HISTORIA MILITAR DE ESPAÑA
Organización




LAS HERMANDADES

Institución nacida para la defensa de los ciudadanos de las villas y ciudades de las correrías y devastaciones de los malhechores. Fueron creadas por el rey Alfonso VI tras la toma de Toledo en 1085 y fueron disueltas el 15 de enero de 1835, durante la minoría de edad de Isabel II.

Soldados de la Santa Hermandad

Las Cofradías
Las milicias concejiles
Hermandad de San Martín de la Montiña
Hermandad de Villa Real y Talavera
La Santa Hermandad Vieja
La Hermandad en las Vascongadas
La Hermandad en Aragón
La Hermandad en Navarra
La Hermandad en León y Galicia







La Cofradía

El conde Sancho García, "el de los Buenos Fueros", quiso emancipar a sus pueblos del poder del feudalismo tras haber derrotado al famoso Almanzor en la batalla de Calatañazor (1002) y tener ocasión de aumentar sus fronteras. Para ello dotó a sus villanos de fueros para que no reconociesen a otro señor que el Rey ni otra autoridad que su Concejo.

Los demás reyes y príncipes imitaron el ejemplo del conde castellano, de forma que en aquella época nacieron los primeros fueros municipales, con cuyas libertades los pueblos experimentaron notables mejorías, pues se sintieron libres sin otra sumisión que a los reyes. Pero la lucha eran continua, bien contra los musulmanes, bien contra los nobles, bien contra los malhechores que amenazaban constantemente los caminos. Los habitantes de los concejos decidieron buscar la fuerza a través de su unión, y de esta manera nació la cofradía, como reunión de todos aquellos que tenían una misma ocupación o trabajo, y acogiendose cada una de ellas a la protección de un santo a quien rendían culto como Patrono.

En aquellas ocasiones en las que el peligro era común a varios concejos, éstos se unían entre sí temporalmente para combatirlo; este comportamiento dió lugar con el tiempo a la Hermandad

La Hermandad tuvo en ocasiones carácter permanente, llegando a redactar leyes y celebrar Cortes con asistencia de los reyes. Con el tiempo se conviertieron en una de las organizaciones armadas permanentes de los reyes para sus campañas contra los musulmanes:

    "En este tiempo todos los rústicos, labradores e menuda gente se ayuntaron, faciendo conjuración contra sus señores, que ninguno de ellos diese a sus señores el servicio debido. E a esta congregación llamaban hermandad; e por los mercados e las villas andaban pregonando: Sepan todos, que en tal lugar, tal día señalado, se ayuntará la hermandad, e quien fallesciera, que no viniere, su casa se derrocará." Extracto de la Historia del Real Monasterio de Sahagún, escrita por el padre Fray José Pérez y el Padre Escalona.






Las milicias concejiles

El rey Alfonso VIII "El de las Navas" dió algunas leyes respecto a la organización de las hermandades en 1214, antes de su muerte.

Cuando se organizaban los ejércitos para campañas de la Reconquista, gran parte de los mismos estaban integrados por milicias concejiles mandados por Alcaides y Cuadrilleros.

En la tradución de un fuero dado en 1180 despues de la toma de Cuenca por Alfonso VII, se expone cómo los Cuadrilleros eran los dedicados a recoger las presas del enemigo para repartirlas como b otín. Poseían unos cuadernos donde quedaban registrados los prisioneros, ganados, armas, etc ... También cuidadaban del esatdo de los heridos e imponían y cobraban multas a las incumplidores y rezagados en las marchas. En resumen, además del mando de sus "Cuadrillas", ejercían una gestión fiscalizadora y administrativa en el buen mandar y "policía de las huestes".






Hermandad de San Martín de la Montiña (1220)

Tras la ocupación de la ciudad de Toledo después de una campaña de asedio que duró seis años, quedaron desocupados grandes contingentes de hombres que se dedicaban a merodear por las inmediaciones de Toledo, cubiertas entonces de extensos bosques.

En la zona de Sila Mayor o Montiña, dehesa de la provincia de Toledo, se refugió un gran número de estas huestes, convirtiendose en un peligro para viajeros y caminantes, pues por la zona discurría la calzada de Calatrava. Se desconoce la fecha y manera de formación de esta hermandad, y se cree que ya existía en época del rey Alfonso VIII el de las Navas. En el archivo de la Santa Hermandad de Toledo se encuentró un documento firmado del rey Fernando III el Santo y fechado el 3 de marzo de 1220 a favor de la Hermandad de Colmeneros y Ballesteros de Toledo, también llamada de San Martín de Montiña, que es la más antigua de todas las hermandades.

Desde su principio, la hermandad fijó penas muy severas y era la administradora de sus propias sentencias, pues sus jefes hacían justicia por delegación del rey. En los casos de robo, la pena era de muerte, que se extendió a otros reinos:

    "Si algún cofrade topare al salteador en el malhecho, lo prenda luego, y no esperen al Rey ni al Señor del pueblo, para que luego sea ahorcado." P. Moret. Anales de Navarra. Tomo III, pág. 64, libro XX, 1766.






Hermandad de Villa Real y Talavera (1242)

En 1242 el rey Fernando III el Santo se encontraba en Córdoba preparando un ejército que había de tomar Jaén. Supo entonces que su madre Doña Berenguela había salido de Toledo hacia Córdoba para entrevistarse con él y pedirle que le relevara de las tareas de gobierno a las que se dedicaba en ausencia de su hijo. Fernando III acudió a su encuentro, y ambos se reunieron en las tierras de Pozuelo Seco de don Gil, propiedad de un tal Gil Turra Ballestero, natural de Alarcos, y situadas en una zona manchega de frontera. El rey y su madre fueron huespedes de don Gil Turra unas seis semanas. Don Gil y sus hijos, Miguel y Pascual, habían formado una hermandad con otros caballeros, labradores y colmeneros para luchar contra unos malhechores que devastaban la zona al mando de un tal Carchena con partidas de, en ocasiones, más de cien hombres.

Don Gil aprovechó la estancia del rey para solicitarle la confirmación de su hermandad de manera que se le permitiera continuar la persecución y lucha contra los malhechores de forma regular y ordenada. Se formaron tres "Cuadrillas de Hermandad": una mandada por Miguel Turra y establecida en Talavera; otra al mando de Pascual Turra y establecida en Ventas con Peña y Aguilera; y la tercera, la más importante, al mando de don Gil Turra en sus posesiones de Pozuelo.

Para dar perpetuidad al lugar de Pozuelo Seco de don Gil, el rey Alfonso X el Sabio trazó en 1273 el recinto de una ciudad que recibió el nombre de Villa Real. Juan II de Castilla la rebautizaría por el de Ciudad Real.






La Santa Hermandad Vieja (1294)

Reinando Alfonso X el Sabio, las cuatro hermandades anteriores se unieron en una sola que recibió el nombre de Hermandad de Toledo, Talavera y Villa Real. La 2° Partida, Ley 12, Título 26 establece las condiciones que debían de reunir los oficiales Cuadrilleros: "que sepa temer a Dios, e auer en si verguenza ... leales ... de buen entendimiento ... sofridos. Ca la lealtad los guardara, que non les faga la cobdicia errar. E el buen entendimiento le fará dar a cada uno su derecho."






La Hermandad en las Vascongadas






La Hermandad en Aragón






La Hermandad en Navarra






La Hermandad en León y Galicia



FUENTES: