HISTORIA MILITAR DE ESPAÑA
Campañas



CAMPAÑAS DE HIXAM I (788 - 795)

El emir Hixam I se entregó de lleno a la lucha contra los cristianos politeístas de las montañas asturianas. Llama la atención la energía bélica que desplegó, organizando una campaña por año y dejando una preparada para el año en que le sorprendió la muerte. Fue la ofensiva más peligrosa lanzada desde Córdoba contra Asturias, que entraron en la capital Oviedo en dos campañas diferentes.

Tan solo se desvió de su objetivo en 793, año en que realizó una expedición contra Gerona y Narbona, obteniendo un resonante éxito en la incursión en territorio franco.



791: Expedición contra Álava y Asturias

En la primavera de 791 salieron dos expediciones contra los politeistas del norte. Iban mandadas por dos veteranos generales de Abd al-Rahman I: Ubayd Allah Abu Uthman y Yusuf ibn Bujt.

Ubayd Allah Abu Uthman partió hacia el saliente de Alava y Bardulia. Derrotó a los infieles y les persiguió por los montes y valles que riegan el Ebro y sus afluentes de la margen izquierda desde las Conchas de Haro hasta el Escudo de Cantabria.

Yusuf ibn Bujt marchó hacia Galicia. Se adentró en la región y la devastó. Cuando regresaba victorioso por la via romana que unía Lugo con Astorga, le salió al encuentro el rey Bermudo I en la confluencia del rio Burbia con el rio Valcárcel, donde hoy se alza Villafranca del Bierzo. El rey Diácono fue arrollado y vencido, sufriendo numerosas bajas. En septiembre de ese mismo año Bermudo I abdicó en Alfonso II el Casto.



792: Expedición contra Álava

Hixam I sustituyó los viejos generales de su padre por los hermanos Abd al-Malik y Abd al-Karim ibn Abd al-Walid ibn Mugaith, nietos del conquistador de Córdoba.

En 792 Abd al-Malik entró en tierras de Alava para razziarlas.



794: Expedición contra Álava y Asturias

En este año salieron dos expediciones al mando de los dos hermanos ibn Abd al-Walid ibn Mugaith.

Abd al-Malik ibn Abd al-Walid, vencedor de los francos en la campaña del año anterior, recibió la orden de operar en Asturias. Realizó el itinerario siguiente: Córdoba, Mérida, Zamora, Astorga, León, valle del Orbigo, rio Luna, región de las Babias, valles de San Emiliano, Torrebarrio y San Bartuelo, puertos de Mesa y Ventana.

Abd al-Malik llegó hasta las puertas de Oviedo, la nueva capital del nuevo rey asturiano, Alfonso II, sin encontrar resistencia. Conquistó la ciudad, la saqueó y destruyó las iglesias construidas por su padre Fruela I. Tras esta hazaña, inició victorioso el camino de regreso. Pero el rey Alfonso II y los suyos, conocedores del terreno, les emboscaron en un angosto lugar llamado Lutos, donde la mayor parte de los musulmanes, incluido el propio Abd al-Malik, resultaron muertos.

Su hermano Abd al-Karim ibn Abd al-Walid devastó victorioso las tierras de Alava.



795: Expedición contra Asturias

El emir quiso vengar la derrota de Lutos y la muerte de su general Abd al-Malik. Por ello envió a su hermano Abd al-Karim ibn Abd al-Walid con un fuerte ejército que contaba con unos 10.000 jinetes contra Asturias.

El emir también organizó otro ejército de diversión contra Galicia, para evitar la concentración en Asturias de las fuerzas gallegas enemigas. Esta columna entró en Galicia, devastó la región y cuando regresaba victoriosa tuvo que combatir contra los cristianos y fue vencida por ellos. En el combate los musulmanes sufrieron muchas bajas y apenas pudieron escapar, dejando numerosos prisioneros en poder de los cristianos.

No obstante, la expedición de Abd al-Karim obtendría un éxito sin precedentes. Abd al-Karim llegó a Astorga y envió por delante a la vanguardia, formada por 4.000 jinetes al mando de Farach ibn Qinana, jefe de la división de Sidonia y mas tarde juez en Córdoba y gobernador en Zaragoza. El joven rey Alfonso se atrevió a presentar batalla en las Babias, asegurándose la ruta de escape por el puerto de la Mesa y la Ventana. Fue derrotado por los dos jefes musulmanes el viernes 18 de septiembre. Sin dar cuartel a los vencidos, los cordobeses se adentraron por el puerto de la Ventana.

En su persecución llegaron hasta el valle del Quirós. Alfonso envió 3.000 jinetes al mando de un tal Gadaxara con la delicada misión de detener a los musulmanes. En la confluencia del rio Quirós con el rio Pielgo, más allá de Casares, y a pesar de lo angosto del lugar, fueron de nuevo derrotados los cristianos con grandes pérdidas, siendo Gadaxara hecho prisionero.

El sacrificio de la caballería cristiana no fue en vano, pues permitió al rey Alfonso abandonar el Monte Albo y retirarse a tiempo, huyendo a Oviedo perseguido por sus enemigos. Aunque pensó presentar de nuevo resistencia en el Nalón, juzgó más seguro retirarse a Oviedo. Cuando las tropas musulmanas entraron en el castillo, encontraron víveres y vituallas, pero no al rey, que se escapó por los pelos.

Al dia siguiente Adb al-Karim envió en su persecución a Farach ibn Qinana, pero esta detención de algunas horas permitió a Alfonso salir de la ciudad antes que los musulmanes entrasen en la ciudad tras sus huellas. En sus precipitada huida dejó abundante botín para sus perseguidores.

Abd al-Karim, bien porque se daba cuenta de lo avanzado de la estación, porque se acordaba de la derrota de Lutos o bien porque ya daba por inutil la captura del rey Alfonso, decidió abandonar Asturias, con lo que no consiguió el objetivo final: la aniquilación del reino y captura del rey, no se cumplió.



793: Expedición contra Gerona y Narbona

En 793 el emir interrumpió la ofensiva contra Asturias para atacar a los francos con un ejército al mando de Abd al-Malik ibn Abd al-Walid. Lo primero que realizó fue atacar Gerona, que en 785 había pasado a manos francas. Según los cronistas árabes, Abd al-Malik causó numerosas bajas a la guarnición franca de la ciudad durante los combates y demolió sus murallas y torres, pero no pudo apoderarse de ella. Luego siguió su camino por la Septimania hasta Narbona, sin encontrar resistencia. Incendió sus arrabales y devastó los alrededores, pero tampoco pudo tomar la ciudad.

Como el rey Luis de Aquitania estaba en Italia con sus mejores tropas, el duque de Tolosa, Guillén, reunió las tropas que pudo y marchó al frente de ellas para cerrar el avance de Abd al-Malik sobre Carcasona. Ambos ejércitos se encontraron a orillas del Orbieu, no lejos de su confluencia con el Aude, en las inmediaciones del pueblo de Villedaigne. El duque Guillén, a pesar de la intrepidez de sus insuficientes tropas, tuvo que ceder ante la presión de los musulmanes y fue derrotado sufriendo un desastre sin precedentes.

Abd al-Malik regresó victorioso a Córdoba con un inmenso botín y gran número de prisioneros. Con el quinto del botín que le correspondía, el emir rehizo el puente sobre el Guadalquivir y terminó de construir la mezquita mayor iniciada por su padre.




FUENTES: