INFORME RESERVADO DEL CORONEL MORALES AL GENERAL SILVESTRE, SOBRE LA SITUACIÓN POLÍTICA DE MELILLA CON EL PROYECTADO AVANCE SOBRE ALHUCEMAS
 
(16 de febrero de 1921)
NOTA: los párrafos resaltados en negrita son nuestros.

Excmo. Sr.:

Cumpliendo la orden verbal de V.E. para que le informe acerca de la situación política actual en relación con el proyectado avance sobre Alhucemas, tengo el honor de hacerlo en la siguiente forma:

Comenzó el periodo de operaciones último el 5 de diciembre, y en el breve espacio de una semana, del 5 al 11, quedó sometida y ocupada, en su parte más importante, la cábila de Beni Said, y sometida y ocupada en una parte pequeña la de Beni Ulixek, sin que, salvo los días 5 y 6, se oyeran disparos.

Este avance, que califica de admirable el Excmo. Sr. Alto Comisario en carta del 21 del pasado, quedó interrumpido por la necesidad imprescindible de atender a la reorganización militar del territorio, con motivo del licenciamiento que se había de verificar en los primeros dias de enero, marchando a sus casas los 4.500 hombres que cumplían su tiempo de servicio en filas.

A pesar del efecto perjudicial que causan siempre los altos en nuestra marcha, la impresión causada por la incondicional sumisión de sidis y ulixis llevó consigo la de los tensemanís, que tuvo lugar en dar Drius en día primero de año, concurriendo los jefes de cábila, con la sola excepción de la fracción de Trugut; y esa sumisión y el ambiente de paz que se respira en la zona hicieron esperar que la marcha hasta las proximidades del Nekor se había de verificar sin la menor resistencia.

Terminados el licenciamiento y la reorganización del territorio, se reanudaron los movimientos para determinar la ocupación real y efectiva de las dos cábilas primeramente mencionadas, según pedían insistentemente sus jefes, y, como era de esperar, el 11 en Anel-Azro, el 12 en Sidi Hasain, el 15 en Annual, el 21 en Izumar, el 22 en el morabo de Sidi Mohamed Ben Ab-al-Lah y el 27 de enero en Yebel Uddia, no ocurrió el más ligero incidente y a todas partes fuimos acompañados por los jefes, que mostraban su satisfacción por nuestra presencia; V.E. pudo comprobarlo.

Con estas posiciones quedan absolutamente ocupadas y dominadas las dos cábilas, pues Annual está en el mismo límite de Tensaman.

El problema está, pues, satisfactoriamente resuelto en su parte más importante, por lo que a las mismas se refiere, y ahora hay que pasar por Tensaman y Beni Tuzin, cábilas que nos separan aun de la de Beni Urriaguel, con la que limitan.

La primera está virtualmente sometida, pues a fines del pasado enero vinieron todos los jefes importantes que concurrieron a Dar Drius el día 1 y reiteraron personalmente ante V.E. sus deseos de servir lealmente al Gobierno y de llevarlo a su territorio; y tal confianza tenemos en que son siceras estas manifestaciones, que V.E. sólo espera para avanzar a que sean vencidas las dificultades materiales que se presentan y abastecidas Annual para servir de base eventual en la marcha a Sidi Dris; al par que se realizan gestiones, que V.E. conoce, por medio del Chej Mohamed Azmani, para que la fracción del Trugut venga a presentarse como las demás, expulsando la harka que se ha establecido en su terreno. El comandante Villar y el capitán Margallo trabajan mucho y bien.

De esperar es que la ocupación de Sidi Dris por tierra - es la única forma en que en esta época del año se puede tener confianza de conseguir el objetivo señalado - se haga sin la menor oposición, pues aunque la harka de Beni Urriaguel no se disuelva, no parece probable que se decida a atacar a las tropas que efectúen la operación.

Una vez establecidos en aquel punto de la costa, habrá que creer que se ha llegado al límite de elasticidad de las fuerzas de que V.E. dispone, pues allí se ha de reunir un núcleo considerable, tanto indígena como europeo, y esta consideración y la necesidad de efectuar rápidos e importantes trabajos para establecer en Sidi Dris la base para nuestro futuro avance en Tensaman y llegar al Nekor, obligarán forzosamente a suspender los movimientos hasta que, terminada la instrucción de reclutas a fin de abril, cuente V.E. de nuevo con los medios indispensables para continuar.

Otro motivo que a ellos ha de contribuir es la conveniencia, quizás, de ocupar el zoco de El-Sebt, de Ain-Amar, que ha de distraer las fuerzas y la atención de V.E.

