Enrique Salcedo Molinuevo nació en Salamanca el 15 de julio de 1871. Ingresó en la Academia de Infantería de Toledo en 1888 y obtuvo el empleo de 2º Teniente en marzo de 1982. Participó en la guerra de Cuba. En abril de 1894 ascendió a 1er. Teniente, y a capitán el 26 de julio de 1896 por méritos de guerra. El 21 de abril de 1909 ascendió a comandante por antigüedad, y el 12 de septiembre de 1915 también por antiguedad.

El 12 de enero de 1917 fue nombrado jefe del Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas "Larache" núm. 4, en sustitución del teniente coronel Berenguer, permaneciendo en este destino hasta el 12 de junio de 1919.

El 21 de octubre de 1919 fue ascendido al empleo de coronel. Obtuvo el mando del regimiento de Infantería "San Fernando" núm. 11, y presenció el desastre de Annual. Enfermo de una afección intestinal a mediados de julio, permaneció en cama con fiebre en su casa de Melilla hasta el 24 de julio, fecha en que se presentó en la Comandancia General; allí en general Berenguer, Alto Comisario, le nombró jefe de la plaza de Melilla y responsable de su defensa, dedicándose para ello a organizar las defensas exteriores de la plaza y a las unidades que iban llegando a Melilla. Cesó en este puesto a la llegada del general D. Miguel Fresneda.

Ascendió a general de brigada por méritos de guerra el 21 de octubre de 1925, y el 1 de noviembre de 1928 a general de división. En el momento de proclamarse la II República era el gobernador militar de Tarragona. El 11 de enero de 1936 fue nombrado jefe de la VIII División Orgánica, con sede en La Coruña. Enterado de la conspiración militar, y a pesar de su amistad con el general Sanjurjo, decidió no unirse al levantamiento cuando éste se produjo. Fue reducido en su despacho por los sublevados, detenido y trasladado al buque correo Plus Ultra, convertido en prisión militar. Allí fue también detenido el general don Rogelio Caridad Pita, jefe de la 15ª Brigada de Infantería. Fueron trasladados al Castillo de San Felipe, donde se les juzgó en un consejo de guerra celebrado el 24 de octubre de 1936. Fueron acusados de traición, condenados a muerte y fusilados el 9 de noviembre en el castillo de San Felipe. Tenía 65. Sus restos reposan en el cementerio de San Amaro de La Coruña.