CRUCE DEL RIO AMEKRAN Y PÉRDIDA DE ABARRÁN (1 de junio de 1921, miércoles)

En la mañana del 1 de junio se produjo la ocupación de la posición de Abarrán, que fue inmediatamente atacada por los rifeños a las 13:30 horas. En menos de cuatro horas la harka enemiga doblegó la defensa de Abarrán y produjo 141 bajas; todos los oficiales resultaron muertos, menos uno que quedó prisionero (teniente Flomesta, artillero). Fue el primer revés español ante los rifeños, que disparó los mecanismos de alarma que pudieron evitar el desastre de un mes y medio después, pero que nadie quiso, pudo o supo entender.



Preparación de la operación
Ocupación de Abarrán
Ataque a Abarrán
Número de bajas
Partes oficiales


PREPARACIÓN DE LA OPERACIÓN

La posición de Dar Uberran o Abarran estaba situada en la cima de un monte de 525 metros de altitud, a nueve kilómetros de Annual en línea recta y a unos quince siguiendo el sinuoso camino hasta la cumbre. Era un espacio yermo, sin agua ni apenas piedras; solo tierra. Este era el objetivo señalado por el general Silvestre para ser ocupado detrás del rio Amekran y en territorio Tensaman. La ocupacion no parecía ofrecer ninguna dificultad, pues la cábila estaba prácticamente sometida y, según informó el comandante Villar, jefe del sector del Kert de la Policía Indígena, los jefes de los poblados cercanos le solicitaron dicha ocupación a modo de proteccion contra los beniurriagueles. Los preparativos para la ocupación se realizaron en el mayor de los secretos, pues la encargó personalmente el general Silvestre al comandante Villar.

Posición de Abarrán, vista desde Dar Buimeyán

Posición de Abarrán, vista desde la de Dar Buimeyán.

A finales de mayo el comandante Villar se presentó en Annual en la tienda del teniente coronel Dávila, jefe de la Sección de Campaña, solicitando instrucciones y elementos para la ocupación de Abarrán, considerada como una operación de policía. El 29 de mayo el propio comandante solicitó al general Silvestre "... autorización para realizar el miercoles día 1 de junio la operación concertada y efectuarlo en la forma en principio convenida con la Sección de Campaña." La autorización llegó el 31 de mayo en forma de telegrama dirigido al jefe de la circunscripción de Annual en el que se decía que se "... facilitase al comandante Villar los elementos que designe para llevar a cabo el cometido que se ha convenido." Ese mismo día se envió otro telegrama al Alto Comisario dando cuenta de la acción y que esta tendría carácter de policía, a lo que contestó el 2 de junio el Alto Comisario en otro telegrama que quedaba enterado con satisfacción por la ocupación referida.

En dias anteriores a esta operación, un rifeño llamado Fakir Mohamed Ukarach, uno de los jefes Tensaman que vivía en las inmediaciones de Abarrán, había informado al comandante Villar de la existencia de una gran harka de beniurriagueles de aproximadamente 3.000 hombres de a pie y a caballo, por lo que le aconsejó el empleo de tres fuertes columnas para realizar la ocupación de monte Abarran con garantías de éxito, pues de lo contrario presumía un fracaso y, además, se pondrían en peligro los poblados de Tensamán, adictos a España.

A pesar de este claro aviso, que aconsejaba en todo caso suspender la operacion y hacer reconocimientos antes de seguir avanzando, los preparativos para la ocupación de Abarrán se hicieron el dia 31 de mayo por la tarde con gran discreción, pues el comandante Villar tenía intención de realizar la ocupación por sorpresa para impedir al enemigo reaccionar. Sin embargo, el factor sorpresa no existió, pues a las 23:00 horas el monte frente a Annual se llenó de grandes hogueras de rifenos allí acampados y avisándose unos a otros de la acción que estaba preparándose.

OCUPACIÓN DE ABARRÁN

A la una de la madrugada del 1 de junio las tropas se pusieron en marcha. Estaba formada por tan solo una columna (y no tres como le habían aconsejado) de 1.461 hombres y 485 cabezas de ganado al mando del comandante Villar, lo cual era demasiada fuerza para tan solo un comandante a juicio del general Picasso. La columna estaba formada de la siguiente manera:

Vanguardia

Cuerpo Principal

  • Dos secciones de fusiles de Regulares.
  • Dos compañias de ametralladoras del Ceriñola.
  • 2° y 5° compañías de Ingenieros.
  • Una batería de montaña con 4 piezas de 75 mm.
  • Una estación óptica.
  • Una ambulancia.
  • Una compañía de Intendencia.
  • Los mulos del Ceriñola con munición, agua, víveres y material de fortificación.

Retaguardia

  • Una sección de fusiles de Regulares.
  • Una compañía de fusiles de Regulares.
  • Un escuadrón de caballería de Regulares.
Columna de tropas españolas en marcha hacia una posición

La ruta hacia Abarran era estrecha y sinuosa, lo que obligó a la columna a alargarse peligrosamente. Sobre las 04:30 horas iniciaron el cruce del rio Amekran, donde se les unió la harka amiga de Tensaman, para los que llevaban 10.000 cartuchos Remington. A las 05:30 horas la cabeza de la columna llegó a la posición tras subir el macizo de Abarrán. Dos horas y media despues lo hizo la cola.

Enseguida comenzaron los trabajos de fortificación, y llegaron los primeros síntomas de que algo iba mal: el terreno apenas tenía piedras y mucha tierra, con lo que era difícil construir un parapeto; los sacos terreros estaban podridos y se desfondaban, y en las colinas circundantes comenzaron a aparecer rifeños mirando atentos y expectantes los trabajos de los españoles. El caid El Hach Haddur Boaxa, que acompañaba a la columna española, aconsejó al comandante Villar no instalarse en la posición y regresar a Annual.

No obstante, los trabajos de fortificación continuaron. Los parapetos norte y este alcanzaron una altura de 1,30 metros a base de sacos terreros medio desechos. El parapeto oeste, donde quedaron asentados los cañones, estaban ridículamente cubiertos por tan solo dos o tres hileras de sacos. El sur de la posición estaba inclinado hacia abajo y cubierto a cierta distancia por unos espesos matorrales de más de un metro de altura, que el comandante Villar consideró que proporcionaban suficiente cobertura.

La alambrada tenía dos filas de piquetas clavadas en un terreno demasiado blando, por lo que era fácil arrancarlas, y con las piquetas muy separadas entre sí en algunos tramos. La distancia al parapeto era de unos 30 metros, y entre éste y la alambrada había grandes pendientes monte abajo ocupada con maleza y jaras, por lo que el enemigo podía acercarse sin ser visto. La pendiente era tal que en el frente oeste los cañones no tenían terreno que batir con espoleta a cero en un espacio muerto de unos mil quinientos metros.

A las 09:00 horas el general Silvestre llegó a Annual con intención de asistir a la ocupación de Abarrán, como era su costumbre. El coronel Morales se lo desaconsejó por desconocer el camino y por lo largo del mismo. Esto salvó la vida al general, pues posteriormente se supo que los rifeños no habían atacado antes porque estaban esperando la llegada a Abarran del general Silvestre. Así mismo, hubo una fuerte discusión entre el general Silvestre y el coronel Morales en la que se puso de manifiesto el gran desacuerdo que existía entre ambos sobre el éxito de la operación. El general Silvestre habló por radio con el comandante Villar, quien le informó que cerca de la posición se había colocado la harka enemiga en actitud expectante. En efecto, el número de rifeños seguía aumentando alrededor de Abarrán, llegando a totalizar más de 2.000 extendidos en varias lomas situadas a una distancia de entre 900 y 1600 metros al oeste y al norte de la posición. El nerviosismo aumentó en las tropas españolas.

