HISTORIA MILITAR DE ESPAÑA
Batallas y combates



BATALLA DE UCLÉS (1108)

Consolidación del poder almorávide en la Península.

El sucesor del emperador Yusuf ibn Tarfin fue su hijo Alí ibn Yusuf, quien se dedicó a consolidar su poder sobre los reinos de taifas que habían solicitado el apoyo del ejército almorávide frente a los cristianos. En este sentido, cuando el emir al-Mu´tamid de Sevilla se dió cuenta que el emperador almorávide quería destronarle, trató de aliarse con Alfonso VI en 1090, y le envió a Zayda, la viuda de su hijo.

Zayda se convirtió al cristianismo, se hizo amante del rey Alfonso y le dió su único hijo, el infante don Sancho. Como dote, Zayda aportó al rey castellano una cadena de fortalezas que protegían la capital toledana: Alarcos, Caracuel y Consuegra por el sur; Cuenca, Huete, Mora, Oreja y Uclés por el este. Durante dieciocho años constituyeron el cinturón defensivo de la capital, a pesar de los esfuerzos del emperador Ali ibn Yusuf y de su hermano Tamîm, quien gobernaba la España almorávide desde Granada.

En la primavera de 1108 el príncipe Tamîm tomó el pueblo de Uclés y sitió su castillo. Los castellanos enviaron un ejército de refuerzo formado por 7.000 hombres, entre los que se encontraba el joven infante don Sancho. El combate que se trabó resultó en una desastrosa derrota para los castellanos, entre los que murieron siete condes y el propio infante don Sancho.

La consecuencia inmediata de esta derrota, tan grave como la de Sagrajas doce años antes, fue la caida paulatina de todos los castillos de la dote de Zayda, dejando a Toledo gravemente expuesta a la imparable marea almorávide.






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