Primera experiencia de combate de la División Azul, en la que sufrió 1400 muertos en dos meses y medio.
La noche del 11 al 12 de octubre, la División Azul, que había sido encuadrada en el XXXVIII Cuerpo de Ejército del 16º Ejército del Grupo de Ejército "Norte" relevó a la 18ª y parte de la 123ª Divisiones alemanas, y comenzó a tomar posiciones en la margen izquierda del río Volchov, entre la localidad de Kurisko en la ribera oeste del lago Ilmen y al ciudad de Novgorod al sur, y las localidades de Krutik y Bystriza al norte, ocupando un frente de aproximadamente 50 kilómetros. En 24 horas las redes radios tenían enlazados los batallones con los regimientos. Su despliegue era el siguiente:
No llevaban ni 24 horas desplegados en el frente cuando tropas avanzadas del batallón II/269 sorprendieron la noche del 12 de octubre a un batallón soviético que pretendía cruzar el río al amparo de la oscuridad. Se entabló un violento combate en la orilla izquierda hasta que los rusos se retiraron dejando 50 muertos y 80 prisioneros de 2º Regimiento de la Guardia, veinte de ellos capturados por el teniente Escobedo.
El plan alemán consistía en capturar la orilla derecha del río Volchov como paso previo de una posterior ofensiva. La operación sería llevada a cabo al norte por las divisiones 18º y 126º recién relevadas por la División Azul, apoyadas por esta división, en el sur. La División 126º comenzó el ataque cruzando el río desde Kussino. El regimiento 269º de la División Azul debía unirse al ataque en el flanco derecho de la División 126ª.
El 17 de octubre el regimiento 269º se trasladó a la zona de Udarnik y Borissowo, al norte del despliegue español, desde donde trató infructuosamente de cruzar el río ese mismo día y el siguiente. Pero el día 19 de octubre, una sección de la compañía 6ª/II/269, al mando del teniente José Escobedo, cruzó el río por sorpresa y estableció una pequeña cabeza de puente al norte de la localidad de Smeisko; detrás cruzó el resto de unidades del batallón II/269, al mando del comandante Miguel Román Martínez, el 20 de octubre, ocupando Smeisko y enlazando ese mismo día en Schevelevo con fuerzas de la División 126º, que había girado al sur para mantener su cabeza de puente. Los combates fueron encarnizados por ambas partes, con numerosas acciones heroicas; una de las cotas del lugar se dio en llamar "cota capitán Navarro", en la que el teniente Escobedo, que había recibido vaias heridas, defendió el lugar ante los contrataques rusos, perdió la posición debido a la superioridad numérica del enemigo, se sobrepuso, contraatacó con los escasos hombres de su sección, y logró reconquistar la posición.
Simultáneamente, el regimiento 262º, atacaba desde el sur hacia Sholochewo y Volotowo, mientras que el regimiento 263º hacía lo propio desde el centro sobre Radionowo y Schendory.
Durante los dos días siguientes, 21 y 22 de octubre, el regimiento 269º ocupó el poblado de Russa y limpiaba la cabeza de puente hasta Schevelewo al norte, mientras que el batallón II/269 del comandante Román se dirigía al sur hacia Sitno, que logró tomar el 22 de octubre haciendo prisioneros y capturando numeroso armamento. Aquí cayó muerto el teniente Galiana, cuya compañía encabezaba la ofensiva en la vanguardia española. Con ello los españoles ocuparon una estrecha franja de terreno de unos diez kilómetros de largo y de entre tres y cinco de ancho, paralela al río. Sin embargo, los rusos opusieron una fuerte resistencia al ataque español y realizaron varios contrataques sobre Sitno.
A primeras horas del 23 de octubre los rusos lanzaron un contraataque sobre Sitno desde el embarcadero y con un potente apoyo artillero, con un batallón de la División 267ª por el sur y con dos batallones de la División 305º por el norte. Estos últimos lograron inflitrarse y llegar al centro de Sitno, obligando al batallón II/269 a entablar combate cuerpo a cuerpo, en el que incluso participó su jefe, el comandante Román. En la lucha el capitán Benítez resultó muerto y el teniente Escobedo herido de consideración. Tras dos horas de combate el enemigo fue vencido y aniquilado, y el batallón restableció las posiciones. Los rusos volvieron a atacar el 27 de octubre con una fiereza desesperada, llegando a atrincherarse muy cerca de las posiciones españolas, donde fueron machacados por la artilleria de la División. Por la tarde del mismo día intentaron un segundo ataque, que resultó otro fracaso y dejó el terreno lleno de cadáveres rusos, cuyas fuerzas se retiraron hasta Dubrovka.
