Excepto durante la insurrección de Portugal y Cataluña en 1648, durante siglos España habia estado acostumbrada a combatir fuera de sus fronteras peninsulares, sin que ningún ejército extranjero hubiera pisado estas tierras, por lo que la defensa del interior peninsular estaba bastante descuidada. A este estado de cosas se unió la ruina financiera en la que se hallaba el reino tras la muerte de Carlos II el Hechizado. de infeliz memoria.

El proceso de deterioro y decadencia había hecho de la Península un país sin defensas, casi sin guarnición y dotado de escasas fuerzas, ya que la mayor parte del ejército español se encontraba en Flandes e Italia.

Ante este estado de cosas, el esfuerzo militar realizado por Felipe V fue digno de encomio, pues recibió un país en ruina económica y militar, y legó a su hijo Fernando VI un país bien organizado que, si bien ya no era la potencia europea que fue en época de los Austrias, mantuvo una fuerza militar capaz de defender sus colonias americanas, hacerse respetar del resto de potencias y operar de nuevo militarmente en Italia en 1718, 1733 y 1740.

En 1703, casi al comienzo de las hostilidades, la Caballería no tenía apenas armas y escaseaban los uniformes; las tropas desplegadas frente a la frontera con Portugal desertaban por falta de paga, albergue y alimento. Además, escasamente había en la Península 5.097 caballos, distribuidos como sigue:

• 3.389 en Andalucía y Extremadura.
• 1.300 en Cataluña.
• 640 en Galicia.

Al comenzar la guerra, había en la Península 10 trozos de Caballería y 3 tercios de Dragones:

Ante las necesidades de la guerra, en 1703 se crean 10 nuevos trozos de Caballería en la Península (se disuelve el trozo de Cuantiosos de Andalucía) y otros 3 tercios de Dragones:

Si bien en teoría las plantillas fijaban 400 jinetes para cada trozo (8 compañías de 50 hombres cada una), la escasez de caballos era tan acuciante que las unidades estaban muy por debajo de los números teóricos. Por ejemplo, el capitán general de Andalucía, marqués de Villadarias, tan solo pudo reunir 40 caballos en 1702 para hacer frente al desembarco del almirante Rooke en Rota, mientras que en Cádiz no contaba más que con otros 60. Esta situación exigió hacer numerosas requisas en los pueblos y ciudades.

En el ejército de Flandes el número de unidades era nemor, si bien estaban mejor montados y con más caballos. Había 5 trozos de Caballería y 3 tercios de Dragones. En 1701 se crean 6 trozos más de Caballería y en 1704 se crea 1 tercio mas de Dragones:

En Lombardía existían 3 trozos de Caballería y 1 de Dragones:

En Nápoles existían 3 trozos de Caballería y 3 tercios de Dragones:

En el resto de Italia había 3 trozos de Caballería: