Alocución dirigida a los compañeros de armas y subordinados de Romagosa en Cataluña, mostrando su espíritu de defensa del Rey y la Religión.
"Camaradas:
"El objeto que he tenido en levantarme no ha sido otro que el de defender la Religión y el Rey. El que no esté poseido de estos nobles sentimientos, apártese de mis filas. El robo y el asesinato serán rigurosamente castigados. Si esto os agrada, seguidme; y si no, volveos a vuestra casa.
"Yo nada os puedo prometer de fijo: se dará una peseta diaria a los soldados, seis reales a los sargentos, a los tenientes diez y a los capitanes tres pesetas. Nadie diga después que se le ha engañado: si no pudiera daros ese pre, se os dará menos. Si no se pudiera más que dos reales o uno a los soldados, eso se les dará, y lo mismo se observará proporcionalmente ...El que defiende al Rey y a la Religión debe procurar su subsistencia, pero no hacerse rico a costa ajena.
¡Viva el Rey!
¡Viva la Religión!
¡Muera la Constitución!