El Arma de Ingenieros, fiel a sus tradiciones, mantiene una serie de premios que fueron instituidos a lo largo del siglo XIX para premiar la valía y entrega profesional de sus componentes, todo ello con objeto de mantener la excelencia en el seno del Cuerpo.
El premio ESPAÑOL INCÓGNITO es una distinción reservada a los suboficiales y tropa permanente de Ingenieros y de Transmisiones del ejército español. Según su reglamentación original se concedería a quienes se distinguiesen en las Escuelas Teóricas y especialmente en las Escuelas Prácticas, siempre que se observase en ellos una intachable conducta. Su origen se remonta al año 1843, cuando el general Zarco del Valle recibió un donativo de 40.000 reales para el fomento de la instrucción dentro del Cuerpo. El documento de la donación dice así:
"Un español amante de su patria, y muy particularmente apasionado del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, al cual no pertenece, deseoso de contribuir a su mayor utilidad y esplendor, tenía destinada en su última voluntad una suma de sus no cuantiosos bienes para lograr algún día tan noble fin.
"Mas, persuadido de la conveniencia de adelantar los fondos de su donación, y movido del impulso que en los momentos presentes debe recibir la ilustración y crédito del Cuerpo objeto de su afición, ha puesto a disposición del Excmo. Sr. Ingeniero general la expresada suma, que es de 40.000 reales vellón, bajo las siguientes condiciones:
"La 1ª, irrevocable, es la de conservar a su modestia el derecho de que su nombre sea ignorado.
"2ª. Esta suma se entregará en una imposición sobre fondos públicos, los más seguros que hubiere, la cual no podrá enajenarse.
"3ª. Los intereses de esta imposición se destinarán precisamente, sin que sea lícita la menor variación, al fomento de la instrucción y buen nombre del Cuerpo de Ingenieros, en la forma que a continuación se expresa.
"4ª. La mitad de los intereses mencionados se destinará a la Academia, y la otra mitad al regimiento [01].
"5ª. La mitad correspondiente a la Academia servirá para la suscripción de periódicos científicos y militares europeos; y si sobrase alguna parte, se empleará en obras clásicas de la profesión; con la circunstancia de que en épocas determinadas del año haya de dar el bibliotecario de la misma Academia una noticia de las obras publicadas en todos los países sobre dicha profesión, como también de los mapas e instrumentos que lo merecen, de las alteraciones ocurridas en la organización, instrucción y servicio de los ingenieros militares, y en las plazas de guerra de otras naciones, todo con la exactitud que fuere posible. Esta noticia será examinada por la Junta de Profesores, con cuyo dictamen la pasará el Jefe de estudios al Ingeniero general para que en seguida se remita una copia de ella a cada una de las Comandancias generales del Cuerpo en la Península y Ultramar, o, siendo dable, se litografíe y circule a todos los oficiales del mismo Cuerpo.
"6ª. La mitad correspondiente al regimiento se destinará a premiar en las clases, desde sargentos primeros inclusive abajo, a aquellos individuos que más se distinguiesen en las clases teóricas, y muy particularmente en la práctica. La suma destinada a este objeto se distribuirá en varios lotes. Para determinar cuáles hayan de ser éstos, adjudicar los premios y demás, se procederá por el coronel, oyendo a los Jefes hasta asegurarse de que recaigan sobre el verdadero mérito.
"Será condición precisa que los premiados hayan de tener la nota de honradez y buena conducta, perdiendo todo derecho los que hubieren sido sumariados por insubordinación.
"7ª. Todas estas operaciones, así de la Academia como del regimiento, han de merecer, antes de realizarse, la aprobación del Ingeniero general.
