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POSICIÓN DE BUHAFORA
Posición guarnecida por un compañía de Infantería de "San Fernando" y un destacamento de Artillería. Asaltada el 23 de julio, no quedaron supervicientes.
Esta posición pertenecía al conjunto de posiciones establecidas a vanguardia de Dar Drius, en territorio de la cábila de Tafersit. Fue ocupada el 30 de septiembre de 1920 y estaba formada por varios edificios formando patios y cerrado el resto con tapias. A su derecha una pequeña construcción hacía las veces de café moruno. En julio de 1921 era una de las posiciones que constituían la línea del frente.
Posición de Buhafora, en primera línea del frente.
Estaba guarnecida por las siguientes unidades:
5ª Compañía, I Batallón, Rgto. San Fernando 11: al mando del capitán don Luis de Lacy Eguilaz, con los tenientes Antonio Quero Molina y Ramón Rodeiro Serrano y el alférez Antonio Antón Palacios, con un total de 103 hombres de tropa.
Destacamento de la 4ª Batería, Comandancia de Artillería: al mando del teniente don Roque Reig Valerino, con cuatro piezas Krupp de 7,5.
12ª mía de la Policía Indígena: con cabecera en el mismo Buhafora, al mando del capitán Rafael Capablanca Moreno, el teniente José Villegas Silva y los alféreces Manuel Sousa Casani y Francisco Maldonado Mer.
Destacamento de Telegrafía Óptica
Depósito de víveres de Intendencia
Durante los dias previos al ataque a Igueriben desde Buhafora pudo verse a la harka enemiga haciendo instrucción de orden abierto en los llanos de Tizi Aza. El 22 de julio por la tarde se enteraron de la evacuación de Annual, y el caid local, un tal Haddu, les aconsejó la evacuación de la posición. Poco después el capitán Capablanca, de la Policía, trajo a 14 jefes indígenas a la posición con el engaño de entablar conversaciones, y los encerraron prisioneros en calidad de rehenes.
A las 04:30 horas de la madrugada del 23 de julio se recibió la orden de replegarse sobre Cheif, pero los oficiales constituidos en consejo, decidieron mantenerse en la posición y prolongar la defensa; pero la actitud dudosa sobre la lealtad de la Policía Indígena y el cada vez mayor número de enemigos rodeando la posición aconsejaron al capitán De Lacy replegarse. Para ello convino que la Policía Indígena saliese primero a establecerse en un morabo próximo para proteger la salida de la guarnición; pero los policías mataron a su jefe, el capitán Capablanca, y se unieron a los atacantes; por aquel momento los 14 jefes prisioneros se habían liberado y faciltado la entrada de algunos rifeños. Generalizado el ataque, perecieron todos los oficiales, menos el teniente Reig, y la mayoría de la guarnición.
Este es el relato de lo ocurrido a esta posición que recoge el general Picasso en su resumen (capítulo X):
Esta posición, cuya descripción y distinguido comportamiento es objeto de las informaciones y declaración del teniente de Artillería D. Roque Reig Valerino, comandante del destacamento de su Arma –folios 794 y 1191, atestado núm. 10, estaba constituida con arreglo al diseño que a ellas acompaña, por varios cuerpos de edificios moruños formando patios, y cuyo cerramiento completaban tapias, en una de las cuales estaban asentadas las cuatro piezas de 7,5 cm. Krupp de dotación. A la derecha de la puerta de salida existía una pequeña construcción, que juega papel en la defensa, destinada a café moro.
Guarnecía la posición una compañía del regimiento de San Fernando y el destacamento de artillería, y radicaba en ella la cabecera de la 12ª mía de Policía, de Tafersit, a cargo de su capitán y oficiales con los soldados de Ingenieros e Intendencia afectos al servicio telegráfico y depósito de víveres, respectivamente.
