Comandante de Infantería, muerto al mando de la posición de Igueriben el 21 de julio de 1921, tras resistir cinco días el ataque y asedio de los rifeños de Abd el-Krim.

Cruz de San Fernando de 2° Clase, Laureada. Concedida por Real Orden de 3 de enero de 1925 (DO. nº 3) por el valor demostrado al frente de la defensa de Igueriben entre los días 17 y 21 de julio de 1921.


Comandante D. Julio Benítez Benítez

Julio Benítez y Benítez nació el 17 de agosto de 1878. Con 16 años ingresó en la Academia de Infantería, de la que salió en 1896 como segundo teniente. Fue destinado al Regimiento de Infantería "Aragón", de guarnición en Lérida, donde le correspondió por sorteo incorporarse a la compañía expedicionaria que el regimiento estaba organizando con destino a Cuba. Tras desembarcar el 30 de septiembre de 1896, pasó con su unidad a guarnecer la línea de Artemisa. Combatió con valor en la guerra, donde intervino en numerosas operaciones y fue condecorado con la Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo en el combate del paso de la Plunca. En 1898 fue herido en el combate de la Perala y se le recompensó con la Cruz de María Cristina.

En octubre de 1898 ascendió a primer teniente y regresó a la península, donde permaneció destinado en varias unidades hasta su ascenso a capitán en 1904. En mayo de 1912 se incorporó a Melilla y fue destinado al Regimiento de Infantería "Ceriñola" nº 42, permaneciendo en África hasta su ascenso a comandante en 1916, en que fue destinado a la península. En febrero de 1918 regresó de nuevo a Melilla, donde alternó diversos cometidos al mando de columnas con los jefe de posición y campamento.

Destinado en el Regimiento de Infantería "Ceriñola" nº 42 como segundo jefe del 2º Batallón, fue asignado a la posición de Sidi Dris. Al frente de la guarnición de la misma resistió el 2 de junio de 1921 un ataque rifeños de 24 horas de duración. En julio del mismo año fue transferido a la posición de Igueriben, donde encontraría la muerte. Durante todo el asedio de Igueriben fue el alma de la defensa, infundiendo en sus hombres y oficiales el ánimo necesario para que el nombre de Igueriben brillase con luz propia en el oscuro recuerdo del desastre.

El comandante Benítez combatió en la posición de Igueriben desde el día 17 al 21 de julio de 1921, en que el Comandante general le ordenó el abandono de aquella posición. Durante los dás de la defensa el comandante Benítez no dejó un momento de alentar a aquella, recorriendo los distintos frentes del recinto, elevando el espíritu de su tropa y dándole un alto ejemplo de virtudes militares, que todos los declarantes reconocen, habiendo sido el alma de la defensa y siendo su figura, al decir del único oficial superviviente, admirada por su bizarría de todos los defensores, que desde el primer momento depositaron fe ciega en su jefe. Los ataque del enemigo a la posición de Igueriben no sufrieron interrupción un solo momento, y además, desde el día 18 fue hostilizada con dos piezas de artillería que produjeron bajas en la tropa. El día 19 se intentó llevar un convoy, sin llegar a conseguirse por la superioridad numérica del enemigo, no obstante haber intervenido casi todas las fuerzas disponibles de la circunscripción de Annual. Monumento al comandante Benítez

En dicho día 19 la guarnición de Igueriben había sufrido ya 40 bajas producidas por el enemigo; entre los defensores había bastantes enfermos de síncope por falta de agua y principalmente por tener que sufrir los efectos de un so, abrasador, ya que toda la guarnición se hallaba en el parapeto para rechazar los contínuos ataques del enemigo; a pesar de que las penalidades producidas por la sed y los efectos del sol fueron en aumento, la guarnición supo soportarlas con gran disciplina, por la confianza que le infundió su jefe. Agotados todos los recuros de la defensa, y ordenado por el Comandante General que se evacuara la posición de Igueriben, previa destrucción de cuanto pudiera aprovechar el enemigo, dicha evacuación se llevó a cabo ordenadamente por grupos mandados por oficiales, y el comandante Benítez la abandonó en el último grupo, siendo muerto entre la alambrada y el parapeto, así como la mayor parte de los que lucharon tan bravamente contra el numeroso enemigo que los envolvía.

De la guarnición, que se elevaba a 300 hombres, únicamente se salvaron un oficial y cuatro soldados, que cayeron prisioneros, y otros varios, hasta el número de once, que lograron llegar a Annual, falleciendo de agotamiento físico algunos de ellos en esta última posición. Por Real Orden de 3 de enero de 1925 se le concedió la Cruz Laureada de San Fernando por la heroica defensa de Igueriben.

En 1926 el escultor Julio González Pola realizó una talla en honor el comandante Benítez, financiada por sus paisanos, que fue colocada a la entrada del Parque de Málaga. Es una escultura "castrense", donde domina la rigidez, linealidad, frontalidad, sobriedad y cierto esquematismo. En la parte baja del pedestal que sostiene la figura, destaca la escultura yacente del heroico jefe envuelto en la bandera nacional. En la parte frontal aparece la Laureada y debajo la dedicatoria "Al heroico comandante Benítez"; en la parte posterior hay una corona de espinas sobre la frase "Los de Igueriben mueren pero no se rinden"; y a ambos lados del pedestal están los nombres de los jefes y oficiales que murieron en la posición de Igueriben. El monumento fue inaugurado con la presencia del rey don Alfonso XIII, quien descubrió el monumento.

FUENTES: