EL CONVOY DE LA VICTORIA (5 de agosto de 1936)
El lunes 20 de julio, consolidado el alzamiento en el Protectorado, comenzaron los trabajos para pasar el ejército de África a la península. El día 18 se había intentado sin éxito pasar una bandera de la Legión desde Melilla, y día anterior ya se habían enviado dos tabores del Grupo de Regulares "Ceuta" nº 3 en sendos convoyes desde Ceuta hasta Cádiz y Algeciras; pero proseguir el transporte marítimo parecía difícil por el bloqueo naval que ejercía la Armada, leal al gobierno de Madrid. Por otro lado, el puente aéreo que se iniciaba ese día arrojaría la ridícula cifra de 64 soldados transportados al final de la jornada.
Era evidente que el general Franco tenía un problema. Para discutirlo, se reunió en Ceuta el mismo 20 de julio con el general Kindelán, el coronel Sáenz de Buruaga, los tenientes coroneles Beigbeder y Yagüe, los comandantes de los tres buques cañonero Dato, torpedero 19 y guardacostas Uad-Kert, acompañados de algunos jefes y oficiales de Estado Mayor. A pesar de los peligros y riesgos que se le presentaron al general Franco, éste insistió con gran intuición en realizar un transporte marítimo desde Ceuta hasta Algeciras; para ello argumentó el factor sorpresa, la impericia de las tripulaciones de la Armada enemiga, y el evasivo comportamiento de los buques enemigos ante la presencia de los aviones rebeldes.
Este último es un argumento que cabe resaltar. En efecto, quiérase o no, a pesar del mayor número de aviones en poder del gobierno de la República, la superioridad aérea local pertenecía al ejército rebelde. Ello provocó que las tripulaciones de los buques de la Armada se desmoralizasen al ver volar sobre ellos los aviones rebeldes y navegasen en zig-zag huyendo a toda máquina ante su presencia. De esta manera se ponía de manifiesto el poder del arma aérea sobre el poder marítimo, dando mayor protagonismo a los aviones que el que hasta la fecha habían gozado en las marinas del mundo. Vamos a poner cuatro ejemplos para ilustrar este comportamiento:
Los mensajes de socorro intercambiados entre el acorazado Jaime I y el crucero Libertad con ocasión de un ataque aéreo rebelde. Jaime I: "Dice el comité que sois unos cochinos; esos tíos nos asan; si no acudís pronto en nuestro auxilio nos entregamos". Libertad: "Eso no se dice. ¿No os da vergüenza? Aguantad vosotros, que nosotros ya tenemos bastante."
El mensaje de socorro radiado por el crucero Libertad con ocasión de un ataque aéreo: "Urge salga toda la Escuadra en m auxilio. Me bombardean tres Breguet."
El mensaje de socorro del submarino C-3 con ocasión de otro ataque aéreo: "Llevamos cuatro horas sumergidos, por no dejarnos salir aviones facciosos. Baterías acumuladoras descargadas."
El significativo mensaje de otro buque, desconocido: "Imposible cumplir órdenes, mucha aviación en el Estrecho."
La superioridad aérea local hizo pensar al general Franco en hacer el transporte durante el día, pues por la noche la Armada enemiga aprovechaba la ausencia de la aviación rebelde para patrullar.
A los veintidos aparatos de la flota aérea rebelde ya citada, se sumaron a fin de mes nueve aviones Saoia 81 comprados a los italianos. En realidad se compraron doce, que hicieron el viaje volando desde Italia; uno se cayó al mar, dos aterrizaron en la zona francesa y los nueve restantes aterrizaron en Tetuán el 30 de julio y se les sumó inmediatamente al planeamiento del transporte marítimo.
Se fijó el 1 de agosto como fecha para realizar el transporte. Ese día el cañonero dato partió de Ceuta rumbo a Algeciras para explorar la ruta y tantear la reacción del enemigo. Pero la presencia del cañonero alertó al enemigo, quien se puso en guardia y reforzó la vigilancia del Estrecho, de manera que el transporte sufrió tres aplazamientos de fecha: primero al 2 de agosto, luego al 3 de agosto y, finalmente, al 5 de agosto. El plan era el siguiente:
Unidades a transportar: dos unidades tipo batallón y parte de una tercera, una batería de Artillería, material de Transmisiones y gran cantidad de municiones.
Buques de transporte: motonaves correo Ciudad de Algeciras (1.200 legionarios) y Ciudad de Ceuta (350 regulares, cien toneladas de explosivos y municiones, seis cañones de 105 mm y dos autoambulancias); mercante Arango (50 regulares y material de Transmisiones) y remolcador Benot. Cada uno de ellos estaría al mando de un oficial del Cuerpo General de la Armada.
Buques de escolta: cañonero Dato, torpedero 19 (desde Algeciras, donde fondeaba) y guardacostas Uad-Kert, con misión de cargar sobre el enemigo en caso de que apareciese, atrayendo los fuegos de aquellos y dando tiempo al convoy a pasar.
Protección aérea: a cargo de veintidos aparatos: dos Dornier, nueve Breguet, dos Nieuport, tres Fokker y seis Savoia, organizados en cinco grupos de combate y una reserva en el aeródromo de Tetuán.
Buque Insignia: el cañonero Dato, al mando del capitán de Corbeta don Manuel Súnico y Castedo.
Jefe de las Fuerzas Aéreas: el general Kindelán.
Jefe de la operación: el general Franco, que estableció su puesto de mando en el monte Hacho, Ceuta.
