HISTORIA MILITAR DE ESPAÑA
Campañas




CAMPAÑA DE RUSIA (1941 - 1943)

10-25 de enero de 1942. Acción del lago Ilmen.

Valerosa y sorprendente gesta de la compañía de esquiadores de la División Azul para rescatar a un destacamento alemán aislado en el lago Ilmen.

    NOTA: El texto de este artículo está al noventa por ciento copiado del artículo de Francisco Caballero Leonarte. La acción del lago Ilmen. Barcelona, 11 de julio de 2009.

ANTECEDENTES

Antes de cumplirse los seis meses del inicio de la “Operación Barbarroja”, el optimismo de los generales alemanes empezó a resentirse. El empuje ofensivo de las 51 divisiones de la Werhmacht ante Moscú se había agotado después de casi un mes de combates. Entonces, las tropas soviéticas, formadas por cien divisiones al mando del Mariscal Zukov, dieron inicio, el 5 de diciembre de 1941, a una gran ofensiva para aliviar la presión sobre la capital rusa, obligando a los alemanes a batirse en retirada.

En el sector Noroeste, las tropas soviéticas avanzaban de forma imparable con la misión de recuperar la carretera y especialmente la línea del ferrocarril Moscú – Leningrado. En esa ofensiva los rusos pusieron al 16º Ejército del general Ernest Busch en situación casi desesperada. El día 7 de enero de 1942, en plena ofensiva, las tropas rusas avanzaron sobre el sector donde se encontraba la División Azul, destrozando antes, a su paso, la 290º División de Infantería alemana, que se encontraba desplegada al sur del lago Ilmen.

En la retirada quedó cercada la guarnición alemana de una aldea de pescadores llamada VSVAD, en la desembocadura del río Lovat, compuesta por unas doscientas isbas. Los 543 hombres cercados, al mando del capitán Pröhl, formaban una unidad heterogénea, restos de otras unidades que se habían dispersado durante la precipitada retirada. Frente a los alemanes estaba formado el cerco por el 140º Regimiento de infantería del 11º Ejército Soviético. Se perdió el contacto telefónico y, ante la ausencia de noticias, el mando alemán empezó a dar por perdida la suerte de los soldados cercados en Vsvad.



Mapa de la acción del lago Ilmen.

El efecto político que hubiera tenido la caída de esta aldea hubiera sido muy grande. Había que salvar la guarnición alemana a cualquier precio.

Parece ser que la situación climatológica y la alta concentración de fuego soviético impidieron la ayuda exterior de paracaidistas. No obstante, se realizó un primer intento de liberación de la guarnición alemana que terminó en fracaso, dada la presencia de cerca de 3.000 esquiadores siberianos del 71º Batallón de Esquiadores soviético, muy adaptados al durísimo invierno que se padecía en aquel momento.

Al no disponer de unidades de reserva, el general Von Chappuis, que no sentía muchas simpatías por los españoles, llamó por teléfono el día 9 de enero de 1942 al Cuartel General español y preguntó al general Muñoz Grandes si podía hacer algo por las fuerzas alemanas sitiadas. La contestación del general español a la petición de auxilio pasó a la historia; el general Muñoz Grandes preguntó: “¿Como se porta la guarnición de Vsvad?”, “Muy valientemente” – le contestó el general Von Chappuis. Muñoz Grandes respondió entonces: “Se hará lo que se pueda y más de lo que se pueda”.

Rápidamente el general español se reunió con su Estado Mayor en Grigorovo y allí analizó la situación. Usvad se encontraba a 30 kilómetros de la División Azul, el frío era muy intenso, pues se estaba sufriendo el invierno ruso más crudo en más de cien años y la temperatura en el lago Ilmen llegó a descender a 53 grados bajo cero.

La situación para los cercados de Vsvad era cada vez más grave. Había que decidir y actuar con rapidez, y el mando español tenía claro que no se podía defraudar a los alemanes y que todas las miradas estaban puestas, en aquellos momentos, sobre los soldados españoles. Por ello, decidió encomendar la operación de rescate a la Compañía de Esquiadores, recién creada. También influyó en esta decisión el hecho de que el grueso de la División Azul estaba empeñada en un duro combate a lo largo del río Volchov.

LA COMPAÑIA DE ESQUIADORES

La organización inicial la División Azul no contaba con ninguna Compañía de Esquiadores. Se tuvo que formar en Rusia ante las especiales condiciones climatológicas y para atender el desarrollo de los acontecimientos, es decir, su creación vino impuesta por las necesidades tácticas. Se necesitada una unidad que pudiera desplazarse rápidamente, a pesar de la nieve, y atender las urgencias bélicas que pudieran presentarse.

El 21 de noviembre de 1941 se formó oficialmente dicha compañía. Como jefe fue elegido inicialmente el teniente de Artillería José Otero de Arce, cuando éste se encontraba en plena batalla de Possad. Pero, al no poder distraer fuerzas de ninguna otra Unidad, se decidió formar la compañía con tres o cuatro voluntarios del resto de las compañías, especialmente los que tuviesen conocimientos de esquí. También se presentaron otros que no tenían ni idea de como se usaban unos esquíes. Sin embargo, pronto se formó un cuerpo unido y a todos les animó el mismo espíritu de entrega y sacrificio, como se pudo demostrar poco después.

La Compañía de Esquiadores estaba compuesta por seis secciones que sumaban unos 150 hombres, a los que se unieron posteriormente voluntarios procedentes del Grupo de Veterinaria, Antitanque y Radio, más los rusos ayudantes, sumando en total 206 hombres. Se dió el mando de la compañía de capitán José Manuel Ordás Rodríguez procedente de la 5ª Compañía de Antitanques. Como es lógico, el material de esquí era el propio de la época, muy rudimentario si se compara con el actual. El equipo de abrigo, aunque de cierta calidad, no era el adecuado para proteger de temperaturas tan extremas que llegaron a superar los 50 grados bajo cero.

La vigilancia y patrulla de la orilla oeste del lago Ilmen fue la misión encomendada a la Compañía de Esquiadores. Estaban en un sector del frente relativamente tranquilo. Dependiendo del frío, el tiempo de guardia podía oscilar entre media hora a una hora, pero, así y todo, a los soldados se les helaban los huesos. Las manos ateridas por el frío apenas podían sostener el fusil y los pies casi no se sentían.



Dos fotografías de la Compañía de Esquiadores de la División Azul.

La enorme extensión del sector asignado a la Compañía de Esquiadores obligaba a una presencia constante de efectivos, con el fin de poder cumplir con la misión encomendada. No era extraño que una patrulla durase doce horas en condiciones infernales.

LA ACCIÓN DEL LAGO ILMEN

El sábado 10 de enero de 1942 el termómetro señalaba 32 grados bajo cero en SPASSPISKOPEZ, cuando los 206 hombres de la Compañía de Esquiadores formaron ante su capitán a las 06:00 horas en punto de la mañana. El general Muñoz Grandes había enviado a su ayudante, Capitán de Corbeta Mora Figueroa, a desearles buen viaje desde su punto de partida en SPASSPISKOPEZ. “Vais a liberar a un batallón de camaradas alemanes” les dijo. “Cruzareis el lago. La marcha será corta, pero dura. Os enfrentaréis a fuerzas soviéticas superiores en numero. Si alguno de vosotros está enfermo que lo diga ahora.” Nadie contestó.

Si descontamos las consabidas refriegas e intercambios de disparos con las patrullas rusas, tenemos que decir que la Compañía de Esquiadores todavía no había participado en un verdadero combate. A partir de ahora tendrían ocasión de conocer, en toda su crudeza, las acciones combatientes.

Durante los meses de noviembre y diciembre el sol se ponía a las 15:30 horas aproximadamente, y ello comportaba que a las 16:00 horas fuese completamente de noche.

Para realizar la operación se hizo acopio del material necesario, no muy abundante por cierto, pues las raciones de comida solamente se prepararon para tres días, ya que en un principio se pensó que una marcha de 30 kilómetros se podría cubrir en ocho horas. En cuanto al armamento, solamente llevaban el propio individual de dotación en el ejército alemán, más nueve fusiles ametralladores. No había artillería anticarro. Para combatir el frío y el viento tenían solamente lo que llevaban puesto encima, siéndoles de gran utilidad los gruesos abrigos de inviernos que ya utilizaban, pues no había tiempo para esperar nuevo equipo invernal. Contra lo que parecería normal, para esta ocasión nuestros esquiadores no utilizaron los esquíes, ya que éstos en el hielo no tienen eficacia practica y para la marcha sobre nieve acumulada se preferían las botas y, a ser posible, las rusas de fieltro, muy apreciadas por las tropas españolas.