Mientras tanto, el 21 de octubre el 30º Regimiento de la 18º División alemana aprovechó el ataque español para infiltrarse desde el norte a través de la Divisón 126º y ocupar la localidad de Otenski; posteriormente, mientras la División Azul seguía consolidando sus posiciones al sur de la cabeza de puente, el 27 de octubre este regimiento avanzó hasta Possad, que se convirtió en el punto más avanzado de la penetración en el sector español.
El 28 de octubre, una compañía de antitanques, una de zapadores y otra del Batallón 250º, al mando del comandante Bernardo Osés Armesto, jefe de "La Tía Bernarda", avanzaron paralelos al río Volchov y ocuparon la localidad de Dukrovka. Simultáneamente, el batallón III/263, al mando del comandante Ricardo Suarez Roselló, ocupó Tigoda. Al día siguiente, 29 de octubre, el batallón III/269, con el refuerzo de una compañía del regimiento 269º, descendió hatas ocupó Nikitkino. Sin embargo, el ataque del comandante Oses para ocupar Muravevskiia fracasó una y otra vez ante los muros de unos edificios de piedra cercanos, bautizados como “los cuarteles” por los soldados, rodeados de campos de minas y defendidos por un batallón de la División 305ª soviética. El batallón, fiel a su espíritu legionario, lanzó varios ataques frontales al grito de "¡Viva la Legión!", que no lograron sino diezmar el batallón y sembrar de muertos el campo, incluyendo muchos oficiales. Como resultado, el batallón regresó a Dubrovka.
Los soviéticos aprovecharon la derrota española ante "los cuarteles" para atacar y recuperar Tigoda, logrando expulsar de ella a los españoles; pero un rápido contraataque de éstos logró desalojarlos finalmente, al coste de cinco muertos y 104 heridos. Al día siguiente, 30 de octubre, el batallón II/269 relevó al batallón 250º en su intento de tomar "los cuarteles". El comandante Román lanzó un ataque con apoyo de piezas del 105 mm que resultó infructuoso, resultando heridos tres capitanes y numerosos soldados. Los españoles se contentaron de quedarse en Muravevskiia, al acecho. Ese mismo día los soviéticos lanzaron otro contraataque sobre Nilitkino, que los españoles repelieron.
En los combates de esos trece días la División Azul había logrado ocupar un sector de 30 kilómetros de largo entre Kotowiche al sur y Scheveleno al norte, con el coste de 136 hombres muertos y haber ocasionado medio millar mínimo de muertos al enemigo. Establecida la cabeza de puente, el general Muñoz Grandes creó la "Agrupación Oriental" y la puso al mando del teniente coronel Canillas.
El fuego de artillería soviético sobre las posiciones españolas de la cabeza de puente no cesaba, prologándose durante cinco días seguidos. El 2 de noviembre los soviéticos lanzaron sobre Nilitkino otro ataque con dos batallones, que sufrieron un mínimo de 221 muertos sin conseguir quebrar la defensa española.
Más al norte, la ofensiva alemana había logrado alcanzar el nudo de comunicaciones de Tikhvin, con fuerzas de la 12ª División Panzer y la 18ª División Motorizada y apoyo de la Luftwafe. Por ello, el 30º Regimiento alemán que ocupaba Possad recibió órdenes de rertirarse de la localidad para incorporarse a la lucha en el sector de su división, y que hiciera el relevo con una unidad de la División Azul. Por ello, el 1 de noviembre dos compañías de Batallón I/269, con cuatro piezas antitanque de 37 mm y dos piezas de 75 mm, al mando del comandante Luque Molinello, se desplazó para ocupar Otenski y su monasterio, donde quedó el capitán Vallespín, Possad y la posición adelantada de Posselok. Desde Otenski partía una carretera hacia Schevelevo, a diez kilómetros, para el aprovisionamiento, que discurría entre bosques y era frecuentemente minada y hostigada por los rusos.
La madrugada del 12 de noviembre el termómetro cayó hasta lo 20 grados bajo cero. Al despuntar el día los soviéticos lanzaron un ataque apoyado con artillería y aviación sobre Possad y Poselok, que se prolongó todo el día y logró cortar el camino a retaguardia sobre Otenski y Sitno. También lanzaron ataques sobre Tigada, Nilitkino y Dubrovka. Todos lograron ser rechazados tras feroz lucha que en numerosas ocasiones se hizo cuerpo a cuerpo. Al día siguiente los soviéticos repitieron el ataque sobre Possad, Otenski y Sitno, obligando a los cuarenta supervivientes de Posselok a replegarse sobre Possad. En Otenski se llegó a combatir dentro de la localidad a la desesperada. Ese día el comandante Luque resultó herido y tuvo que ser evacuado. Cayeron en combate los capitanes Calero, Díaz y Arredondo.