"8ª. La imposición quedará a nombre del que ejerciere este cargo en cualquier tiempo. Por la Dirección general se cobrarán los intereses, pasando su producto inmediatamente, por partes iguales, a la Academia y al regimiento. La cuenta de la inversión de este fondo, que se depositará en las respectivas Cajas de ambas Corporaciones, se llevará con las mismas formalidades establecidas para los gastos de la Academia y los de la Escuela práctica del regimiento. Si, por cualquier accidente, sea el que fuere, dejase de existir la Academia o el regimiento, el total de los intereses se empleará en iguales objetos y con las mismas formalidades en aquella de las dos Corporaciones que subsistiese. En caso de desaparecer ambas, la Dirección general de Ingenieros será responsable de aplicar dichos intereses a los objetos para que están destinados, en la forma más análoga posible.
"Si llegase el caso inverosímil de desaparecer esta institución, el último Ingeniero general, bajo su responsabilidad y con las mismas condiciones, traspasará el capital impuesto al Depósito o Cuartel de Inválidos, si lo hubiese; y de no haberlo, se distribuirá entre los militares retirados de la clase de tropa verdaderamente pobres, prefiriéndolo los que hayan servido en el regimiento de Ingenieros.
"9ª. Se otorgará una escritura en que queden consignadas todas estas condiciones y circunstancias, entre el teniente general D. Antonio Remón Zarco del Valle, como comisionado de la persona incógnita que hace la donación, y su apoderado, para vigilar sobre el establecimiento de ella, y el General, Comandante general de Ingenieros del primer distrito, en representación del Cuerpo, verificándose así ante el escribano del Juzgado del mismo, sacándose de ella tres testimonios, que se archivarán en la Dirección, en la Academia y el regimiento.
Madrid, 19 de Noviembre de 1843.
D. Vicente Román, coronel graduado de Infantería, teniente coronel del Cuerpo de Ingenieros, secretario de la Dirección general del mismo.
Certifico: Que estando reunidos en el Palacio de Buenavista, hoy dia de la fecha, todos los Sres, Generales, jefes y oficiales del Cuerpo de Ingenieros que se hallan actualmente en esta corte, con objeto de verificar la instalación de la Dirección general en el citado edificio, he leído, por disposición del Excmo. Sr. Ingeniero general D. Antonio Remón Zarco del Valle, que tan dignamente presidió esta ceremonia, el anterior documento, cuya lectura produjo el mayor enternecimiento y entusiasmo en todos los circunstantes, que mostraron de un modo muy expresivo su reconocimiento hacia el generoso y benemérito español que, con este cuantioso desprendimiento, ha querido contribuir tan eficazmente a la mayor ilustración y brillantez del Cuerpo en que todos tienen la gloria de servir.
Y para que conste y obre los efectos convenientes, firma esta certificación por disposición de S.E., en Madrid, a diez y nueve de Noviembre de mil ochocientos cuarenta y tres.
Vicente Román.
Es copia.
Zarco. Rubricado.
Hay un sello que dice: "Dirección general del N. Cuerpo de Ingenieros."
La primera de las condiciones establecidas es la "irrevocable" de reservar su nombre. Sin embargo, entre los ingenieros militares se cree que el antiguo oficial del Cuerpo D. Manuel Varela y Limia fue el "Español incógnito" fundador del premio. Este brigadier, que entre otros cargos importantes desempeñó la Subsecretaría del Ministerio de la Guerra y la Dirección del Cuerpo de Ingenieros de caminos, canales y puertos, escribió numerosas e interesantes obras y Memorias profesionales, y entre otras, la primera, publicada en el MEMORIAL, con el título de Resumen histórico del arma de Ingenieros, que fue el primero de los de su especie.
Seis años más tarde, en 1849, el general Zarco del Valle redactó unas instrucciones para la más acertada distribución de este premio entre los individuos de tropa. En ellas se recomendaba se tuviesen presentes distintos preceptos de las Ordenanzas del Cuerpo, se fijaba la cuantía de los premios pecuniarios para la tropa, y se establecían las "coronas de premio", para concederse en las escuelas prácticas. Las coronas eran de plata, y se llevaban en la parte superior del brazo derecho, sobre la manga de la casaca, levita o capote.
