía está copiada de la escrita por Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño en la web de la Real Academia de la Historia).

Gabriele Tadino di Martinengo nació en Bérgamo, Italia, entre 1476 y 1479, de una familia originaria de Caravaggio. Su abuelo, Michele Tadino, se trasladó a Martinengo en 1434, ejerciendo como médico. Su hijo Clemente tuvo cuatro hijos, los tres primeros y Gabriele se dedicaron a la carrera militar. De las fechas de nacimiento de los hermanos se puede deducir que Gabriele nació entre 1476 y 1479. 

Después de completar sus estudios de ciencia y defensa militar en 1508, Gabriele se alistó en el ejército de la República de Venecia como soldado e ingeniero militar. Sus primeros encargos incluyeron intervenciones en las fortificaciones de Crema (Cremona, en Lombardía) en 1513. En 1522 servía como ingeniero en la isla de Creta, donde además era coronel de milicias. En ese mismo año, fray Antonio Bosio solicitó su intervención en la defensa de Rodas, asediada por los turcos; sin embargo, el gobernador de Candia le negó el permiso para salir. Tadino resolvió entonces embarcarse en secreto de las autoridades venecianas y partió hacia la isla, consiguiendo entrar con ayuda en la plaza, empleando posteriormente todos los recursos de su ciencia en defenderla, incluso acudiendo a las acciones de minado. Al respecto, Tadino desarrolló herramientas para identificar los túneles en construcción por los turcos y en la preparación de contraminas, que provocaron numerosas bajas en el ejército sitiador. Sin embargo, después de una enérgica resistencia de más de cuatro meses, Rodas se rindió por falta de municiones ante Suleyman I (Solimán el Magnífico), que permitía a los sitiados abandonar la isla. 

En agradecimiento a sus servicios, los Caballeros de la Orden de San Juan, también llamados Caballeros Hospitalarios, encargados de la defensa de la isla, premiaron a Martinengo, sucesivamente, con los títulos de Caballero de la Gran Cruz, Prior de Pisa, bailío de San Esteban y finalmente con el que más habría de usar y ser conocido, el de prior de Barletta. En el trascurso de la defensa perdió un ojo en un combate.

En diciembre de 1523, procedente de Sicilia, se entrevistó en Pamplona con el emperador Carlos V como enviado de los Caballeros de San Juan, en demanda de que les cediera la isla de Malta. El monarca, sabedor de los conocimientos de Tadino en fortificación y artillería, le nombró en julio del siguiente año “Capitán General de la Artillería de España y Aragón y toda la que fuere y hubiere en cualquier ejército o ejércitos con los que la persona del Rey se pusiera en campaña”. De ahí pasó en 1524 a San Sebastián, donde proyectó el “frente de tierra” y el castillo de La Mota. Para el primero construyó el famoso “Cubo Imperial”, en realidad un enorme baluarte con orejones, de 35 metros de anchura y 60 de longitud, con muros de 12 metros de espesor en sus caras y algo menor en sus flancos. Para dar salida a los humos de la artillería en casamata, inventó unos “espiráculos” encargados de la consiguiente extracción, estableciendo además un sistema de contraminas. Por esa época trazó también un proyecto de reformas de la fortaleza de Salses “la vieja”, en el Rosellón, (Salsas para los españoles) que posteriormente sería modificado totalmente por el artillero-ingeniero Ramiro López. También tomó parte en el asedio a Marsella de 1524, en cuyo sitio estuvo con Ramiro López (una de las figuras más eminentes de la fortificación española, el cual presenta en sus diseños una clara influencia de Martinengo), dirigiendo por su parte los trabajos de zapa y aproche para el ataque a la plaza.

En julio de 1526 marchó a Italia donde, al frente de varias compañías españolas, en mayo del año siguiente, derrotó en diversas ocasiones a las tropas francesas. Como resultado de un revés sufrido, cayó prisionero de los franceses en Génova, siendo rescatado por el emperador. En 1527 llegó a Melilla, plaza en la que se había realizado a partir de 1515 una fortificación alrededor de la llamada Melilla la Vieja, con el objetivo de remodelar las anteriores defensas. Se trataba de llevar a cabo un nuevo trazado de las murallas del frente del mar y el de tierra, junto a sus puertas, realizando en consonancia el primer sistema de fortificación moderno de la ciudad. El proyecto se iría materializando entre 1527 y 1532 (ya sin Tadino) consistente en un gran baluarte, más tarde llamado de “la Concepción”, dos baluartes o torreones planos, el torreón llamado del “Santo Espíritu”, al que proyectaba ensanchar, adelantar y aumentar en altura, y construir sobre el torreón de San Sebastián un caballero para flanquear el foso del citado frente de tierra, además de las consiguientes cortinas y las nuevas puertas.

En 1529 acompañaba a Italia al emperador, con el que participaba en sus campañas, siendo encargado en ese año de trazar el proyecto del primer recinto del castillo conocido como de “L’Aquila”, castillo que sería terminado en 1538 con un proyecto propio por el ingeniero español Pedro Luis Escrivá. En 1532 estaba con Carlos V en Viena, cuando éste se entrevistaba en la ciudad con el soberano de Turquía. En el año citado, un poderoso ejército se había reunido en Viena para oponerse a la llegada de Suleyman decidido a conquistar la ciudad. La defensa estaba dirigida por Antonio de Leyva, flanqueado por don Ferrante Gonzaga, comandante de la caballería ligera, y por Gabriele Tadino como comandante de la artillería. Suleyman llegó cerca de Viena a finales de septiembre y abandonó la empresa debido tanto al mal tiempo como al tamaño del ejército reunido para la defensa de la ciudad. 

En 1533, como resultado de las heridas recibidas en la última campaña, recibió permiso del emperador para volver a Italia. Murió en Venecia el 4 de junio de 1543.

El Prior de Barletta fue uno de los grandes ingenieros italianos que introdujeron la fortificación abaluartada o sistema de fortificación italiana en España, siendo una de sus más famosas obras el citado baluarte conocido como “Cubo Imperial” que se ha relacionado por su trazado con dibujos de fortificación de Miguel Ángel, y no porque este genial arquitecto influenciara a Martinengo, sino al contrario, porque Miguel Ángel conociera los trabajos que estaba realizando en San Sebastián el citado ingeniero.

Nicolás Maquiavelo, en su obra en forma de diálogo "El Arte de la Guerra", cita frecuentemente en su libro a Tadino di Martinengo como interlocutor del famoso matemático Tartaglia, al que presenta 37 preguntas o cuestiones sobre artillería y fortificación.