El 14 de noviembre cesaron los ataques rusos, y los españoles pudieron evacuar las 137 bajas sufridas por la dureza de los combates en los ataques de los dos días anteriores. Por la tarde llegó el comandante Tomás García Rebull a hacerse cargo del mando. Como resultado de los combates, el Batallón I/269 quedó prácticamente diezmado. Una compañía del II/262, otra del I/263 y una compañía de zapadores fueron enviadas para reforzar la defensa de Possad, mientras que el agotado Batallón I/269 era enviado a retaguardia con tan solo diez oficiales y unos 170 soldados útiles para la defensa. Para ilustrar la fiereza de los combates de aquellos días, diremos que al finalizar la lucha en el Volchov, el Batallón I/269 sufrió en treinta días la pérdida de 120 muertos, 440 heridos y 20 desaparecidos.
La tregua duró poco, y el 16 de noviembre se reanudó un ataque con apoyo aéreo que duró tres días consecutivos sin tregua alguna, dejando a Possad y Otenski prácticamente aisladas, pues la carretera que las comunicaba a 14 kilómetros con retaguardia estaba llena de partidas de guerrilleros y unidades rusas infiltradas. Ese día se reforzó la defensa de Possad con las compañías 7ª/III/262, 2ª/I/263 y 3ª/250. El 17 de noviembre el general Muñoz Grandes visitó Otenski y arengó a sus tropas: "¡Con soldados como vosotros se puede ir a todas partes!".
El resto del mes los soviéticos se contentaron con lanzar diariamente sobre Possad golpes de mano, fuego de ametralladoras y proyectiles de artillería y mosteros, fuego artillero que fue especialmente intenso al amanecer del 29 de noviembre.
El 1 de diciembre el termómetro marcaba 28 grados bajo cero de noche, alcanzado a veces los 40 grados bajo cero. Ese día los soviétivos volvieron a lanzar su infantería al ataque sobre Possad, acompañados con fuego de artillería y aviación, ataque que duró hasta última hora de la tarde. También atacaron Nilitkino. El 2 de diciembre los rusos comenzaron lanzando granadas incendiarias de mortero, para ir paulatinamente incrementando la cadencia de tiro con tres o cuatro proyectiles de artillería por minuto hasta recibir las andanadas de los lanzacohetes “órganos de Stalin” y ataque de aviación. Los rusos lanzaron un ataque no solo en Possad, sino en Schevelewo, Otenski y Nilitkino. Los informes decían que se estaban concentrando dos regimientos soviéticos frente a Possad y Otenski.
El 3 de octubre el ejército soviético atacó el saliente alemán de Tikhvin. En el frente de la División Azul el objetivo ruso de su ofensiva era Nilitkino. Para ello el 4 de octubre la 305ª División soviética lanzó un ataque en masa sobre Possad y Otenski, que comenzó con una preparación artillera en la madrugada de una hora de duración en la que los rusos emplearon obuses, cañones, morteros y aviación con una violencia nunca vista hasta la fecha. Al acabar, una incesante marea de infantería salió del bosque hacia los 200 españoles que defendían Possad. A pesar de ello, los españoles aguantaron el embite, luchando cuerpo a cuerpo, disparando las ametralladoras sin parar, y cantando el Cara al Sol de vez en cuando. Los rusos quedaron sorprendidos de la dureza de la defensa. En Otenski se llegó a combatir en el interior del pueblo, y los rusos cortaron la carretera con Possad; pero los españoles se rehicieron tanto en Possad como en Otenski y a las cuatro de la tarde recobraron todas las posiciones que se habían perdido por la mañana. La situación era tan desesperada que el general Muñoz Gransdes envió de nuevo a Possad los restos del Batallón I/269 que habían side relevados quince días antes. Simultáneamente Schevelewo y Nilitkino eran también atacadas. La situación se restableció en Scheveleno a las ocho de la mañana, pero en Nilitkino se tardaron seis horas de cruenta lucha para rechazar el ataque.
El 5 de diciembre los soviéticos reanudaron el ataque en masa sobre Possad y la carretera que la unía con Otenski; pero las tropas de los antitanques, entre los que figuraban los consejeros nacionales de Falange el cabo Agustín Aznar y el soldado Dionisio Ridruejo, lograron repeler el ataque. Como resultado, el número de defensores de Possad seguía disminuyendo. Sin embargo, en la madrugada del 5 al 6 de diciembre se incorporaron otros 150 hombres del Batallón 250º, que salvaron la situación en el nuevo ataque ruso del 6 de diciembre.
La ofensiva soviética de sus ejércitos 4º y 54º sobre Tikhvin había hecho retroceder el frente alemán, incluida la 126ª División desplegada al norte de la División Azul, por lo que el mando alemán decidió establecer un frente defensivo sobre el río Volchov. Para ello la división española debía regresar a sus posiciones de partida en octubre.