Dice el expresado teniente Reig que tenían confidencias de los propósitos del enemigo de atacar las posiciones de la línea avanzada, señalando incluso el orden en que lo dirigirían, y afirmaban rotundamente la caída de Annual, Sidi-Dris, Igueriben y Buhafora –pues aun cuando al folio 1196 rectifica Annual por Abarrán, dada la repentina y pasajera ocupación de esta última, no parece explicable tal presupuesto de parte del enemigo-; denunciando tal estado de agitación de las cábilas colindantes, así insumisas como sometidas; agitación que se traducía, si no en franca indisciplina de la Policía, por lo menos en una resistencia pasiva al mandato harto sospechosa.
Advirtieron el engrosamiento de la harka establecida en Tizi-Aza, dedicada sin recato a la instrucción regular en orden abierto, y la concentración alarmante de indígenas los días 20 y 21, y a mediodía del 22 tuvieron conocimiento de la evacuación de Annual. El caid Haddú de la cábila aconsejó la evacuación de la posición, y el capitán de la Policía reunió en ésta a 14 jefes de los poblados limítrofes para sondear sus intenciones, reteniéndoles en rehenes; pero, a su pesar, a las diez de la noche del expresado día empezó a ser atacada la posición, sumándose a los agresores la pretendida harka amiga que estacionaba en el poblado próximo.
Respecto a esta harka, refiere el teniente de Artillería Vidal Cuadras, jefe de la posición de Cheif –folio 1492-, que en la tarde del 22, Mohamed, hijo del jefe de la misma, que la tenía establecida de guardia más delante de Buhafora, se presentó con la pretensión de que se transmitiera un telefonema de aquél para el coronel de la Policía, que fue dirigido a Dríus, en que se decía: “Si tienes confianza en mí, envía refuerzos y municiones a las posiciones de Buhafora y Midar; en caso contrario, me veré precisado a retirarme con mi gente a mi cábila”, la cual petición fue contestada por el general Navarro al testigo con la orden de hacer entrega de una caja de municiones de fusil, como hizo, al hijo del aludido jefe.
Siguiendo la relación del teniente Reig, a las cuatro y quince minutos de la madrugada del 23 recibióse la orden de abandonar la posición y replegarse a Cheif, orden la cual no fue terminada de transmitir, con la prevención de inutilizar todo lo que no pudiera llevarse.
Reunidos los oficiales en Consejo, acordaron, por de pronto, en vista de estar cercados y considerar estéril el intento de salir, permanecer en la posición, aun cuando sólo fuera alargar unos días la posible resistencia; mas después, como el enemigo aumentaba y la Policía estaba cada vez más dudosa, decidióse que el capitán de ésta saliera con ella y se abriese paso a viva fuerza para establecerse en un moravo próximo y proteger desde allí la salida de la guarnición.
Entretanto, los jefes indígenas retenidos habíanse procurado armas, facilitadas por los moros del exterior a través de un boquete practicado en el muro del local, donde se hallaban detenidos, sorprendiendo a la guarnición y dando muerte al capitán de la compañía, contribuyendo a la sorpresa algunos policías con su traición, en tanto los de fuera asaltaban la posición, viéndose la guarnición obligada a abandonarla a las cinco y quince de la tarde y tratando de abrirse paso a viva fuerza, perseguida por lo moros, desertándose en totalidad la Policía y siendo hecho prisionero el testigo que relata, quedando solamente supervivientes 20 hombres de la guarnición.
Los tenientes Bermúdez y Vidal Cuadras, de Cheif, en sus declaraciones –folio 1457 vuelto, 1458 y 1493- dicen que se había mandado prevenir al campamento de una compañía para reforzar Buhafora, la cual no llegó a salir, y que en la noche del 22 la posición ésta, como la de Hamuda, que eran atacadas, oyéndose el fuerte tiroteo del asedio de la primera, pidieron auxilio a Cheif para que fuese transmitida la petición a Drius, dándole la orden en la madrugada del 23 para la evacuación, y sabiendo por referencias que al intentar efectuarla fue exterminada su guarnición.
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