Castillo de San Luis de Bocachica en 1741.

El 17 de marzo de 1640 las naves portuguesas de unos tales Lobo y Da Silva naufragaron en el canal de Bocagrande, situado entre el primer promontorio más cercano a la ciudad y la isla de Terra Bomba. El naufragio sirvió para cegar por completo la entrada al interior de la había por el canal de Bocagrande, con lo que el canal de Bocachica quedó como única entrada al interior de la bahía. Ello obligó a fortificar este canal por ser la única entrada que quedaba.

El gobernador don Luis Fernández de Córdoba ordenó al ingeniero don Juan de Somovilla que levantara los planos. El castillo, llamado de San Luis en honor al gobernador, era de planta cuadrangular con cuatro baluartes (fiel reflejo de los castillos abaluartados construidos en España) y fosos húmedos atravesados por un puente. Los arcos, columnas y pilastras, del bajo Renacimiento, de bella línea, con doble claustro. Las naves serían ocupadas por la Casa del Castellano, alojamiento de tropa, almacenes, capilla, algibes, etc.

Para su construcción se llamó al ingeniero Juan Bautista Antonelli, que estaba en Cuba. Antonelli trabajó en las obras del Castillo de San Luis desde 1646 hasta 1649, fecha en que falleció. Se conserva un plano del castillo fechado en 1661, casi ya finalizado, realizado por el maestro mayor Pablo Mejía.

Su guarnición y artillado se sacaría del resto de fuertes de la ciudad (Manga, Manzanillo y Castillo Grande). La defensa del canal de Bocachica se completaría con la construcción de una batería al otro lado del canal, en la isla de Baru. Se conservan los planos de varias construcciones en la isla de Baru, realizados por el ingeniero don Juan de Somovilla con fecha 15 de agosto de 1648.

En 1697 el castillo de San Luis quedó destruido tras el ataque del pirata francés Pointís. En 1728 el ingeniero don Juan de Herrera y Sotomayor inició su reconstrucción, y reforzó la cortina Este, donde estaba la puerta principal. En 1741, fecha del tercer ataque del almirante Vernon, las obras no habían terminado aún. En esa época su castellano era el coronel de ingenieros don Carlos Suillars de Desnaux, quien nos informa sobre su estado:

"El Virrey aviendome imbiado de Comandante del Fuerte de San Luis de Boca-Chica, como también de os Fuertes anexos a este mando, un mes y medio antes de el ataque, le hice presente el mal estado en que se hallaba el Fuerte (Principal objeto para la conservación de la Plaza), siendo su figura un pequeño cuadrado, que tiene de lado 60 toesas (1 toesa equivale a 1,949 metros), muy mal construido; se había empezado un camino cuvierto, pero no haviendo continuado, sus fundamentos poco elevados servían de trincheras al enemigo; en vista de esto puse Gente para asegurar el estado de defenza, providenciando cortar los arboles que llegaban hasta el pie de el Fuerte ..."

Para reforzar los fuegos del castillo de San Luis en dirección al mar, el ingeniero Herrera completó las defensas del mismo con la construcción de tres baterías en la isla de Terra Bomba: Santiago, San Felipe y Chamba.

Para cruzar sus fuegos con el castillo de San Luis, evitar el cruze del canal de Bocachica y atacar al enemigo en caso de que éste hubiera forzado el paso del canal, Herrera construyó otras tres baterías al otro lado del canal, en la isla de Baru: San José, Varadero y Punta Abanicos. Andando el tiempo, la primera sería reforzada en 1759 para constituir un "Fuerte-Batería".

Tanto el castillo de San Luis como las baterías citadas fueron destruidas por el almirante Vernon en su ataque de 1741. No obstante, protagonizaron una resistencia que duró 17 días (del 20 de marzo al 5 de abril), al mando del coronel de ingenieros don Carlos Suillars de Desnaux, que minó sin duda la moral de victoria de los británicos.