A los 206 hombres hubo que añadir 70 trineos tirados por caballos pequeños, pero fuertes y resistentes, que fueron requisados urgentemente entre los aldeanos y que normalmente eran conducidos por auxiliares rusos o por los propios dueños. En los trineos se transportaba la comida y la munición, así como un único aparato transmisor de radio a pedal. La blanca y fantasmal columna comenzó su avance tras la sección del teniente Castañer que abre la marcha.

Pero lo que al principio parecía una simple operación de rescate bien pronto se reveló como una empresa casi imposible de lograr. En plena oscuridad la visibilidad era prácticamente nula. En el lago no existían puntos de referencia para guiar la marcha; lo único que tenían era una brújula. A las pocas horas de marcha, el capitán Ordás llamó al operador de radio, un soldado llamado Varela, para que diera cuenta del avance al Cuartel General, pero el generador se había helado. Sin titubear, ordenó a Varela que volviera a por otro. También hizo volver en trineo a los primeros congelados, arropados con mantas.

La columna seguía el rumbo de la brújula rodeando hondas grietas y grandes barreras de hielo, elevadas por el oleaje de la superficie del lago. La marcha proseguía a 53º bajo cero. Siguiendo los rastros de la expedición, Varela volvió con un nuevo aparato de radio.

A las 21:30 horas del 10 de enero, el general Muñoz Grandes envió el siguiente mensaje al capitán Ordás: “La guarnición de Vsvad se sostiene valientemente ... es absolutamente necesario socorrerlos. El honor de España y el espíritu de fraternidad de nuestro pueblo lo exigen”.

El libro de Eduardo Barrachina Juan, “La batalla del lago Ilmen”, describe lo siguiente: “Si en la orilla la temperatura había descendido a 40 grados, en el interior del lago se midieron con un termómetro finlandés 53 grados bajo cero. A esa temperatura se funde la grasa de los cerrojos de los fusiles y no se pueden utilizar. El agua se hace en el acto un bloque de hielo y para beber hay que calentarla previamente. El pan debe serrarse o cortarse con un hacha. La mayor parte de la comida se congela también con la gran dificultad de poder aprovecharla, pues encender fuego es extremadamente peligroso, ya que puede delatar la posición de las fuerzas españolas al enemigo. Y lo peor de todo, no se puede dormir. Dormir significa la muerte por congelación, incluso tumbarse un rato en un trineo puede suponer la pérdida de los pies o las piernas por congelación”.

A las 02:00 horas de la mañana del día 11, un nuevo mensaje del general Muñoz Grandes le llega al capitán Ordás: “Sois el orgullo de nuestra raza. Confiad en Dios y atacad como españoles”.

Debido a las bajas temperaturas, llegó un momento en que la brújula dejó de funcionar y se tuvo que recurrir a la orientación por las estrellas. Las ocho horas calculadas inicialmente para la travesía se habian convertido en veinticuatro cuando la unidad alcanzó sobre las 10:00 horas del 11 de enero la orilla meridional del lago, cerca de USTRIKA, a 18 kilómetros de VSVAD, su punto de destino. En aquellos momentos ya tenían 102 casos de congelación.

En las proximidades de la aldea de USTRIKA se encontraron con dos centinelas alemanes de la 81º División alemana que resistían en aquel sector. Los españoles fueron conducidos a una isba con estufa, donde los camaradas alemanes, con la consiguiente alegría y sorpresa, les dieron té caliente. El capitán Ordás supo allí que VSVAD aguantaba aún y que él y su compañía quedarían temporalmente adscrita al "Grupo Lüer" de la 290ª División, bajo el mando de la 81º División, agrupada a lo largo de la orilla del lago Ilmen. Se trataba de los silesianos del general Erich Schopper, los cuales estaban casi cercados y trataban de contraatacar en un intento desesperado por sobrevivir. En estas condiciones la ayuda de los pocos españoles era bien recibida aunque fuera escasa.

Entretanto, las fuerzas alemanas sitiadas en VSVAD, con la autorización del mismo Führer, habían conseguido romper momentáneamente el cerco e incluso consiguieron hacer algunos prisioneros rusos.

Los españoles se hallan en una situación tan penosa que el capitán Ordás llamó por radio al general Muñoz Grandes y le comunicó las últimas novedades. La verdad es que la compañía estaba diezmada y su capacidad de combate se había reducido prácticamente a la nada. Los soldados estaban agotados y en USTRIKA procuraban reponer fuerzas.

El general Muñoz Grandes, comprendiendo la extrema gravedad de la fuerza de rescate, dió prioridad a cualquier noticia que lleguase sobre ellos. Permaneció en su Cuartel General y seguía constantemente por radio las incidencias de la operación. A las 13:30 horas del día 11 de enero les envió otro mensaje: “Sé vuestro esfuerzo durante la penosísima marcha que habéis realizado; si la suerte no os acompañó al logro total de vuestro propósito, no fue vuestra culpa. La guarnición de VSVAD sigue resistiendo valientemente y hay que socorrerla cueste lo que cueste; aunque queden todos los nuestros sobre el hielo, no importa; con los que te queden, con muy pocos, tú solo si es preciso, seguid adelante, hasta morir; todo por el heroísmo de los de VSVAD; o se les salva o hay que morir con ellos. En nombre de la Patria, gracias, y no desfallecer, confío en vosotros”.

A pesar de todas las circunstancias adversas, la Compañía de Esquiadores, con 102 hombres menos y con la mitad de los trineos, emprendió el avance a 41ºC bajo cero y al atardecer del 12 de enero conquistaron la aldea de SADNEJE – POLE, distante de USTRIKA 1 Km. aproximadamente, donde hicieron algunos prisioneros soviéticos que fueron debidamente interrogados que informaron perfectamente de cuál era la situación de las fuerzas enemigas. ¡Ya sólo faltaban 10 Km! Otros 28 hombres habían causado baja y ahora 76 valientes eran los únicos efectivos de la Compañía de Esquiadores española.

Continuaron las operaciones y el avance hacia VSVAD.

El día 14 de enero se hizo recuento de los hombres disponibles. En la cuarta jornada desde la salida de SPAPISSKOPEZ, solamente quedaban 58 soldados españoles capaces de combatir. El intenso frío polar, la nieve y el hielo del durísimo invierno ruso fueron el peor enemigo al que tuvieron que enfrentarse nuestros soldados, pues las tropas soviéticas estaban mejor equipadas y acostumbradas a soportar el frío.

    14 de enero, 10:00 horas. Mensaje de Ordás a Muñoz Grandes: "(Zanón)Empujamos para liberar VSVAD. 13,00 horas: hemos tomado SHISHIMOROVO. Nuestra guarnición de allí ... reforzada por alemanes y letones."

El 17 de enero, el teniente Otero de Arce condujo a un grupo de 36 españoles y 40 letones de la 81ª División en un reconocimiento al SE de PAGOST USHIN, cruzaron MALOYE UTCHNO y BOLSHOYE UTSCHNO encontrando fuerte resistencia en SHILOY TSHERNEZ, que desalojan a punta de bayoneta.

    17 de enero, 22:00 horas. Mensaje de Ordás a Muñoz Grandes: "El enemigo contraatacó con dos batallones con cañones anticarro y seis carros medios, que rápidamente arrollaron a la vanguardia española. El destacamento rodeado se defendió heroicamente ... de los 36 españoles de vanguardia, catorce murieron. El resto rompió el cerco y se unió a la compañía. Nos estamos atrincherando en ... y resistiremos el próximo ataque importante."

Del 18 al 20 de enero se sucedieron los ataques soviéticos contra las posiciones españolas, en tanto que éstos seguían tratando se enlazar con los alemanes aislados en VSVAD. Al sur de la aldea de PINIKOVO tropezaron con fuerzas soviéticas apoyadas por seis T-26, teniéndo que retirarse a BOLSHOYE UTSCHNO, donde el teniente Otero de Arce y un grupo de soldados frenaron el avance de los carros y esquiadores, mientras los demás evacuaban a los heridos hacia el puesto de mando de la compañía. El teniente y los supervivientes se retiran con sigilo al anochecer.

