AHN. TS-R. Expediente 50.2. Folios 284 a 290.

Al margen: Declaración del testigo coronel D. Joaquín Argüelles y de los Ríos.

Al centro: En Melilla, a 22 de agosto de 1921, ante el señor general instructor y el infrascrito secretario, compareció el testigo anotado al margen, a quien se advirtió de la obligación que tiene de decir verdad y de las penas en que incurre el reo de falso testimonio, enterado de las cuales, y después de prestar juramento según su clase:

PREGUNTADO por las generales de la ley, dijo llamarse D. Joaquín Argüelles y de los Ríos, ser coronel del Regimiento mixto de Artillería de Melilla, mayor de edad y de estado soltero.

PREGUNTADO por el tiempo que lleva mandando el Cuerpo y eficiencia en que considera al mismo, tanto en concepto de la función del Mando, como del concurso y asistencia de la oficialidad, moral de la tropa y estado del material, pertrechos y elementos todos del combate, dijo que llevaba mandando el regimiento desde octubre de 1918; se consideraba en la plena eficiencia del Mando y asistido del eficaz concurso de todos sus subordinados, por lo que estimaba al Cuerpo apto para su función. La moral de la tropa era excelente, aun en el mismo combate, como pudo observar en el del día 17 en Annual. En cuanto al material, las piezas ligeras estaban bien, pero las de montaña llevaban once años de servicio en campaña y se estaban reemplazando, habiendo recibido ya tres baterías nuevas, de las que sólo una estaba en el campo. De ganado y respetos se encontraba bastante bien.

Constituían el regimiento tres grupos: uno de baterías ligeras y dos de baterías de montaña; el primero estaba integrado sólo por dos, y el Comandante general había dispuesto en el mes de junio de 1920 que con cuatro piezas que entregó el Parque, también Schneider de siete y medio, y ganado y elementos de los segundos escalones de las dos baterías de plantilla, se organizase una tercera batería, que se llamó "eventual", que estaba al mando del capitán ayudante del regimiento y uno de los oficiales ayudante de grupo.

PREGUNTADO si por parte de la oficialidad se cumplían puntualmente los deberes inherentes a la administración y buen régimen de la tropa, recibiendo ésta con puntualidad cuantos devengos le correspondían, y si se ha seguido en el Cuerpo algún procedimiento por desfalco, malversación, mala administración, o formado tribunal de honor por hechos que afectasen al honro militar, dijo que se cumplían puntualmente los referidos deberes, recibiendo la tropa a su tiempo todo cuanto le correspondía. Hubo dos capitanes a principios del año actual que se encontraron desfalcados, y salieron del Arma.

PREGUNTADO si al salir las fuerzas al campo o posiciones concurría y convivía con ellas tanto por lo que declarante respecta como a la oficialidad que integrase las uidades, o había tolerancias en este particular. Esencialmente, si al desarrollarse los sucesos de autos se encontraba toda la oficialidad en sus puestos o había algunos jefes u oficiales en la plaza, debiendo hallarse en sus agrupaciones, dijo que cuando el declarante salía al campo formaba parte del Cuartel general, a no ser en abril del 19, que mandó columna en la que había cuatro baterías, y convivía con la oficialidad de las mismas, así como cuando estuvo de jefe de la circunscripción de Annual. No había fuera de sus puestos más que los justificados por razón de su enfermedad, destino o cargo. En la Península no había al ocurrir los hechos más que un alférez en tratamiento en el hospital e Carabanchel y un teniente, D. Ignacio Pintado, con permiso de ocho días, petición del excelentísimo señor ministro de la Guerra; pertenecía este oficial a la batería de Kandussi, en donde quedaba el capitán y un teniente y un alférez.

En la segunda ligera, que se hallaba en Annual, faltaba el capitán D. Manuel Bandín, que había venido a la plaza enfermo de la vista, y el teniente D. Eduardo Barea, que presentó la baja hallándose el declarante en Annual, y fue autorizado por el capitán médico de la posición. El referido capitán, enterado de la falta de oficiales en la batería, marchó al campo en la mañana del 22 de julio, a pesar de no hallarse aún curado de la vista, y, debido a los acontecimientos, al llegar a Dríus se encontró con las fuerzas que venían de Annual, incorporándose a ellas, y quedando, por visicitudes que luego se dirán, en Monte Arruí.

En la quinta batería de montaña, también en Annual, estaba sólo el capitán, por faltar un teniente que aún no se había incorporado y haber sufrido el otro una caída del caballo que le tenía postrado hasta su ingreso en el hospital de esta plaza; por esto se agregó a la batería para prestar servicio un teniente de la segunda batería de montaña, que se hallaba completa con el capitán y sus tres oficiales.

PREGUNTADO si tenía el mando de alguno circunscripción con anterioridad a los sucesos, dijo que no, pues el mando de las circunscripciones se confería a los cuatro coroneles de los Regimientos de Infantería de guarnición, y en tal concepto el jefe del Disciplinario mandaba la de Nador; el coronel del Regimiento de Melilla, la de Kandussi; el de África, la de zoco de Telatza; el de San Fernando, la de Dríus, y el de Ceriñola, la de Annual.

PREGUNTADO sobre su destino a la circunscripción de Annual y hasta qué fecha desempeñara el cargo y quién le relevara en él, dijo que el día 1° de junio, conocida la pérdida de la posición de Abarrán, a las once de la noche llamó al testigo a su despacho el Comandante general para ordenarle que marchase inmediatamente a Annual para hacerse cargo de aquella circunscripción, por hallarse el coronel de Ceriñola, señor Riquelme, jefe de ella, en la Península. Estuvo en dicha posición desde entonces hasta el día 15 de junio, que fue a relevarle el coronel del Regimiento de Alcántara. Volvió a la posición el 2 de julio para relevar a su vez a este jefe, permaneciendo en ella hasta el día 20, que de nuevo hizo entrega al coronel Manella, que había llegado el día anterior.

PREGUNTADO por la configuración de dicha posición, sus defensas, armamento, aguadas, posiciones conjugadas, líneas de enlace, de comunicaciones con la base que le sirviere de apoyo y con los puestos que le fueran dependientes, con sus distancias y, en suma, lo que constituyese su valor defensivo, así táctico como estratégico, dijo que la posición de Annual era una loma, que en su parte alta tenía un reducto; que en otra loma situada a la derecha del camino que conducía a dicha posición se hallaba acampado el grupo número 2 de Regulares, y en otra loma gemela a la izquierda de ese camino acampó la columna del Regimiento de África, parte de la cual se hallaba en Telatza; el núcleo primero era de tres compañías, viniendo luego dos más. En el espacio determinado por las tres lomas al pie de la que ocupaban los Regulares y hacia los barrancos, se habían hecho pesebres, y allí acampaba el ganado en número de más de mil cabezas.

Estaba la posición donde acampaba la columna de Ceriñola, que era la primitiva, rodeada de parapetos, a excepción de algunos trozos, y de alambradas de tres piquetes toda ella; en la parte alta se hallaba el reducto donde estaba asentada la segunda batería ligera y una sección de ametralladoras. La loma que ocupaban los Regulares no tenía parapeto, y alambradas solo en una parte; pero existía un reducto para una sección. En la loma ocupada por la columna de África tampoco existía parapeto, aunque sí en parte de ella alambrada, y un reducto para una compañía y una batería, donde estaba asentada la segunda de montaña. Entre las dos lomas de Regulares y África había enlazando una luneta y otras dos lunetas de enlace entre ellas y la primitiva que ocupaba este mismo regimiento, el que situaba en ellas por las noches compañías.

De armamentos, además de las dos baterías ligeras y de montaña ya citadas, existían otras dos, la tercera y quinta de montaña, del mismo Regimiento mixto; ametralladoras había las de dotación de las fueras de Ceriñola y África, y no recuerda bien si estaban allí asimismo las de Regulares. 

La aguada estaría a unos trescientos metros de la posición, y bastaba para las necesidades del campamento. Las posiciones dependientes eran: Sidi Dris, Talilit, Buimeyan, Igueriben, posición "B", Yzumar y Mehayast. Las líneas de enlace, por lo que respecta a Sidi Dris, eran una simple senda, no haciéndose convoyes, aunque alguna vez iban camellos con gente del país, y muy raramente fue algún personal y ganado desde la posición de Annual. A Talilit había los caminos naturales, algo modificados, y se hacía convoy periódicamente. A Buimeyan había camino, continuación del que llegaba a Annual, y que se estaba habilitando para el paso hasta dicha posición de los camiones. A Igueriben existían los caminos naturales, que permitieron, no obstante, por el de la derecha, llegar a la batería ligera el día de su ocupación, el 7 de julio, salvando pequeños barrancos. Los convoyes se hacían por el camino de la izquierd, como más seguro, por existir la protección de fuerzas Regularesy de los servicios de aguada de esta posición de Annual. Yzumar estaba sobre la carretera de Annual a Dríus, en donde existía un depósito de acumulación de abastecimiento; esta carretera, que permitía el paso de todo tipo de vehículos, tenía grandes pendientes y se hallaba dominada desde Annual a Tieb. A la posición de Mehayast la abastecían desde Dríus o desde Tieb. Respecto a las distancias, desde Annual, aprecia el testigo que a Talilit sería de unos siete kilómetros; a Buimeyan, de tres o cuatro; a Igueriben, de cinco a seis, siendo más corto el camino de la derecha; a Yzumar, habían también de seis a siete kilómetros. 

En resumen, la posición, tácticamente considerada, estaba dominada por unas lomas en el camino de Buimeyan y a corta distancia de la posición principal que ocupaba la columna de Ceriñola. Como valor estratégico, pudiera ser punto de partida para ulteriores avances sobre contrafuertes de Kilates.

PREGUNTADO por la composición y mando de la fuerza que guarnecía la posición al dejar el testigo su mando el día 20 de julio y elementos que en ella hubiera para asegurar su defensa por sí misma y tiempo que conceptúa permitieran su sostenimiento y guarniciones de los puestos dependientes, dijo que había, según estado de fuerzas de 15 de julio, las siguientes: del Regimiento de Ceriñola, cinco compañías, no con todo su efectivo, y una de ametralladoras; del Regimiento de África, otras cinco y dos de ametralladoras; de Artillería, tres baterías de montaña y una ligera. Parque móvil de la Comandancia de Artillería, dos compañías de Ingenieros, una de Intendencia y tres secciones de Sanidad Militar. De fuerzas indígenas, dos Tabores de Regulares de Infantería y un Tabor de Caballería. En total, próximamente 3.000 hombres. 

El día 19 se agregó a esta fuerzas dos compañías de Ingenieros, que vinieron de Yzumar, y más tarde la columna de Dríus: Regimiento de San Fernando, integrado por cinco compañías, de las que una quedó en Yzumar, en reemplazo de los Ingenieros; una y media de ametralladoras, una batería de montaña y una sección de Sanidad Militar; en junto, unos 800 hombres.

Según sus noticias, el día 21 se incorporaron también el Tabor de Regulares que se hallaba en Nador, los escuadrones de Alcántara, cuyo número no recuerda; mías de Policía, sin poder precisar tampoco su número, y harka de Beni Said. 

Respecto a las condiciones de resistencia de la posición en víveres, municiones y aguada, opina que hubieran sido muy pocos los días que hubiera podido resistir por sí la posición.

PREGUNTADO cuál era el centro genera de abastecimiento de la posición y la guarnición que, según sus noticias, tuviese para su seguridad, dijo que el centro de abastecimiento era Dríus, en donde debió quedar muy poca guarnición, desde el momento en que la mayor parte de la columna de este centro pasó a Annual el día 19, y sólo puede decir que de su regimiento estaba una batería y la ligera eventual.

PREGUNTADO qué órdenes de carácter general tuviese en la posición para los casos de agitación, agresión, defensa y eventual retirada y punto de repliegue señalado o naturalmente indicado, dijo que en el segundo periodo de su mando recibió orden verbal del Comandante general de tener constantemente organizada una columna de auxilio de alguna de las posiciones inmediatas o repeler alguna agresión, cuyo mando fue encomendado primeramente al teniente coronel Marina, de Ceriñola; después, al teniente coronel Nuñez del Prado, de Regulares, y más tarde, herido éste al salir protegiendo un convoy el día 19, le mandó momentáneamente el comandante del Regimiento de África, D. Juan Romero; al incorporarse la columna de Dríus, ordenó por teléfono el Comandante general que se hiciese cargo del mando de todas las fuerzas el coronel de Caballería de Alcántara, llegado aquella tarde para relevar al declarante. Que no tuvo órdenes especiales para el repliegue, siendo su retirada natural a Yzumar y Ben-Tieb, para replegarse a Dríus.

En este estado, y habiendo transcurrido cuatro horas quince minutos, acordó el señor general instructor suspender esta declaración, que leí yo, el secretario, por haber renunciado a leerla el testigo, quien se ratificó en ella, en descargo del juramento prestado, firmándola con el señor general instructor, de lo que certifico.

Joaquín Argüelles (Rubricado.)
Juan Picasso (Rubricado.)
Juan Martínez de la Vega (Rubricado.)