Por lo que a Beni Tuzin se refiere, los benimellul y los benibuyari se hallan sometidos al Gobierno, aunque su terreno no estéocupado y tanto sus jefes como los de otras fracciones de cábila nos incitan y aun nos apremian a avanzar.

Escritas estas líneas, el Jefe que suscribe ha tenido una conferencia con Haddu-Buljerif, hijo mayor de nuestro antiguo amigo el Chej Mohamed Buljerif, asesinado en el mes de octubre último, con quebranto de nuestra actuación.

Este jefe, influyente y de importancia, aunque sin el prestigio ni el relieve que por tantos conceptos alcanzara su padre, se ha presentado en actitud francamente favorable. Ha ofrecido acompañarnos en nuestros avances futuros, si lo deseamos, aunque haciendo presente que mejor servicio nos prestaría, a su juicio, y puede que tenga razón, esperándonos en los sitios adonde vayamos, para evitar que vengan a atacarnos.

Si esta cooperación se facilita con lealtad, ha de sernos valiosísima, y, de todos modos, es Haddu-Bularif un elemento más que tenemos en nuestro favor y que permite mirar con optimismo el problema de Beni Tuzin, en el que todas las facilidades que hallemos serán pocos para contrarrestar las dificultades enormes que la índole del terreno y la falta de caminos nos presentan, pues el camino a Iferni dicen que es solo practicable a pie o con un buen caballo; uno malo no puede subir.

La ocupación de esta cábila es indispensable como preliminar de nuestra marcha a Alhucemas, pues o podremos emprender ésta dejando en nuestro flanco izquierdo ese gran entrante tan bien situado para servir de base a contínuos ataques a nuestra zona.

Por las mismas razones expuestas al hablar de Tensaman, no hay que contar con que podemos hacer allí nada serio, salvo pequeñas operaciones de policía, hasta el mes de mayo, y aun suponiendo que en uno u otro lado la labor política se realizara con tal éxito que no tuvieramos que vencer resistencia alguna de tuzanis y tensemanis, la sola ocupación pacífica de las dos cábilas invertiría todo el verano. Hay que tener presente que las harcas de Azilaf y Trugut no podrían menos de hacer acto de presencia cuando nos aproximaramos a los lugares que ocupan en la inmediación de Guezannaya y de Beni Urriaguel.

Suponiendo, pues, que estas operaciones se realicen con la misma tranquilidad que las de Beni Said y Beni Ulixek, lo que, como queda dicho, no es probable, no las terminaríamos hasta julio o agosto, cuando menos, y, en esa fecha, por tanto, es cuando estaremos en contacto pleno con los de Beni Urriaguel. ¿Podíamos pensar, entonces, en continuar hasta el Nekor?

El Jefe que suscribe cree sinceramente que no.

Los avances realizados en el ciclo de operaciones, comenzando el 7 de marzo de 1919, han sido extraordinariamente rápidos, y aunque todas las cábilas sometidas se hallan satisfechas, como lo prueba la absoluta tranquilidad de la zona, no es suficiente: es preciso algún tiempo para consolidar esta situación y que se pueda pensar, sin riesgo de hallarse con una sorpresa desagradable, en dejar desguarnecido todo el territorio ocupado y llevar las fuerzas a vanguardia al emprender las operaciones, y esta consideración ha de imponerse con mayor fuerza al tratarse de Temsaman y Beni Tuzin.

Es seguro que en ninguna de esas cábilas ocurriría nada al encontrarse las fuerzas más allá del Nekor, mientras las cosas marcharan bien; pero si hubiera algún combate, o digamos desgraciado, sino duro, que nos obligase a hacer un alto, pudieran las cosas variar.

Es preciso, además, dar tiempo al tiempo. "Se trata de realizar una penetración política auxiliada por las armas con los casos indispensables", y esa situación política, real e intensa, cerca de los beniurriagueles, no ha de comenzar hasta que no estemos en las orillas del Nekor. La realizada hasta ahora desde la Plaza, por circunstancias de todos conocidas, no ha sido de la mayor eficacia, y no se obtendrá de ella el rendimiento a que podemos aspirar, dados los esfuerzos económicos empleados, hasta que la acción no se ejerza por la fuerza, más el que ha de darnos ante esos cabileños vernos a las puertas de sus casas potentemente organizados, sin necesidad de aquellos desembarcos proyectados y de éxito tan problemático. 

Cuando estemos acampados con fuertes núcleos en el límite de Tensaman, es cuando conseguiremos, probablemente, uno de los objetivos más importantes y necesarios para nuestro avance en Beni Urriaguel, que es la adhesión sincera y leal de la fracción de Axdir, que ocupa la costa.

