LA CAMPAÑA DE MELILLA DE 1893

(Septiembre - diciembre de 1893)

Primer choque de importancia entre rifeños y españoles, que supuso el antecedente cercano a las campañas de Marruecos del siglo XX.

En febrero de 1893 el general García Margallo, General Gobernador de Melilla, ordenó la construcción de un fuerte junto al cementerio y morabito de Sidi Guariach, situado dentro de los límites reconocidos de la plaza. Comenzadas las obras, los lugareños consideraron que el paso de soldados y obreros por las cercanías del cementerio era una profanación del santo lugar, por lo que el 14 de julio de ese año los jefes de las cábilas fronterizas solicitaron al general Margallo el aplazamiento de las obras. Ante el avance de las mismas, la noche del 26 de septiembre los moros destruyeron una caseta empleada para guardar el material y albergar el personal durante el día. En el asalto, los moros atacaron un tejar inmediato a la plaza, de manera que los proyectiles llegaron al primer recinto de ésta. Para cortar futuros ataques, el general Margallo ordenó que un destacamento de 40 soldados disciplinarios al mando de 2 oficiales quedase de guarnición en el destacamento.





Fuerte en construcción de Sidi Guariach. Revista Blanco y Negro, núm. 132 de 1893. Archivo del Museo Específico de Regulares de Ceuta.

El 2 de octubre los moros realizaron un segundo ataque, esta vez de día y contra los trabajadores y la compañía de Ingenieros que se encontraban en el lugar de las obras. El elevado número de atacantes, cifrado en unos 4.000, forzó la retirada de los españoles y la salida del general García Margallo hasta el fuerte de Camellos al frente de cuantas tropas pudo reunir para proteger la retirada del destacamento de Sidi Guariach.

De nada sirvieron las protestas del gobierno español ante el Sultán de Marruecos, pues los días 27 y 28 de octubre los moros realizaron un tercer ataque a Melilla, con tal violencia que lograron cercar las tropas españolas acuarteladas en el fuerte de Cabrerizas Altas, a cuya entrada murió el general García Margallo.

Era preciso enviar refuerzos a los sitiados, pero éstos debían de llegar siguiendo un determinado plan. Para ello se necesitaba enviar un correo que rompiera el cerco del fuerte, corriera por la tierra de nadie y llegara al fuerte de Rostrogordo. El capitán Picasso, que pasaría porteriormente a la Historia como el juez instructor del Informe Picasso sobre el Desastre de Annual, se presentó voluntario. Una escolta de 25 hombres le cubriría. Al salir del fuerte de Cabrerizas Altas los moros comenzaron a disparar sobre ellos. El capitán Picasso, montado sobre su caballo "Príncipe", recién asignado el 9 de octubre pasado, decidió salir solo a todo galope "con inminente riesgo de su vida".





Cementario y morabito de Sidi Guariach. Revista Blanco y Negro, núm. 132 de 1893. Archivo del Museo Específico de Regulares de Ceuta.

El capitán Picasso llegó a Rostrogordo como una exhalación, pero una vez allí comprobó que las líneas telefónicas estaban cortadas, el heliógrafo inservible y la posición rodeada. Entonces decidió proseguir hasta Melilla. Eran tres mil metros de distancia flanqueados de trincheras enemigas. Pero el capitán Picasso persistió en su idea, y además exigió ir solo para no exponer a nadie más a la muerte. Nada más salir se convirtió en el blanco de los fusiles moros y en el objeto de aclamaciones de todos los españoles, que contemplaban la galopada con gritos de ánimo. Por esta acción, el capitán Picasso recibió la Laureada de San Fernando a las pocas semanas. Tenía 36 años.

El nuevo Gobernador Militar, general Macías, llegó a la plaza con refuerzos suficientes para reunir un ejército de unos 15.000 hombres. Sin embargo, ante el deseo del Sultán de no romper abiertamente con España, el gobierno español nombró el 25 de noviembre al general Arsenio Martínez Campos como General en Jefe del ejército de operaciones, confiando en sus dotes para lograr una satisfactoria resolución del conflicto.

El general Martínez Campos consiguió que el 10 de marzo de 1894 se firmara un convenio en el que se acordó el castigo de los rebeldes, la señalización de los límites de la plaza, y el mantenimiento de una mehalla del Sultán de 400 hombres para evitar nuevas agresiones, haciéndose lo propio en Ceuta. Por su parte, los españoles rodearon el cementerio y el morabito de Sidi Guariach con un muro.



Entre los refuerzos llegados desde la península se encontraba una Sección de Telegrafía Óptica organizada por el Batallón de Telégrafos, al mando del teniente de Ingenieros don Gerardo López Lomo, que salió de Madrid el 24 de noviembre y desembarcó en Melilla tres días más tarde (27 de noviembre). La sección inició los trabajos de enlace el 30 de noviembre mediante la incorporación de una estación óptica a las fuerzas de protección de los trabajos del fuerte de Sidi Guariach y el establecimiento el 2 de diciembre de una red óptica de nueve estaciones para sustituir la red telefónica establecida por el 3er Regimiento de Zapadores de forma provisional durante los primeros momentos y que había sido cortada por los moros en sus ataques. La topología de esta red era la siguiente: aparatos dobles en el palomar de Ingenieros, corresponsales en los fuertes y cuarteles de San Lorenzo, Camellos, Cabrerizas bajas, Cabrerizas altas, Rostrogordo, Polígono, Victoria Grande y San Fernando.





Una batería de montaña en 1893 en las cercanías de la ciudad. Imagen, Manuel Company.

Ante la concentración de tropas peninsulares en la plaza, el Batallón de Telégrafos organizó una segunda unidad: una Sección de Montaña de Telegrafía Eléctrica al mando del teniente de Ingenieros don Leonardo Royo, que partió para Melilla el 7 de diciembre y desembarcó en la plaza el 12 de diciembre. Con ella viajaba el capitán de Ingenieros don Santos López Pelegrín, que asumió el mando de las dos secciones expedicionarias. La nueva sección se dedicó a enlazar con línea telefónica el Cuartel General del General en Jefe de operaciones, general don Arsenio Martínez Campos, con los dos cuerpos de ejército que se organizaron (18 de diciembre), el Gobierno Militar de Melilla (20 de diciembre) y las obras de construcción del fuerte de Sidi Guariach (21 de diciembre), así como el Cuartel General del 2º Cuerpo de Ejército con la división del general Mella, que ocupaba el Polígono (21 de diciembre).

Normalizada la situación, el 1 de enero de 1894 comenzó el regreso de las fuerzas a la península y, en consecuencia, el repliegue de algunas de las línras telefónicas instaladas, si bien se instaló una estación óptica en el fuerte de Sidi Guariach, que pasó a denominarse Fuerte de la Purísima Concepción.

Finalizado el conflicto, el 21 de enero de 1894 la sección eléctrica embarcó para la península, mientras que la sección óptica se integró orgánicamente en la Compañía de Zapadores de Melilla.


  • Jose María Jiménez Domínguez y tres más. Fuerzas Regulares Indígenas. Tomo I: De Melilla a Tetuán (1911-1914. Pág.s. 25 y 26.
  • Eduardo Gallego Ramos. Historial compendiado del Regimiento de Telégrafos y de las tropas de esta especialidad. El Pardo, 1929. Pág,s. 22 y 23.

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