El capitán Ordás recibió la orden de establecer una posición avanzada en MALOYE UTSCHNO, por lo que envió a 23 españoles y 19 letones comandados por dos alféreces a dicha posición. El 19 de enero fueron fuertemente atacados por carros y esquiadores con apoyo artillero, haciendo frente el alférez López de Santiago con sus escasos efectivos y firme en sus posiciones entre las ruinas, a la oleada rusa que avanzaba entre el estallido de sus propias granadas. El teniente Otero de Arce avanzó con siete de sus españoles y dos secciones alemanas, con el apoyo de un P-IV, hacia SHILOY TSCHERNEZ entre una tormenta de nieve y el fuego graneado de los rusos que le hacen frente, encontrándose con el alférez López de Santiago, que se retiraba con cuatro españoles y un letón, únicos supervivientes de la avanzadilla. Atacaron al arma blanca, a tan sólo 10 Km. de VSDAD.

    19 de enero, 13:30 horas. Mensaje de Ordás a Muñoz Grandes. "A las siete de hoy el enemigo ha lanzado un ataque en masa sobre MALOYE UTCHNO suprimiendo la guarnición de 25 españoles y 19 alemanes ... la enorme concentración enemiga nos impidió reconquistar el puesto. La guarnición no capituló. Murieron con las armas en la mano. Observamos una gran masa enemiga en dirección a MALOYE UTCHNO. Esperamos el ataque. Sabremos morir como españoles."

    19 de enero, 23:00 horas. Mensaje de Muñoz Grandes a Ordás. "Habláis como sólo los héroes lo harían. Este es el único medio de construir un imperio. Valor. Vuestra conducta es el orgullo de esta brava División. A pesar de todo venceréis. Hay un Dios y Él os concederá la victoria porque sois los mas valientes hijos de España. Un abrazo que no será el último."

    20 de enero, 14:30 horas. Mensaje de Ordás a Muñoz Grandes. "Anoche nos bombardearon tres veces aviones rusos. Al atardecer, grandes masas enemigas avanzaron contra nuestras posiciones. Han salido varios voluntarios para incendiar los carros enemigos con cócteles molotov. El movimiento de penetración del ataque ha sido contenido, y el enemigo se retira. Dios existe."

El día 21 de enero al amanecer, el teniente Otero de Arce salió hacia el Este con tan sólo 15 soldados españoles y 5 soldados letones en busca de las fuerzas alemanas de VSVAD, que habían acordado retirarse a través del cerco ruso. A las 05:00 horas, sobre la superficie helada del lago, dispararon la bengala convenida, que fue contestada por la señal alemana..."¡Kameraden, kameraden!". El capitán Pröhl y el teniente Otero de Arce se saludaron militarmente y se abrazaron efusivamente sobre el hielo.

A las 09:45 horas el capitán Ordás informó al general Muñoz Grandes: "Un destacamento salió esta mañana de MALOE UTCHNO para VSVAD. La guarnición de VSVAD, que hizo una salida anoche, abrazó a nuestros hombres (sobre el lago helado) siete kilómetros al Este de UZHIN. Vuestras órdenes han sido cumplidas por entero."

Con sus bajas camino del hospital de Borissovo, el capitán Ordás tan sólo contaba con 34 de sus valientes que, para su desesperación, le fueron requeridos para contraatacar en el sector Sur del lago, como refuerzo de los efectivos de la 81ª División y varios P-IV, en un intento de recuperar SHILOY TSCHERNEZ y otras dos aldeas ocupadas por los rusos... Los españoles llegaron media hora antes que la infantería letona y se lanzaron al ataque con denuedo, consiguiendo sus objetivos.

El 25 de enero, a 01:40 horas, el general Muñoz Grandes preguntó al capitán Ordás. "Dime cuántos valientes quedan."

El capitán Ordás envió este escueto mensaje a su general: "Salimos doscientos seis hombres y quedamos doce... ¡Arriba España!". De este modo la misión de la Compañía de Esquiadores se dió por finalizada.

DESPUÉS DE LA ACCIÓN

La Compañía de Esquiadores 250 nunca más volvió a ser organizada, siendo ésta su única y definitiva batalla. Los autores norteamericanos se se mencionan debajo reseñan en su libro que “los hombres de Ordás lucharon `soberbiamente´ y el pequeño resto siguió batallando bravamente”.