Esta fracción sostiene desde hace años cordiales relaciones con nuestras autoridades; en ella se distribuyen por completo las 10.000 pesetas, aproximadamente, a que alcanzan las pensiones asignadas a la cábila, hacen constantes protestas de amistad y de sus deseos de que desembarquemos; pero no es difícil comprender que, por buena que sea su voluntad y grande su lealtad, no podrían cumplirse sus ofrecimientos cuando sintieran la presión enorme de sus coterráneos de la montaña; éstos los dejan hoy en paz porque ven que no hacen más que recibir beneficios a cambio de una platónjca adhesión.

El día que quisieramos llevar a la práctica lo que ofrecen los de Axdir, se les echaría encima la cábila, y a la fuerza les obligarían a revolverse contra nosotros, que no podríamos prestarles apoyo eficaz, pues, las escasas fuerzas, que las circunstancias absolutamente favorables de toda índole, pudiéramos desembarcar por sorpresa, mas necesitarían de apoyo en los primeros momentos que podrían prestarlo.

Otra cosa será cuendo estemos en el Nekor; entonces si podrán esperar un auxilio eficaz, oportuno y suficiente, y, por tanto, es de suponer que los jefes verdaderamente amigos consigan en esa ocasión arrastrar a toda la inmensa mayoría de la fracción para que se unan a nosotros, prestándonos un apoyo moral y material de gran consideración, y que ha de ejercer gran influencia en la lucha que con las fracciones enemigas sostengamos. Esta labor y la de atraernos jefes y grupos de las otras fracciones de la cábila, hoy hostiles, necesitan unos meses.

Es, pues, opinión del Jefe que tiene el honor de informar, que no convendría, aun en el caso más favorable, pasar el Nekor antes del próximo otoño, si queremos fiar el éxito, más a la prudencia que a la audacia.

En cuanto al camino que se ha de seguir para ir a Alhucemas, no hay más que uno: el de la costa.

Las observaciones de los aviadores y las numerosas investigaciones realizadas cerca de los indígenas, acreditan que no hay otro camino practicable por fuerzas europeas más que el indicado, que es, dicen los naturales, el que ha seguido siempre el Majzen para ir a Beni Urriaguel y el que ellos siguen normalmente.

Los benibuyari proponen que se tome en Beni Mul-lul una posición denominada Kudia Baida o Tamrirt-Medlen (loma blanca), que está al alcance del cañón del Azib y de Isel-Lasen, y dicen que con ello quedaría asegurada su tranquilidad. Desde esa posición al Azib calculan hora y media de marcha. Desde Azilaf no hay más que una hora de camino practicable dentro de Beni Tuzin, y aquel entra en Gueznaya; pasa por Sidi Ali-Bu-Rokba a tres horas de distancia, desde aquí a Akebet-el-Kebi, una hora; el Bord, dos horas; sale de Guezenmava y se bifurca, yendo el camino de la derecha a Beni Ammart y el de la izquierda a Marnisa.

Desde Judia Baida a Iferni hay dos horas de muy mal camino, practicable sólo para infante o para mulo o caballo muy bueno.

Desde Azilaf a Beni Urriaguel se pasa por Telatz-Mazait (Beni Ihie) una hora; Tizi Endras, media hora; poblado de Builma, y desde aquí a Beni Urriaguel, dos horas; muy mal camino, sólo para mulo o paso muy lento.

Los de Beni Buyari, para ir a Iyarmauas, pasan por Tafersit, Tizi Aza y el llano de Tensaman, siguiendo después el curso del río.

Pero aunque así no fuera y existiera otro camino interior practicable, creo que nuestra línea de invasión debía ser siempre la de la costa, por ser la más corta y la que con menos esfuerzos nos permite disponer, por las bases secundarias de Sidi Dris y Alhucemas, de los recursos necesarios para movernos. Ella nos lleva a darnos la mano con la parte de la cábila que ofrece más probabilidades de servicio lealmente; y, efectuada la unión, queda cerrada la costa para el resto de la cábila, que queda de esa manera bloqueada y no puede recibir ni los artículos de preciso consumo entre los indígenas, no contrabando de armas, ni pueden exportar sus ricos productos. Se alcanzaría la unión con nuestra plaza de Alhucemas y de obtendría un resultado moral que repercutiría muy favorablemente en el Rif y en España.

Este resultado nos permitiría además estimular la tendencia amiga de España que se manifiesta en Bocoya; y si la suerte nos favorece como hasta ahora, podría ser en breve plazo un hecho la ocupación de la costa hasta el Peñón, nuevo e indiscutible triunfo de gran trascendencia.