A las 10:45 horas el comandante Villar consideró finalizados los trabajos de fortificación. A las 11:00 horas se emprendió el regreso a Annual, no por el camino que habían traído de madrugada, sino por otro que se dirigía directamente a Annual pasando por la posición de Dar Buimeyan. Los soldados avanzaban de prisa, casi corriendo, temerosos y presintiendo una emboscada, con poco orden y cohesión, dejando un largo rastro de hombres en el camino de forma que no se daba imagen de una fuerza militar organizada.

La posición quedó ocupando un recinto de 12 por 65 metros y en su interior quedaron 13 tiendas cónicas de campaña. Al mando de la misma quedó el capitán D. Juan Salafranca Barrios, cuyas fuerzas consistían en la harka amiga de Tensamán que había acompañado a la columna del comandante Villar, unos 200 policías indígenas y unos 50 soldados españoles:

  • Dos mías de Policía, al mando del capitán D. Ramón Huelva Pallarés.
  • Una batería de cuatro cañones de 75 mm, con 28 artilleros al mando del teniente D. Diego Flomesta Moya, con 360 cargas de metralla y granadas rompedoras.
  • Una sección de Regulares.
  • Una estación óptica servida por tres soldados de Ingenieros.
  • 40 cajas de munición para Mauser.
  • 4 cajas de munición para Remington.

Estas fuerzas eran totalmente insuficientes para el papel ofensivo que tenía pensado el general Silvestre para ella, especialmente cuando su ocupación se hizo en presencia de la harka enemiga. Además, jugaba en contra de Abarrán su posición geográfica: lejos de Annual, sin caminos y sin socorro cercano, en una zona de terreno escabroso y sin poder contar con obtener auxilio ninguno de la harka de los naturales del lugar.

A las 12:00 horas el general Silvestre regresó a Melilla satisfecho por la forma en que estaba desarrollándose la operación y pensando en otorgar una recompensa al comandante Villar por el éxito obtenido, mientras que el coronel Morales comentaba que quizás se había equivocado en su juicio negativo sobre la operación. El general llegó a Melilla sobre las 18:00 horas. A los pocos minutos comenzaron a llegar los partes desde Annual dando cuenta del ataque y pérdida de Abarrán.

ATAQUE A ABARRÁN

Sobre las 12:45 la columna del comandante Villar comenzó a cruzar el río Amekrán. Allí se ordenó que nadie se detuviese a beber agua y que acelerasen la marcha, pues se veía bastante enemigo bajar de los montes que dominan el paso del río. Estando todavía cruzando, el comandante Villar recibió la orden del general Silvestre de que dejara en Abarrán una compañía de ametralladoras, pero el comandante decidió no dar media vuelta para cumplir la orden, puesto que la unidad estaba cruzando el río.

A poco de cruzar el río, sobre las 13:00 horas, escucharon dos largas ráfagas de ametralladoras de unos 50 disparos cada una. Era la señal de que el ataque de los rifeños había comenzado. No podían ser armas españolas, porque el comandante Villar había decidido en su momento no dejar las dos compañías de ametralladoras del Ceriñola en la posición. Esta decisión se demostraría que fue un craso error, que lamentó incluso el propio Comandante General.

Seguidamente oyeron cañonazos procedentes de Abarrán. El comandante Villar, vergonzosamente, ordenó proseguir la retirada hacia Annual y dejar a la posición de Abarrán abandonada a su suerte, a pesar de saber que contaba con una importante fuerza combatiente en su columna: una mia de Policía Indígena, dos compañias de fusiles de Regulares, dos compañias de ametralladoras, dos compañias de Ingenieros y un escuadrón de caballería de Regulares. El sonido de los cañones de Abarrán les acompañó hasta llegar a Annual. Una vez en el campamento, pudieron seguir el combate por el ruido del cañón, hasta que se extinguió tres horas y media después del primer cañonazo.

Entre tanto, en Abarrán había comenzado el combate, que duraría unas cuatro horas, hasta cerca de las 17:00 horas:



NÚMERO DE BAJAS

Las tropas españolas sufrieron 141 bajas:

  • 25 muertos o desaparecidos (6 oficiales, 18 soldados españoles y 1 soldado indígena).
  • 59 heridos (24 soldados españoles y 35 soldados indígenas).
  • 76 desertores o desaparecidos indígenas.
  • 1 prisionero (teniente Flomesta).

Todos los oficiales menos uno (teniente Flomesta, que fue hecho prisionero), cayeron muertos. La relación de los 24 muertos y desaparecidos españoles es la siguiente:

  • Capitán D. Juan Salafranca Barrios, que recibió la Laureada por RO. de 10 de mayo de 1924.
  • Capitán D. Ramón Huelva Pallarés, de la Policía Indígena.
  • Teniente D. Vicente Camino López, de Regulares.
  • Teniente D. Antonio Reyes Martín, de Regulares.
  • Alférez D. Luis Fernández Martínez, de Policía Indígena.
  • Caid Mohamed Ben Haida Susi, de Regulares
  • Sargento Fidel Vidal Zubianz, de Regulares (desaparecido).
  • Cabo Manuel Jaen Reche, de Regulares (desaparecido).
  • Cabo Plácido Funes Caia, de Regulares (desaparecido).
  • Soldado Casimiro Pérez Balboa, de Regulares (desaparecido).
  • Soldado Juan Pérez Balboa, de Regulares (desaparecido).
  • Soldado Juan Fernández García, de Regulares (desaparecido).
  • Cabo Daniel Zárate, del mixto de Artillería (muerto).
  • Cabo Manuel González Iglesias, del mixto de Artillería (muerto posteriormente a resultas de las heridas)
  • Soldado Enrique Ramírez, del mixto de Artillería (desaparecido).
  • Soldado Julián Gil, del mixto de Artillería (desaparecido).
  • Soldado Domingo Gómez, del mixto de Artillería (desaparecido).
  • Soldado Ramón Grin, del mixto de Artillería (desaparecido).
  • Soldado Daniel Álvarez, del mixto de Artillería (desaparecido).
  • Soldado Eulogio Delgado, del mixto de Artillería (desaparecido).
  • Soldado Emilio González, del mixto de Artillería (desaparecido).
  • Soldado Agapito Jiménez, del mixto de Artillería (desaparecido).
  • Soldado José Barragán, del mixto de Artillería (desaparecido).
  • Soldado Enrique Durán, de Telégrafos de campaña (desaparecido).

El teniente D. Diego Flomesta Moya fue hecho prisionero para que arreglase los cañones y enseñase a los rifeños a usarlos. Se negó a ellos y a ser curado de sus heridas. Se negó acomer y de dejó morir de hambre. Falleció de hambre en cautividad el 30 de junio. Se le concedió la Laureada por RO. de 23 de junio de 1923.

Los supervivientes huyeron sin oficiales que les guiaran hacia las posiciones de Annual y Dar Buimeyan.



PARTES OFICIALES

Los partes y telegramas oficiales cursados entre el Comandante general, Alto Comisario y el Ministro de la Guerra fueron recopilados por el general Picasso e incluídos en su expediente. Pinche aquí para llegar a ellos y consultarlos.




FUENTES:

  • Servicio Histórico Militar. Historia de las Campañas de Marruecos. Tomo III. Madrid, 1981. Páginas 407 - 409
  • Palma Moreno, Juan Tomás. Annual 1921. 80 años del Desastre. Almena ediciones. Madrid, 2001. Páginas 60 - 66
  • Pando Despierto, Juan. Historia secreta de Annual. Ediciones Temas de Hoy, S.A. Colección Historia. Madrid, 1999. Páginas 122 - 127