El día 5 de febrero de 1942, el general Schopper, jefe de la 81ª División de Infantería, dirigió un mensaje personal de citación a su camarada Muñoz Grandes en Grigorovo y concedió 32 Cruces de Hierro:

    “Mi muy respetado General:

    En el momento en que cesan de estar a mis órdenes los valientes soldados de su Compañía de Esquiadores, es para mí un deber ineludible expresarle a Vd. mi agradecimiento y mi admiración por el arrojo temerario y heroico de sus soldados.

    Ha sido para mi un honor poder tener bajo mi mando a estas excelentes tropas y motivo de especial satisfacción que con la concesión de 32 Cruces de Hierro a la compañía haya cristalizado en forma palpable el reconocimiento de los mandos superiores.

    Con la expresión de mi estima y con el deseo de poder volver a saludarle personalmente, queda de Vd. muy respetuosamente."

El Caudillo envió un mensaje especial en el que se concedía al capitán Ordás su segunda Medalla Militar Individual. Franco otorgó también la Medalla Militar Colectiva a la Compañía de Esquiadores. De esta forma la compañía se convirtió en la unidad más condecorada del frente de Leningrado y, por supuesto, la más condecorada de todas las fuerzas voluntarias extranjeras que lucharon encuadradas en la Wehrmacht.

Nos dice Eduardo Barrachina en su mentado libro: “Si por acciones bélicas en las que ya habian intervenido las distintas unidades de la División Azul se habían ganado el respeto de sus camaradas alemanes, la gesta del lago Ilmen la elevó a la admiración que todavía perdura en los supervivientes alemanes de Leningrado”.

"Por todo el frente se difundió inmediatamente la acción llevada a cabo por la Compañía de Esquiadores. La revista alemana SIGNAL se ocupó de ello e incluso de forma gráfica”. “Las obras históricas que tratan de la División Azul, especialmente de autores extranjeros, la acción bélica que más admiración y cariño despierta siempre es ésta precisamente, la gesta épica del lago Ilmen”.


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ANEXO

Una vez elaborado este texto hemos obtenido algunas imágenes de una tiras de “cómic”, editadas en Japón recientemente, en las que se trata, precisamente, sobre el encuentro de las tropas alema-nas de Vsvad con los divisionarios españoles. No deja de ser curioso que, después de tantos años y en un lugar geográficamente tan lejano, editen como divulgación para el gran público japonés esta historia bélica; lo cual pone en evidencia la importancia y relieve del acontecimiento.

La traducción al idioma español ha sido realizada por un ciudadano japonés residente en Barcelona. La mostramos tal como él nos la ha facilitado.




Página 1

1 BOM!

2 El combate (cuerpo a cuerpo) duró 8 horas 17 muertos, 72 heridos.

3 Si hay otro ataque como esto, nosotros nos moriremos todos. Esta noche será la última posibilidad de escaparnos. Iván debe estar reoganizando (su ejército).

4 20 de enero, enterraron los muertos y ataron a los heridos a los trineos, y Plair (?) planeó la escapada de Wsawad acompañado por un (?) grupo de autovigilancia.

5 Los grupos salieron cada 10 minutos para Ushin de la otra orilla del lago Ilmen, abriéndose el camino entre nieve hasta el pecho.

6 Se ha acabado. Retira el rótulo.

7 Destrozalo. Somos últimos.




Página 2

1. ¿Todo está bien? Sí, bien.
3. ¿Que pasa? Levántate
Teniente(?), sólo 30 minutos... me dejaría descansar hasta que llegue el otro grupo.

2 No, camina. Te morirás.

3 El oficial anduvo dos o tres veces más que los soldados y les forzaron a caminar a los soldados rezagados y sentados.

4 ¡Mierda! El brújula está helado. Allá




Página 3

2. Hola! compañero “Como está camarada?” “Mucho bien vendo”(?) (“Mucho bienvenido”?) Que está diciendo?

4. Los esquiadores españoles del ejército de voluntarios 250 infantería vinie-ron a ayudarlos. Bueno!

Mucho fríoJajaja!




FUENTES: