"Durante la Segunda Guerra Mundial en 1942, [la cruz] fue rescatada por soldados españoles de entre los escombros de la catedral de Novgorod. Aquellos soldados la reconstruyeron, la custodiaron y la llevaron a España. En España no sólo ha sido respetada, sino que ha sido venerada. En la Academia de Ingenieros Militar ha sido elevada como símbolo y guía de varias generaciones de oficiales.

Decía el escritor ruso Boris Pasternak que todo en la vida tiene algún significado: la cruz-símbolo para todos los creyentes cristianos- y lo tiene señaladamente esta cruz en la cual se condensan siglos de creencia acumulada de rusos y ahora también de creencias acumulada de españoles.

Santidad, todo en la vida tiene un significado. Resulta hermoso que una cruz de la Iglesia Ortodoxa haya sido venerada por creyentes católicos durante más de sesenta años. La razón es sencilla: todos hemos acertado a ver en ella la imagen de Cristo, el que murió por los demás, el que derribó pacíficamente las fronteras con un mensaje de paz y amor universales, el que se atrevió a decir que Dios es amor, el que proclamó la radical igualdad de todos los seres humanos.

Santidad, quien ahora le habla es un cristiano que ha venido aquí como ministro de Defensa de España a traer con esta cruz la voluntad de cooperación sincera con el pueblo ruso y su Gobierno. Se la entregamos, Santidad, con afecto, afecto a quienes la reciben, afecto a una cruz que ha sido durante mucho tiempo un símbolo religioso e íntimo para muchos militares españoles. La cruz está donde debe estar. Esperamos poder vernos pronto para celebrar en España la entrega-quizá generosa- de una réplica de esta cruz, para que la puedan venerar quienes durante sesenta años la han custodiado.

Y nada más, Santidad. No puedo hablar en su idioma, pero espero que en mis ojos y en mi rostro, sobre todo en mi corazón, sepa entender que le hablo con el lenguaje de Cristo."