CRONOLOGÍA DE LA REVOLUCIÓN

Diciembre de 1930: intentona golpista militar republicana. Sublevación y fusilamiento de Fermín y Galán [01].

Mayo de 1931: quema de iglesias y conventos durante los días 11, 12 y 13 [02].

Enero de 1932: sublevación anarquista del Alto Llobregat. El día 18 los anarquistas se apoderaron de varios ayuntamientos e instauraron la sublevación libertaria, pensando extenderla desde allí. Azaña hace constar en sus diarios su reacción "rápida y con la mayor violencia. Se fusilaría a quien se cogiese con las armas en la mano." Ordenó actuar al ejército y hubo 30 muertos. El gobierno deportó a las colonias africanas a más de un centenar de líderes anarquistas [03].

Agosto de 1932: intentona golpista del general Sanjurjo. El gobierno frustró el golpe en Madrid y lo aisló en Sevilla, hacia donde dirigió tropas moras traídas de Marruecos. El golpe se saldó con 10 muertos, casi todos entre los rebeldes [04].

Enero de 1933: nueva insurrección anarquista, esta vez en Cataluña y Andalucía. Azaña volvió a responder con dureza, acusándosele de haber ordenado disparar "tiros a la barriga". Numerosos dirigentes anarquistas sufrieron arresto, maltrato e incluso torturas pero el episodio peor ocurrió en Casas Viejas, donde la republicana Guardia de Asalto incendió la chabola de una familia de insurrectos, que murieron abrasados en su mayoría, y efecturó una razzia indiscriminada en el pueblo, asesinando a 14 campesinos. La insurrección costó en total 80 muertos [05].

Diciembre de 1933: tercera insurrección anarquista, motivada por la victoria electoral de la CEDA el mes anterior. Fue la más violenta de todas, que produjo numerosas acciones huelguísticas y levantamientos anarquistas en diversas ciudades españolas, descubrimiento de depósitos de armas y explosivos en toda España, y la circulación de rumores de que se preparaba un gran estallido revolucionario. La agitación alcanzó su mayor ímpetu en Zaragoza. El balance final fue de 14 guardias civiles y policías y 75 civiles muertos; 63 guardias civiles y policías y 101 civiles muertos. Se incautaron a los insurrectos cerca de 1.000 pistolas, 825 fusiles, más de 2.600 bombas de dinamita y más de 21.000 cartuchos [06].

Enero de 1934: atentado anarquista que descarriló el tren Barcelona-Sevilla en Puzol (Valencia), ocasionando 20 pasajeros muertos y más de 60 heridos [07].

Febrero de 1934: es acribillado a tiros en plena calle el estudiante Matías Montero, uno de los fundadores del Sindicato Español Universitario (SEU) por un miembro de las Juventudes Socialistas del PSOE [08].

Junio de 1934: el 5 de junio comenzó la huelga agrícola decretada por el PSOE para sabotear la cosecha y desestabilizar al gobierno Samper, afectando a 1.600 municipios de los 9.000 que había en el país. Fueron asesinados algunos patronos y obreros que se negaron a seguir las instrucciones socialistas, pues las concesiones gubernamentales habían desmovilizado a muchos. Siguieron una serie de incendios de mieses,maquinaria agrícola, etc. El gobierno arrestó a numerosos dirigentes y trasladó a cientos de activistas a decenas de kilómetros de sus lugares, logrando abortar un movimiento sumamente peligroso. Hubo en total 13 muertos y 200 heridos, en su mayoría trabajores no huelguistas. El PSOE tachó al gobierno de represor y fascista [09].

Junio de 1934: Luis Companys, presidente de la Generalitat y de la Esquerra Republicana de Catalunya, decide un movimiento insurreccional contra la República apoyado por Azaña, el PSOE y el PNV, a cuenta de la sentencia del Tribunal de Garantías que resolvió en contra de la Generalitat la Ley de Contratos de Cultivos de ésta por inconstitucional. Durante casi dos meses las soflamas antiespañolas de Companys predicaron la guerra civil en Cataluña con declaraciones explosivas, amenazando levantar Cataluña y comenzando el alistamiento de 8.000 voluntarios para preparar la resistencia armada. Se quemaron banderas republicanas, se creó un Comité Militar para instruir a las milicias y tejer una trama golpista en las guarniciones catalanas, solo ondeaba la bandera catalana en los edificios oficiales, y se trató de quemar el Palacio de Justicia de Barcelona. Finalmente Companys se avino a dialogar con el gobierno, tras comprobar que el PSOE no le seguiría [10].