Religioso, ingeniero militar y matemático italiano al servicio de los reyes Felipe IV y Carlos II.

    (NOTA: La presente biografía está copiada de la escrita por Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño en la web de la Real Academia de la Historia).

Pertenecía como religioso a la Orden de Predicadores, como lector de Arte, Teología y como profesor de Matemáticas, lo que sugiere que debió recibir una buena formación científica y humanística, probablemente en su ciudad natal.

Entró a servir al rey de España en 1638, prestando relevantes servicios en el control de los alborotos ocurridos en ese año en Nápoles. Con fecha de 30 de septiembre de 1650 pasó a Cataluña integrado en el ejército de D. Juan José de Austria, como capellán mayor e ingeniero del Tercio Napolitano, con el que participaría en el sitio de Barcelona de 1652, que puso fin a la larga guerra de la corona contra la rebelión de Cataluña. Además, colaboró como ingeniero militar en el sitio de Gerona.

El 6 de noviembre de 1653 fue licenciado del citado ejército de Cataluña para ser destinado al ejército de Extremadura, donde se dedicó a dar clases de Matemáticas y Fortificación. Al quedar libre, por el fallecimiento de Luis Carduchi, la cátedra de Matemáticas de la Academia de Matemáticas, Artillería y Fortificación de Madrid (1605-1697), que dependía del Consejo de Guerra, presentaba su candidatura, siendo admitida con un sueldo de 25 escudos al mes.

Relacionado con su labor docente, escribió el "Compendio de Modernas Fortificaciones", un breve tratado de 13 capítulos “a modo de lecciones de clase”, con descripciones precisas y textos reducidos. En los tres primeros capítulos se estudian los principios geométricos y los fundamentos de la forma y medidas de las fortificaciones; en los capítulos cuarto y duodécimo se describen los elementos esenciales de una plaza fortificada: falsabraga, baluarte, cortina (o muralla), parapeto, foso, cavallero, terraplén…Finalmente, el capítulo décimo tercero está dedicado a la fortificación irregular. Dada su brevedad, en el tratado no se estudian los procesos de construcción ni los materiales de las obras defensivas.

En 1660 solicitó retirarse a su tierra natal, aduciendo que con su sueldo no podía mantenerse, a pesar de lo cual se le denegó el permiso para ello. En 1662 fray Afflitto llegó, por orden del Consejo de Guerra, a Ceuta para reconocer sus fortificaciones y posteriormente delinear las necesarias para su defensa. En mayo del mismo año (1662) incorporó a su informe enviado al Consejo unos planos y plantas de Ceuta, con el objetivo de ampliar la visión del conjunto del proyecto por él realizado para mejorar las defensas de la plaza. En primer lugar, remitió un plano topográfico en el que situaba los puestos más importantes de Andalucía en el Atlántico y en el Mediterráneo, así como los de Ceuta, no limitándose a posicionar los enclaves, sino que daba información esencial, como las brazas (la braza equivale a 1,6718 metros) de profundidad del mar en los surgideros.

El segundo documento es la "Planta de la ciudad de Ceuta y de su Almina<"I>, en el que se sitúan numerosos elementos defensivos nuevos o proyectados, como la Almina, el fuerte de San Simón… En el campo exterior se señalan, como obras más importantes, el pozo de agua dulce, el “facho” de Nuestra Señora, el del Lobo…

El tercero de los documentos es una nueva "Planta de la ciudad de Ceuta", que incluye los baluartes del Caballero, el de San Sebastián y el de la Barbacana, la puerta de la Marina, la de la Almina, el puente, el foso seco…Al respecto, el Consejo aprobó la construcción del fuerte propuesto por este ingeniero en la eminencia de San Simón por quedar lejos de la plaza y por su elevado coste, presupuestado en 50.000 ducados.

En 1664 el Consejo le pidió de nuevo su parecer con relación a la propuesta de construir dos medias lunas a añadir a las fortificaciones de la plaza, a lo que contestó considerando necesario añadir las dos medias lunas a los baluartes y otra en medio de las cortinas.

El proyecto de Afflitto fue uno de los hitos del sistema de fortificación de la plaza de Ceuta en el siglo XVII, evidenciando que su preparación en matemáticas, en fortificaciones y en artillería quedaba demostrada con la planificación de la defensa del “presidio” ceutí.

La actividad de Afflitto no decayó en estos últimos años de trabajo ya que, por Real Decreto de 24 de marzo de 1664, llevó a cabo un reconocimiento, junto a otros dos ingenieros, de las minas de Almadén.

Finalmente, en 1665 dejó la cátedra de la Academia de Matemáticas y regresó a Nápoles, donde ingresó en el monasterio de Sanità de dicho reino, permaneciendo en el mismo hasta su fallecimiento en 1673.