El 4 de agosto se dio la orden a la Aviación, donde se detallaba su misión: limpieza del Estrecho de submarinos y demás buques enemigos, bloquear los buques enemigos que se hallaban en Tánger, no dejar pasar más allá de Estepona a los buques que se hallaban en Málaga, y proteger el convoy a toda costa.
La noche del 4 al 5 de agosto se reunieron en el cañonero Dato los comandantes de todos los buques para ultimar los detalles de la operación marítima, mientras las unidades embarcaban en los buques de transporte.
El 5 de agosto amaneció con un fuerte temporal de Levante y niebla espesa, que el general Franco pensó que aumentarían el factor sorpresa.
A las 06:20 todos los aviones estaban en el aire.
A las 07:00 horas unos aviones bombardearon y ametrallaron el destructor Lepanto, de tal forma que el buque optó por refugiarse en Gibraltar, donde procedió a desembarcar sus muertos y heridos. A esa misma hora tres Fokker y tres Savoia bloqueaban la salida de buques enemigos en los puertos de Málaga y Tánger respectivamente.
A las 07:20 horas se dio la orden de salida al convoy, pero fue revocada de inmediato: la presencia del destructor Lepanto en Gibraltar presagiaba su inmediata salida. En efecto, obligado a salir del puerto por las autoridades británicas, fue atacado por los aviones rebeldes cuando se dirigía a Málaga, dejándolo escorado y con graves averías.
A las 10:15 se reanudaron los vuelos de reconocimiento. Su resultado fue que el estrecho estaba libre de buques enemigos, que los fondeados en Tánger no se atrevían a salir a la mar, y que los fondeados en Málaga no rebasaban la altura de Estepona. El convoy podía cruzar.
A las 17:50 horas se dio la orden de salida.
A las 18:00 horas salieron, por este orden, el guardacostas Uad-Kert, el cañonero Dato, los transportes Arango, Benot, Cuidad de Algeciras y Ciudad de Ceuta. Al poco tiempo el Benot tuvo que virar en redondo, pues no aguantaba la fuerte marejada. A este incidente se sumó que las motonaves avanzaban muy rápido, por lo que el convoy se rehizo:
Vanguardia: Motonaves Ciudad de Algeciras y Ciudad de Ceuta, de mayor velocidad, seguidas del cañonero Dato.
Retaguardia: mercante Arango y guardacostas Uad-Kert.
Sobre las 19:00 horas el destructor Alcalá Galiano surgió por la banda de babor entre la bruma, a unas cinco millas de Punta Carnero. El peligro era evidente. A la distancia de unos diez kilómetros, el destructor abrió fuego sobre los buques de transporte que navegaban en cabeza. El cañonero Dato y el guardacostas Uad-Kert salieron de la formación de inmediato y se dirigieron a toda máquina contra el destructor, contestando el fuego artillero y atrayendo sobre ellos el fuego enemigo. A ellos se unió el torpedero 19, que salió de inmediato de Algeciras para sumarse al ataque. La desproporción entre los buques en combate era evidente:
Destructor Alcalá Galiano: 1.650 toneladas de desplazamiento; 36 nudos de velocidad; montaba cinco cañones de 120 mm con 15.000 metros de alcance máximo.
Cañonero Dato: 1.300 toneladas de desplazamiento: 16 nudos de velocidad; montaba cuatro cañones de 101 mm con 7.500 metros de alcance máximo.
Torpedero 19: 180 toneladas de desplazamiento; 26 nudos de velocidad; montaba tres cañones de 47 mm y tres tubos lanzatorpedos.
A esa misma hora, una patrulla de aviones Savoia detectó la presencia del destructor Alcalá Galiano; se ordenó el despegue de los bombardeos estacionados en Tetuán, que atacaron de inmediato el buque enemigo. Al ataque se sumó la batería de Artillería de Costa emplazada en Punta Carnero, en la costa sur de Algeciras. Como resultado, el destructor dio la vuelta y puso rumbo al puerto de Málaga con la tripulación desmoralizada.
Sobre las 20:00 horas el convoy llegó a Algeciras, donde procedió a desembarcar las siguientes unidades:
- 1ª Bandera de la Legión.
- Plana Mayor y Sección de Transmisiones de la 2ª Legión.
- 3º Tabor del Grupo de Regulares "Melilla" nº 2.
- Personal que quedaba del 3º Tabor del Grupo de Regulares "Larache" nº 4 (el resto había sido transportado en el puente aéreo).
- Cuatro morteros.
- Una batería de Artillería de seis cañones de 105 mm, con 1.200 granadas.
- Una unidad de Automovilismo.
- Una estación radio automóvil y diverso material de Transmisiones.
- Dos autoambulancias.
- Dos millones de cartuchos.
El impacto moral y propagandístico que tuvo este transporte, denominado desde entonces el Convoy de la Victoria, fue muy grande, pues demostró al mundo que el bando republicano no tenía el control sobre el Estrecho y que la superioridad aérea local del bando nacional era indiscutible.
Dos días mas tarde, el gobierno de Madrid respondió con un fuerte ataque naval los buques y ciudad de Algeciras. A tal efecto, a las 07:00 horas del 7 de agosto el acorazado Jaime I, el crucero Libertad y otro destructor no identificado dispararon sobre a los barcos anclados en Algeciras. Como resultado, el cañonero Dato resultó gravemente dañado, quedando el resto de barcos del Convoy de la Victoria inesperadamente indemnes. A continuación los barcos dispararon sobre los edificios de Algeciras, entre ellos el consulado británico.
Finalizado el bombardeo, se dirigieron a Cádiz para bombardear la ciudad, ataque que repitieron al día siguiente, 8 de agosto, junto con Arcila y Larache.