HISTORIA MILITAR DE ESPAÑA
Batallas y combates



CAMPAÑA DE MADRID (932)

Primera expedición militar de Ramiro II de León.

Antecedentes: rebelión en Toledo

La ciudad de Toledo había alternado siempre entre la sumisión a la autoridad corbobesa y su natural tendencia a mantener su independencia. Por su parte, los reyes cristianos del norte encontraron en esta tendencia sediciosa de Toledo una forma de afianzar su poder y de entroncar su monarquía con la tradición visidoga que trataban de restaurar. Siguiendo esta política, los apoyos a Toledo se remontan al rey Ordoño I, que en 854 envió un contingente de tropas al mando de su hermano Gatón para apoyar la rebelión contra el emir Muhammad I.

Por aquellos años, la ciudad de Toledo había mantenido su independencia hasta el 920 bajo el gobierno de un tal Lope ibn Tarbisha. Su sucesor fue un tal Tha´laba ibn Muhammad ibn Abd al-Warith, quien recibió una embajada procedente de Córdoba solicitando su pacífica sumisión al califa Abd al-Rahman III. El rechazo de la solicitud obligó a éste a tomar el camino de las armas. Para ello, en la primavera del 930, envió un contingente a establecerse en las cercanías de Toledo al mando de un tal Sa´id ibn al-Mundhir. Simultáneamente, y para activar la campaña sobre Toledo, el califa sustituyó los gobernadores y alcaides de las fortalezas y plazas de Madrid, Talavera, Talamanca, Atienza, Calatrava, Guadalajara, Mérida y Trujillo, con objeto de reforzar la estructura política y militar del frente. Por último, en el mes de julio las huestes del califa mandadas por él mismo en persona se dirigieron a Toledo. Estas tropas, unidas a las del primer contingente, obtuvieron la sumisión del jefe de Mora, un tal Mutarrif ibn Abd al-Rahman ibn Habil. A continuación establecieron su campamento en la margen izquierda del Tajo, sobre las alturas de Chalencas que dominan la vega del río, en un lugar que hoy se conoce como Peña del Moro y donde se halla la ermita de la Virgen del Valle.

Abd al-Rahman III recibió la sumisión espontánea de las fortalezas de Alamín y Canales, que dominaban los valles del Alberche y del Guadarrama. Estas dos fortalezas, junto a la de Madrid, cerraban los accesos a Toledo por el norte. De esta manera dió comienzo un cerco sobre la ciudad de Toledo que duraría dos años.

Los toledanos resistieron el cerco durante dos años, alentados entre otras cosas por la posibilidad de recibir ayuda militar procedente del reino leonés, pues conocían los preparativos de socorro que estaba haciendo en su favor el rey Ramiro II. Pero la expedición se malogró en el 932 cuando las huestes cristianas estaban saliendo de Zamora debido a la sublevación de Alfonso IV El Monje en León y de los hijos de Fruela II en Asturias, lo que produjo el desaliento en los ánimos toledanos. De esta manera el jefe de los rebeldes se dirigió al campamento del califa para negociar la rendición, y Abd al-Rahman III entró triunfante a caballo en la ciudad el 2 de agosto.

Expedición militar de Ramiro II sobre Madrid

Sofocadas las rebeliones de su hermano y primos en León y Asturias, Ramiro II se sintió seguro en el trono, por lo que decidió reanudar su expedición de socorro sobre Toledo. No obstante, el rey leonés pudo comprobar en persona el fortísimo despliegue de tropas musulmanas en torno a la ciudad, por lo que decidió asestar un golpe a la plaza de Madrid. Su gobernador era un tal Abd Allah ibn Muhammad ibn Ubayd Allah, colocado por el califa en el 730, mientras que sabemos que el gobernador de Talavera a un tal Abd al-Malik ibn Marwan ibn al-Sammas al-Qurasi, también colocado en ese año.

Ramiro II desmanteló las defensas de Madrid y pasó a cuchillo a sus habitantes. Sabía que no podía mantener su conquista, pues estaba situada muy lejos de sus bases y tras las montañas de Guadarrama. Además, su ataque no logró debilitar el cerco sobre Toledo, que acabó rindiendose al califa. Por todo ello, Ramiro apuró al máximo las razzias y talas de los alrededores y regresó a León cargado de botín. Otras añaden que también atacó Talavera, pasando también a cuchillo a sus habitantes.

Tras finalizar la rebelión en Toledo, el califa marchó sobre Madrid para reconstruir sus ruinas. Nada se sabe de su gobernador Abd Allah, probablemente muerto por los cristianos en los combates o tras el asalto; pero si sabemos que el califa nombró nuevo gobernador a un tal Ahmad ibn Abd Allah ibn Yahya al-Loythi, a quien encargó la restauración y defensa de la plaza. De este gobrnador sabemos que en el 936 fue sorprendido y muerto por los cristianos con ocasión de una incursión que realizó con sus tropas en tierras cristianas.

Breve historia de Madrid; los Banu Habil

Magrit era una pequeña ciudad y plaza fuerte muy bien defendida cuya fortaleza fue construida por el emir Muhammad I (852-886). Poseía una mezquita mayor donde se hacían los rezos y la plática. El puente de Makida, situado a unas 31 millas, señalaba el límite extremo de su territorio. En el foso que se excavó en el exterior de la muralla se encontró la tumba de un cadáver gigantesco, de 51 codos de largo, es decir, 102 palmos, desde la cabeza hasta los pies. El volumen de la caja craneana medía unas 8 arrobas. Todo esto fue confirmado por el cadí de la ciudad, que fue a verlo en persona junto con otros testigos.

Como curiosidad se sabe que en Madrid había una tierra de la que se hacían ollas que podían utilizarse para la cochura durante veinte años sin que se rompiesen, y que los alimentos cocidos en ellas no se estropeaban ni aún en dias más calurosos.

Tras el ataque de Ramiro II, el historiador musulmán Ibn Hayyan nos dice en Al-Muqtabis que la fortaleza de Margeritah fue construida (quizás debe entenderse "reconstruida") por un tal Mundir ibn Huraiz ibn Habil, el mayor de los cuatro Banu Habil, junto a las de Bajtubrah y San Esteban. Ibn Habil se mantuvo en rebeldía en Margeritah junto con otras "gentes indeseables".

Poco tiempo después su hermano Abu Karama Habil ibn Huraiz ibn Habil, hombre inquieto y mal avenido con los modos de la ciudad y de la corte cordobesa, se le unió en la rebeldía; pero al poco tiempo escribió al califa Abd al-Rahman III implorando su perdón. El califa se lo concedió y le otorgó la tenencia del castillo de Margeritah, con lo que obtuvo el sometimiento de la plaza y, poco después, el exterminio de esas "gentes indeseables" reunidas en torno a su hermano.

Otro hermano de los Banu Habil, un tal Amir ibn Huraiz ibn Habil, se había levantado contra el anterior emir, Abd Allah; pero fue finalmente sometido por el califa Adb al-Rahman III y llevado a Córdoba con el resto de hermanos, donde alcanzó altos cargos en el ejército califal. Participó en la batalla de Simancas, donde fue muerto.




FUENTES: