HISTORIA MILITAR DE ESPAÑA
Batallas y combates



BATALLA DE GUADALETE
(22 de julio de 711)

En la noche del 27 al 28 de abril de 711 Tariq ibn Ziyad desembarcó sus tropas en la llamada Roca de Calpe, denominada desde entonces Yebel Tariq. Mediante sucesivas idas y venidas de diversos barcos de transporte desembarcó desde Ceuta unos 7.000 hombres de a pie. Acto seguido Tariq ocupó la ciudad de Carteya, situada al fondo de la bahía de Algeciras, y derrotó a un tal Sancho, hijo de una hermana del rey Don Rodrigo. Posteriormente inició el avance por la vía romana que conducía a Sevilla. Simultáneamente pidió refuerzos a Muza, que le envió otros 5.000 soldados, con lo que el ejército invasor de Tariq totalizó unos 12.000 soldados.

El rey Don Rodrigo se encontraba combatiendo a los vascones cuando ocurrió el desembarco de los musulmanes. Se enteró del hecho dos o tres semanas más tarde y bajó hacia el sur por la vía romana Córdoba-Écija-Morón-Cádiz. El 19 de julio se encuentraron los dos ejércitos en el Wadilakka, no lejos de la despoblada ciudad de Lacea, antigua localidad desde donde se exportaba aceite a Roma. Durante dos días ambos ejércitos estuvieron observándose y realizando escaramuzas, algunas de ellas sangrientas.

El día 22 de julio comenzó la batalla. El centro visigodo lo mandaba el propio rey, mientras que las alas iban al mando de sendos hijos del anterior rey Vitiza: Sisberto mandada el ala derecha y Abba mandaba el ala izquierda. Nada más comenzar el combate los nobles del partido vitizano se pasaron a las filas musulmanas, con lo que el ejército visigodo se desbandó. La derrota de los cristianos fue total, y fue seguida de una gran mortandad. El cadáver del rey Don Rodrigo nunca se encontró. Se dice que sus fieles le llevaron a enterrar a Viseo, debido a una inscripción encontrada allí.

Tras la derrota del Guadalete, los restos del aún no aniquilado ejército visigodo volvieron a enfrentarse a los musulmanes en Écija. Allí combatieron sin traiciones, pero fueron definitivamente derrotados.

Consumadas las derrotas del Guadalete y de Écija, Tariq avanzó rápidamente hacia Toledo, la capital del reino visigodo. Entró en la ciudad apoyado sin duda por los nobles del partido vitizano, que esperaban que los mercenarios musulmanes apoyasen el nombramiento de uno de los suyos como nuevo soberano del reino. Pero Tariq tenía otros planes, y proclamó la soberanía del Califa de Damasco el 11 de noviembre de 711, día de San Martín. Los vitizanos vieron frustradas sus esperanzas de ver proclamado uno de los suyos.





FUENTES: