El teniente médico don Antonio Vázquez Bernabeu, de la 12ª mía de la Policía Indígena, recibió la orden de incorporarse a la posición de Buimeyan. Ese día realizó el viaje hasta Annual sin novedad; allí le dijeron que no podía continuar hasta Buimeyan por la ruta habitual por estar bloqueada por los rifeños, sino por otra secundaria, desde la cual pudo observar los parapetos y muros aspillerados que habían construido los rifeños en toda la extensión de la loma y que trataban de disimular cubriéndolos con haces de paja. Al llegar a Buimeyan se enteró que las tropas allí acantonadas no podían realizar la aguada desde hacía varios días, pues el punto, aunque estaba a apenas cien metros de la posición, estaba dominado por el fuego enemigo.
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