Ataque a una columna española de un batallón del regimiento Isabel la Católica número 75 cuando se acercaba a la ciudad de Bayamo, que se saldó con victoria española y el ascenso a general del coronel que la mandaba.

El coronel Fidel Alonso de Santocildes había salido de la Habana al mando de un batallón del regimiento de Infantería Isabel la Católica núm. 75 para reforzar las tropas del general Lachambre en la provincia de Santiago de Cuba. Tras embarcar en Batanabó en un vapor correo de la Compañía de Menéndez que hacía la travesía por la costa sur de la isla, desembarcó en Manzanillo, donde dejó unos 400 soldados con intención de partir con el resto por tierra hacia Santiago de Cuba, para incorporarse a las operaciones que se le encomendaran.



Mapa que muestra el itinerario seguido por la columna del coronel Santocildes el 10 de marzo de 1895 desde Manzanillo hasta Bayamo, lugar del combate con los rebeldes. (Foto: Mapa de la Provincia de Oriente. Instituto de Historia y Cultura Militar, ref. Ar.J-T.10-C.2-277).

El 10 de marzo el coronel Santocildes salió de Manzanillo hacia Bayamo. Tras arengar a la tropa y finalizar con los gritos de "¡Viva España!", la columna salió del cuartel en formación de cuadro: vanguardia y retaguardia formadas en guerrillas, columnas a derecha e izquierda y las acemilas e impedimenta en el centro. Pasaron por Veguitas, Barrancas y otros caseríos sin novedad y sin obtener noticias de los rebeldes. Estaban a una escasa legua de Bayamo y ya se veían a lo lejos las torres de la ciudad cuando, al llegar a un recodo que hacía el camino, los españoles oyeron dos disparos de arma de fuego, seguidos de un griterío que se acercaba. Se trataba de una partida de rebeldes al mando del cabecilla Rabí que pretendía envolver a la columna atacando por dos lados simultáneamente.

Una fila de cien jinetes se abalanzaba sobre la vanguardia para cortar el contacto de la columna con la población, y acto seguido cargar al machete sobre los soldados. Pero éstos, con gran serenidad de ánimo, formaron el cuadro, aguantaron el tipo y dispararon sobre los jinetes enemigos de tal forma que les obligaron a retirarse y retroceder. Rehechos los rebeldes, dividieron la masa de caballería en dos grupos para atacar la columna por ambos lados; el coronel Santocildes ordenó armar la bayoneta y, siguiendo en formación de cuadro, disparar al enemigo con disciplinadas descargas cerradas, logrando parar al enemigo a unos cien metros de la columna y obligándoles a volver grupas y huir.

En ese momento llegó al lugar una columna de refuerzo procedente de Bayamo, alertada por los disparos, compuesta por veinte números de la Guardia Civil, doce guerrilleros del regimiento de Cuba y cincuenta soldados del regimiento la Habana. Reconocido el campo tras el combate, se encontraron cincuenta bajas enemigas entre muertos y heridos; uno de los cuerpos enemigos encontrado llevaba puesto un fajín rojo de general. La columna sólo sufrió seis heridos graves y algunos caballos muertos; el coronel Santocildes reanudó la marcha y entró en Bayamo entre los vítores de la población, que había presenciado el combate desde las azoteas de sus casas. El gobierno ascendió a general de brigada al coronel Santocildes. Personado el general Garrich en Bayamo al frente de sus fuerzas, se reunieron las dos columnas para iniciar la persecución del enemigo con fuerzas montadas.


  • Monfort, Manuel. Historia de la guerra de Cuba. Tipografía del Boletín Mercantil. Puerto Rico, 1896, tomo I, pág. 57-58.
  • Guerrero, Rafael. Crónica de la guerra de Cuba, Volumen I. Barcelona, 1895, capítulo XXI (páginas 106-114).
  • Reverter Delmás, Emilio. La guerra de Cuba, Tomo I. Sexta edición. Barcelona, 1899, página 104.
  • Rodríguez Solís, E. ¡Viva España! Historia popular de la guerra de Cuba. Tomo primero, Barcelona (sin fecha), página 370.