Dominada la costa hasta Alhucemas, podíamos elegir libremente las líneas de penetración hasta el interior que más nos convenieran, sin alejarnos gran cosa de la plaza, que sería nuestra base; y eso, unido a la intensa labor política que nuestra favorable situación nos permitiría llevar a cabo, facilitaría la ocupación completa de la cábila con esfuerzo mucho menor del que exigiría nuestra acción militar desde Beni Tuzin, a más de 100 kilómetros de Melilla.

Cierto que tendríamos así una línea que presentaría su flanco al enemigo; pero esto no es una novedad para nosotros, pues siempre nos ha ocurrido lo mismo, sin que haya sucedido nada de particular, teniendo en cuenta que no luchamos con un enemigo organizado, y que éste, desde el año 1912, si bien sigue defendiendo con todo tesón que sus recursos le permiten, la integridad de su territorio, no toma la ofensiva sino para casos de agresiones aisladas. Las harcas del Chaif, Tafersit, Tauarda, Azilaf y ahora la de Beni Urriaguel, así lo demuestran.

Además, esa línea tendría un flanco izquierdo apoyado en Beni Tuzin y el derecho en las alturas inmediatas a Bocoya (fracción de Ismorin), con la que sostemenos trato, de modo que no es tampoco demasiado extensa y opina el que suscribe que con la Mía de Beni Urriaguel, que habrá que crear en cuanto lleguemos al Nekor, y con el Grupo de Regulares de Alhucemas, en el que también hay que pensar, para organizarlo antes de que penetremos en la cábila ya citada, está más que asegurado el flanco de nuestra línea de Melilla a Alhucemas.

Eso no impide, naturalmente, que desde nuestras posiciones de Beni Tuzin podamos amenazar el interior de Beni Urriaguel, haciendo alguna demostración que tenga en respeto a parte de la cábila, impidiendo que concentre sus esfuerzos en la costa y aun aprovechando alguna ocasión favorable que se puede presentar para ocupar posiciones convenientes para nuestro avance.

Por lo que a los tratos con Civera se refiere, conocida es de V.E. la situación: ese moro decidido, enérgico e influyente, antiguo pirata y hoy acaudalado propietario, se ha hecho por ley natural, conservador y quiere que llegue España a su terreno para disfrutar con tranquilidad de los bienes que posee, mejor o peor adquiridos; por eso, por su interés, podemos contar con su cooperación leal, y de ella podemos esperar buen resultado.

Ha estado recientemente en la plaza, siendo recibido por V.E., ante el que ha confirmado sus deseos de trabajar en pro de España. Se le dijo que era conveniente que en vez de contar sólo con la fracción Ismorin, fuese toda Bocoya la que pidiese al Comandante militar de Alhucemas el desembarco de nuestras fuerzas en su costa; y ha quedado en dirigir sus esfuerzos en ese sentido. No es fácil que lo logre por completo; pero sí creemos que conseguirá formar un fuerte estado de opinión favorable a nosotros, sobre todo el día no lejano en que lleguemos al Nekor. Para que auxilie sus trabajos en ese sentido, se ha escrito al Comandante militar del Peñón, por ser esa plaza vecina de Azgar y de Tguiditz que son las otras dos fracciones de Bocoya. Tenemos, pues, fundamento para esperar apoyo por parte de esa cábila. 

En cuanto al avance hacia Ain Zorah, parece que se va acercando el momento propicio para efectuarlo. El capitán Alonso continúa su meritísima labor; realiza frecuentes paseos por la zona que se ha de recorrer, y hace cinco días ha estado en la Richa, trayendo noticias interesantes de ese terreno.

Pero una cosa es hacer un recorrido rápido, por sorpresa, y otra es ocupar una posición, que exige tiempo para fortificarla; y como además el zoco El Sebt de Ain Amar no está lejos de Azilaf, donde continúa la harca, aunque no es numerosa, será preciso ir a dicho punto con una columna con los elementos necesarios para cualquier contingencia, y que no parece que se pueda hacer hasta que no haya cesado en Temsaman el límite de elasticidad de las fuerzas, que parece ha de ser cuando esté ocupada Sidi Dris, de una posición intermedia entre ésta y la cabecera de la 13° Mía de Policía.

Entonces transportados al zoco Telatza los elementos indígenas acumulados en Temsaman, será llegado el momento de avanzar, si no a Ain Zorah, que quizás no convenga ahora por lo excéntrico y distante de la plaza, sí al zoco ya citado de Sebt de Ain Amar, que, según las referencias que se tienen, parece ser una posición excelente, tanto desde el punto de vista militar como del político.

Melilla, 16 de febrero de 1921

El Coronel de Estado Mayor Jefe, Gabriel Morales

 

 




BIBLIOGRAFÍA: