HISTORIA MILITAR DE ESPAÑA
Campañas




CAMPAÑA DE RUSIA (1941 - 1943)

DIVISIÓN AZUL, ALGUNAS CONCLUSIONES.

Es bien conocido el axioma de que no se pueden valorar unos hechos históricos determinados sin tener en cuenta la realidad social, política y cultural del momento en que se produjeron. Con el pensamiento dominante hoy en España, la mayoría de nuestros compatriotas difícilmente podrían entender que un puñado de jóvenes, dejando en muchos casos novias, situaciones confortables, cargos públicos importantes, se alistaran para jugarse la vida en la lejana Rusia.

De todos es sabido que hoy ya no están de moda los valores del patriotismo, del sacrificio y de entrega hasta la muerte en aras de un gran ideal. Pero en aquellos tiempos, las cosas eran diferentes. Para ilustrar cual era el talante de aquellos soldados, expondremos la siguiente anécdota:

Cuando la Compañía de Esquiadores se encontraba en SADNEJE POLE, a la fuerza de rescate se le unió el Cabo Hernández Bravo y el soldado Hernández Rivadulla, que se encontraban con un permiso en RIGA. Pero cuando se hallaban esperando en una estación de ferrocarril el tren que les debía llevar a dicha ciudad, se enteran de que su compañía se encuentra en el lago Ilmen, donde ha sufrido importantes bajas. No lo piensan dos veces. Renuncian a su permiso y en un camión de aprovisionamiento se dirigen a buscar a su unidad y la encuentran en SADNEJE POLE, después de una gran aventura vivida.

Ciñéndonos a la acción concreta de la Compañía de Esquiadores, es inevitable la pregunta ¿cómo un grupo tan reducido de soldados españoles pudo realizar una gesta semejante?. Sin quitarles el inmenso mérito que tuvieron en la superación de vicisitudes extraordinarias, algún autor apunta que los soviéticos quizás creían que tenían enfrente no una compañía sino una división entera.

Por otra parte, no debemos olvidar que los divisionarios no eran simples soldados de leva. La mayoría eran voluntarios falangistas impregnados de un fervoroso idealismo. En el fondo bullía en ellos la sangre del guerrero. Además, los oficiales, también voluntarios, procedían de los cuadros profesionales del Ejército. La conjunción de ambas características dio como resultado una Unidad eficiente.

Desde otra perspectiva, puramente política, la División Azul sirvió para demostrar a Hitler, y también a los aliados, que si bien, dados sus superiores medios materiales, en algún momento podrían invadir España, ello sería a un coste prohibitivo.

De esta idea hay que partir para poder entender la obstinación de Muñoz Grandes por acometer las acciones militares más comprometidas y difíciles, como la creación de la cabeza de puente del Volchov, la defensa de POSSAD y el cruce del lago Ilmen. Evidentemente, nuestro general tenía, entre otras, la misión política de mostrar la calidad humana y combativa de los soldados españoles. Quizás los mandos de la División Azul y, por supuesto la tropa, en aquellos momentos lo ignorasen, pero con el transcurso del tiempo se han ido conociendo documentos y declaraciones de políticos que han puesto de relieve el impagable servicio que el heroísmo de unos pocos (nuestros divisionarios) supuso para que España pudiera mantenerse en paz al margen de los desastres de la II Guerra Mundial.

Acudiendo a un estudio debido a la pluma de José Mª. Manrique García y Lucas Molina Franco, publicado en la Revista Española de Historia Militar, nº 33, de marzo 2003, obtenemos la siguiente información:

“Patton, como se supo en su momento (a pesar de su pretendido incógnito), visitó Melilla, desaconsejando a sus mandos el ataque a España. (lo cita Severiano Gil Ruiz en “Melilla –apuntes de su historia militar-“, dando referencias de la Biblioteca del Congreso de los EE.UU.)

“También el General Clark visitó oficialmente el Marruecos Español, entrevistándose, a comienzos de abril, con su jefe el General Orgaz”.

“Hay que recordar que, sin duda, los aliados habían tomado buena nota de la batalla de Krasny Bor, los días 10 y 11 de febrero de 1943. Una modesta división hipomóvil, que cubría un frente de 30 kilómetros en terreno llano, dotada de armamento normal (e incluso de “recuperación”), con pobre defensa contra carros... y nula antiaérea, aguantó, sobre un frente de ataque de 10 kilómetros el empuje de cuatro Divisiones, más dos Brigadas de Esquiadores y dos Brigadas acorazadas del ejército soviético”.

EPÍLOGO

Como epílogo podemos decir que desde Berlín a San Petersburgo (Leningrado) 5.000 españoles quedaron en los cementerios y 300 prisioneros en Rusia hasta 1954. De los casi 49.000 combatientes, en los dos años de frente, la División tuvo un total de 22.000 bajas entre muertos, heridos y enfermos.

Ocho Cruces Laureadas de San Fernando, cincuenta y tres medallas Militares Individuales, ciento treinta y cinco Cruces de Hierro de 1ª Clase, dos mil trescientas sesenta y dos Cruces de Hierro de 2ª Clase, dieciséis Cruces al Mérito de Guerra, destacan entre otras distinciones otorgadas a los voluntarios azules.

Por eso, por el elevado número de caídos y de condecoraciones, y por su insuperable valor en las batallas, la División Azul es calificada por los historiadores extranjeros como unidad Heroica y Gloriosa.




FUENTES: