Décimo rey de Navarra

Tras la división del reino por su padre Sancho III el Mayor, recibió un extenso territorio que llegaba por el oeste hasta las actuales provincias de Santander y Burgos: Navarra, Nájera, Bureba y las provincias vascongadas. 

Al morir su padre y recibir el nombramiento real estaba llegando al reino procedente de una peregrinación a Roma, y apenas llegado tuvo que luchar contra su hermano Ramiro, rey de Aragón, que pretendía arrebatarle algunos territorios navarros con la ayuda de reyezuelos musulmanes. Logró vencerle en la batalla de Tafalla y frenar sus aspiraciones, reconciliándose con él poco después.

También al comienzo de su reinado ayudó a su hermano Fernando I, ya convertido en rey de Castilla, contra el rey Bermudo III de León, y participó en la batalla de Tamara, donde Bermudo III fué muerto, lo que supuso la proclamación de hermano Fernando como rey de Castilla y León.

En 1045 tomó a los musulmanes la plaza de Calahorra y la incorporó su reino.

Surgieron enseguida fronterizas este Castilla y Navarra que originaron una nueva guerra entre los hermanos. García III se titulaba rey de Navarra y de Castilla, tal y como aparece en un diploma concedido a la iglesia de Santa María del Puerto (Santoña) en 1047, y poseía en efecto buena parte de ella.  En cambio, en el mismo diploma se llama a su hermano Fernando rey de Burgos.

En 1054 se libró la batalla de Atapuerca, en la que los navarros resultaron vencidos y su rey García Sánchez III muerto en los combates. Como resultado de la batalla Fernando I conquistó Nájera, la Bureba y la Rioja se incorporaron definitivamente al reino de Castilla y la frontera oriental de éste alcanzó el rio Ebro.

García III estaba casado con la infanta Estefanía, hija de los condes de Barcelona. Le sucedió su hijo Sancho IV El de Peñalén, que tenía 15 años de edad.

Hizo numerosas donaciones a iglesias y monasterios, y mandó construir la iglesia de Santa María de Nájera, a la que dotó espléndidamente.