El 7 de diciembre el enemigo continuó sus ataques sobre Possad. Por la tarde logró tomar una de las posiciones defensivas españolas, y simultáneamente trataba de rodear el pueblo por la carretera, donde se daban constantes combates cuerpo a cuerpo. A las siete de la tarde el comandante García Rebull, que ya había recibido órdenes para evacuar la posición a las 21:00 horas, envió el siguiente telegrama por radio, en castellano y sin cifrar:
Tras consultar con el coronel Esparza, el corresponsal radio de Schevelewo solicitó la confirmación del telegrama, cosa que así hicieron desde Possad. Acto seguido, confiando que el servicio de escucha enemigo había interceptado el mensaje y aprovechando la tregua que esa información causaría en la actividad enemiga, el comandante ordenó destruir los medios de Transmisión e inició la retirada. Los hombres formaron marchando en hileras, cogidos del brazo para no perderse, llevando con ellos a los heridos. Así llegaron hasta Otenski, donde la aviación realizó el bombardeo de rutina diario. De allí marcharon hasta llegar a Schevelewo. Por relatos de los rusos del lugar que huían de las tropas soviéticas se supo que la treta del comandante García Rebull dió resultado. El 8 de diciembre los rusos bombarderan las posiciones españolas con especial intensidad, pero se abstuvieron de lanzar ningún ataque hasta que, bien entrada la mañana y percatados del engaño, entraron en Possad.
El 8 de diciembre se retiraron los defensores de Sitno. Al día siguiente lo hicieron las últimas unidades presentes aún al este del río, tras incendiar los destacamentos de Russa y Smeisko. Las fuerzas españolas cruzaron un río Volchov totalmente helado, cuyo grosor de hielo permitía el paso de los camiones sobre él.
Los soviéticos no dejaban de meter presión en el frente del Volchov, de manera que en diciembre fueron constantes los bombardeos y golpes de mano. El 24 de diciembre penetraron el río en dos sitios y el día de Navidad realizaron tres ataques en el frente de la división. Pero el mayor ataque tuvo lugar el 27 de diciembre sobre la localidad de Udarnik. Ese día el 422º Regimiento de la 126º División alemana fue atacado por rusos en Plotishno, al norte de Udarnik, siendo rechazados tras duros combates. Al mismo tiempo, sobre las 02:30 horas de ese día, un regimiento ruso atacó la Posición Intermedia que enlazaza el sur de Udarnik con la localidad de Lobkowo. La posición estaba defendida por una sección de la compañía 7ª/II/269 al mando del alférez Rubio Moscoso. El mando español evaluó la fuerza atacante en tres batallones, y enseguida envió refuerzos desde dos posiciones: en el sur, desde Vitka y Lobkowo enviaron al Batallón I/269 del comandante García Rebull; desde Miasnoi Bor, más a retaguardia, enviaron dos compañías y una sección de asalto de los batallones I/269 y II/269.
La resistencia de la Posición Intermedia fue aplastada y los rusos penetraron en el dispositivo español hacia el noerte, en dirección a Udarnik, donde se encontraban unas escasas fuerzas del comandante Román, que se refugiaron en la ermita del pueblo. Su situación era tan desesperada que la única pieza antitanque de 37 mm que les quedaba disparaba con espoleta a cero sobre la masa de enemigos. A las 06:00 horas, sin esperar a los refuerzos, el comandante Román decidió atacar y, al grito de "¡Arriba España!", los defensores se abalanzaron furiosamente bayoneta en ristre y lanzando granadas de mano sobre unos sorprendidos rusos que acabaron retirándose. Al poco tiempo llegaron refuerzos alemanes desde Plotishno, mientras que la columna que venía de Miasnoi Bor perseguía a los rudos en retirada.
Entretando, el batallón I/269 llegaba ante la Posición Intermedia. Tras un feroz contrataque, el comandante García Rebull recuperó la posición, pero al entrar en ella vieron la atrocidad cometida por los rusos: habían clavado los cadáveres de los defensores en el suelo con picos para el hielo y los habían mutilado. La rabia se adueñó de los corazones de los soldados españoles. Mientras tanrto, los rusos se reagruparon, cruzaron el río Volchov por Russa y atacaron la posición española de "La Capilla", situada al norte de Bystriza. Al enterarse, dos compañías del Batallón II/269 se dirigió a toda prisa des Lobkowo y con una rabia y fiereza desmedida recuperaron la posición y persiguieron a los rusos en fuga. Les alcanzaron cruzando el río en una zona abierta y descubierta, por lo que las ametralladoras y antitanques del I/269 se cernieron sobre los rusos y no dejaron a nadie vivo, sin tomar ningún prisionero. Los rusos dejaron unos 1000 cuerpos sobre la nieve. Los españoles tuvieron 35 muertos y 70 heridos.
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