Fortaleza española erigida en el paso natural de Barcelona a Gerona.
El castillo de Hostalrich está construido en la cima de un estrecho contrafuerte situado a 189 metros sobre el nivel del mar y que domina la llanura circundante, con la misión de controlar el camino o Vía Real de Barcelona a Gerona por el valle del Tordera. Esta carretera es de uso obligado en las comunicaciones norte-sur en esta zona de Cataluña por ser el único paso natural existente entre Barcelona y Gerona, siendo además una bifurcación interior de la antigua Vía Augusta romana.
La roca donde se construyó el castillo, denominada el Turó del Castell, se ve protegida en su parte oriental por el río Torderá, que actúa como un formidable obstáculo que impide el asalto por aquel lado.
Sus orígenes corresponden a una importante fortaleza medieval documentada desde 1145. Su origen remoto corresponde a un antiguo poblado ibérico que después sería oppidum romano. Durante la Edad Media Hostalrich se convirtió en la sede administrativa de vizcondado de Cabrera, cuya familia construyó el castillo medieval existente antes de la actual fortaleza y que, junto con el castillo de Montsoriu, era uno de los principales bastiones de esta familia. En la primera mitad del siglo XII el castillo era una fortificación de importancia. En 1306 el rey Jaime II de Aragón autorizó a hacer obras en él.
El castillo actual se construyó entre 1719 y 1754 siguiendo un proyecto del Ingeniero General Próspero de Verboom. Tenía una traza aproximadamente rectangular, con sus lados mayores de noroeste a suroeste. El lado oriental estaba cerrado por una gran cortina apoyada en el borde superior del enorme y escarpado talud que cae sobre el río Tordera. En el lado opuesto, por donde es más accesible el acceso a la cima, había un frente abaluartado que se adaptaba a la configuración del terreno, y que tenía una contraguardia avanzada delante del baluarte de la izquierda. En el frente de la cortina, donde el acceso es más fácil de forma natural, había una media luna con el fin de descubrir los avances y trabajos de enemigo y para reforzar la defensa exterior del cuerpo principal de la fortaleza. En la parte central se alzaba un robusto caballero con almacenes y pabellones a prueba, dominando todo el recinto y capaz de batir hasta una distancia bastante considerable con sus seis piezas de gran calibre.
La fortaleza se hallaba rodeada por un foso tan profundo, que la escarpa y la contraescarpa se hacían imposibles de escalar. El camino cubierto que envuelve la obra ofrecía una buena defensa, tanto por su desarrollo como por lo robusto de la estacada y los rastrillos.
Tenía dos entradas bien defendidas: una por la parte de la población y otra por la parte que da al campo, en el lado opuesto. A unos 200 metros de la última se hallaba una fuente que abastecía la guarnición, que además contaba en el interior del castillo dos aljibes de gran capacidad.
La población se encontraba en la ladera, de fuerte pendiente, rodeada de una antigua muralla incapaz de presentar una defensa adecuada. Más abajo, donde la pendiente se junta con el llano, se encontraba el arrabal, cuya entrada estaba dominada por un gran torreón llamado de los Frailes, único edificio capaz ofrecer resistencia y artillado con dos piezas de pequeño calibre.
El castillo de Hostalrich sufrió tres ataques durante la Edad Moderna:
Durante la insurrección catalaña de 1640, o la "Guerra dels Segadors", las tropas de Felipe IV fueron obligadas a batirse en retirada en 1640 en cuanto llegaron a Hostalrich.
Durante la Guerra de los Nueve Años los franceses invadieron el Principado de Cataluña y se presentaron ante Hostalrich el 18 de julio de 1694. Tras una corta resistencia, el castillo y la población se rindieron a las tropas del duque de Noailles, quien destruyó la fortaleza medieval el 27 de julio de 1695 antes de abandonarla. Un año más tarde, se reconstruyó según el plano del ingeniero militar Josep Chifrion, quien hizo rodear las murallas y torres con un sistema de baluartes poligonales y construyó, además, en la cumbre más alto, varios pabellones y arsenales que constituyeron un nuevo castillo, derrumbando con ello el medieval de los Cabrera.
Durante la Guerra de la Independencia el castillo sufrió un bloqueo y sitio de cuatro meses, hasta que finalmente cayó en manos francesas el 13 de mayo de 1810.
El castillo mantuvo su guarnición militar hasta 1929, año en el que el general Primo de Rivera la trasladó por falta de condiciones de alojamiento.
El 13 de noviembre de 1963, Hostalrich fue declarado Monumento Histórico Artístico.
Enciclopedia Universal Espasa. Editorial Espasa-Calpe, S.A. Madrid, 1981.
Juan Carrillo de Albornoz. Abriendo Camino, historia del Arma de Ingenieros. Tomo I. Fundación Central Hispano. Madrid, 1997.