HISTORIA MILITAR DE ESPAÑA
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INFORME DEL MARQUÉS DE LA ENSENADA (1751)

Informe elevado al rey Fernando VI por el marqués de la Ensenada en 1751 proponiendo las necesidades mínimas que se planteaban a España en materia de armamento para poder mantener una postura de neutralidad armada frente a las ambiciones expansionistas de Francia e Inglaterra.

Proponer que V.M. tenga iguales fuerzas de tierra que Francia y de mar que Inglaterra sería delirio, porque ni la población de España lo permite ni el erario puede suplir tan formidables gastos; pero proponer que no se aumente el ejército y que no se haga una decente Marina sería querer que la España continuase subordinada a la Francia por tierra y a la Inglaterra por mar.

Consta el ejército de S.M. de los 133 batallones (sin ocho de Marina) y 68 escuadrones, que expresan la relación número 3; y por la número 4 la distribución en guarniciones, en plazas y en costas que se hacen en ella, de que resulta que sólo vienen a quedar para campaña 57 batallones y 49 escuadrones.

La Francia, como se ve en la relación número 5, tiene 377 batallones y 255 escuadrones, de que se infiere que en el tiempo de paz se halla con 244 batallones y 67 escuadrones más que V.M. y abundancia de gente inclinada a la milicia para levantar prontamente cantidad considerable de tropas, pues a principio del año 1728 llegaba su ejército a 435.000 infantes y 56.000 caballos.

La Armada de V.M. sólo tiene presentemente 18 navíos y 15 embarcaciones menores que se mencionan en la relación número 6, y la Inglaterra los 100 navíos y 188 embarcaciones de la número 7.

Yo estoy en el firme concepto de que no se podrá hacer valer V.M. de la Francia si no tiene 100 batallones y 100 escuadrones libres para poner en campaña, ni de la Inglaterra si no hay la Armada de 60 navíos de línea y 65 fragatas y embarcaciones menores que expresa la relación número 8.

Con estas fuerzas de tierra, plazas competentes y buena amistad con Portugal puede V.M. defenderse de las poderosas amenazas de la Francia sin que en una ni dos campañas hagas progresos sensibles, y en el intermedio puede V.M. mover sus aliados, que no le faltarán, para que hagan división por otras partes que contendrá y confundirá a Francia.

La armada propuesta es cierto que no puede competir con la de Inglaterra, porque es casi el doble la británica; pero también lo es que la guerra de V.M. ha de ser defensiva y en sus mares y dominios necesitará toda la suya Inglaterra para lisonjearse con la esperanza de conseguir alguna ventaja, sea en América o en Europa.

Por antipatía y por interés serán siempre los franceses e ingleses enemigos, porque los unos y otros aspiran al comercio universal, y el de España y el de América es el que más les importa.

Seguiríase a esto que estén pocos años en paz y que V.M. sea galanteado de la Francia, para que, unida su armada con la de España, sea superior a la de Inglaterra y pierda ésta el predominio del mar, y de la Inglaterra porque si V.M. con 100 batallones y 100 escuadrones ataca la Francia al mismo tiempo que los ingleses y sus aliados por ls Flandes, no admite duda que la Francia no podrá resistir y perderá la superioridad de fuerzas de tierra con que se hace temer en Europa.

En este caso, que precisamente ha de suceder, será V.M. el árbitro de la paz y de la guerra; y muy natural que la Inglaterra compre a V.M. la neutralidad, restituyendo a Gibraltar y la Francia devolviendo a Vellaguardia y cediendo parte de sus privilegios sobre el comercio de España.

El marqués de la Ensenada. 1751.





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