El premio del Español incógnito se siguió distribuyendo con arreglo a sus estatutos en el transcurso de los años; pero éstos, al pasar, fueron rebajando el capital primitivo, que en renta francesa había impuesto el generoso donante, al rebajarse el interés del 5% al 3%. En 1886 se convirtió la renta francesa en española, y el capital quedó reducido a 13.000 pesetas nominales, que producían 520 pesetas al año. Para reconstituir el capital primitivo, en la junta celebrada el 28 de febrero de 1891 se acordó no cargar ningún gasto a este premio hasta que, sumando los intereses devengados al capital existente, se llegase al total de las 10.000 pesetas primitivas. De esta manera, cuatro años despues, en 1895, se pudo adquirir una lámina intransferible de 7.000 pesetas nominales.
Posteriormente se hicieron otras variaciones para la distribución de los fondos de este premio. Así, en 1892, considerando que existían doce batallones de tropas de Ingenieros, se acordó modificar la 4ª clausula de los estatutos, de manera que se dividiese la renta en cinco partes, y repartir una a la Academia (como si tuviese tres batallones) y cuatro para los doce batallones, a razón de una parte por cada tres batallones. La creación de nuevas unidades, como por ejemplo las compañías sueltas de Baleares y Canarias, recomendaron una nueva distribución de las rentas del fondo, considerando la compañía como unidad de división, y adjudicando doce compañías a la Academia.
Con el paso del tiempo el premio en metálico llegó a desaparecer, pero hasta hoy se ha mantenido la corona de plata como distintivo del mismo, aunque únicamente en las modalidades de Zapador, Minador y Transmisiones (la original Telegráfica) las cuales son confeccionadas anualmente en el Parque y Centro de Mantenimiento de Material de Transmisiones (El Pardo) por un especialista. Junto a la corona se entrega un diploma acreditativo según el cual es el General Inspector de Ingenieros, a propuesta de la Junta de Premios del Arma de Ingenieros, quien concede el premio, exclusivo como ya se ha dicho para los suboficiales y tropa permanente de Ingenieros y Transmisiones.
A lo largo de su vida militar un suboficial o soldado de Ingenieros podía distinguirse en varias ocasiones con el premio Español Incógnito, por lo que hay quien ostenta dos coronas en el brazo, aunque existe la norma no escrita de lucir una corona dorada cuando se tenga más de una concesión. También ha sido habitual sustituir la corona metálica por una corona bordada sobre la manga derecha del uniforme.
La actual normativa, aprobada en 2007 por la Junta del Arma de Ingenieros, contempla que se concederá a los suboficiales y tropa permanente que se hayan distinguido a lo largo de su carrera militar de forma constante en la instrucción específica y en las actividades propias del Arma, en especial en Escuelas Teóricas y Escuelas Prácticas, y haber observado la más intachable conducta. Los jefes de Regimiento propondrán un número de candidatos no mayor al de Batallones activados en su unidad y los jefes de Batallón o Unidad independiente. Con la nueva reglamentación se determina que no se podrá conceder a quien lo hubiese recibido en otra ocasión. Para designar a los candidatos se tendrá en cuenta que lleven como mínimo 24 meses de servicio en la unidad, los destinos ocupados, condecoraciones recibidas, cursos realizados, misiones en el extranjero, ejercicios y maniobras, ausencia de sanciones anotadas en la hoja de servicio; es decir, el currículum profesional de los candidatos.
El premio, junto a otros como el GASPAR DIRUEL, el MARVÁ y el VIZCONDE DE EZA, se concede anualmente coincidiendo con la festividad de San Fernando, patrón de Ingenieros.
[01] En el año 1843 el Regimiento Real de Ingenieros era la única unidad del Arma de Ingenieros, unidad creada en 1802.
Estudio Histórico del Cuerpo de Ingenieros. Madrid, 1911. Tomo I, pag. 485.
ASASVE, sitio web de Amigos, Soldados, Asociaciones y Veteranos de las FAS y GC.