HISTORIA MILITAR DE ESPAÑA
Campañas




GUERRA DE LA INDEPENDENCIA (1808 - 1814)

COMBATE DEL PUENTE DEL PAJAZO (21 de junio de 1808)

Primer intento español de disputar al mariscal Moncey en la línea del río Cabriel su entrada en Valencia [01].

El mariscal de campo D. Pedro Adorno había recibido la orden de defender el desfiladero de Las Cabrillas, posición muy ventajosa para contener el avance del mariscal Moncey sobre Valencia. No obstante, el general Adorno se dispuso adelantar la defensa hasta la línea del Cabriel, que poseía tres puentes en un frente de 14 kilómetros: el de Pajazo sobre la antigua carretera de montaña, el de Contreras 1.200 metros al sur y el de Vadocañas unos 12 kilómetros al sur de este último. A pesar de su decisión, el general Adorno se estableció en Requena, demasiado detrás del Cabriel, en lugar de hacerlo en Caudete, más próximo al río y con mejores comunicaciones sobre los tres puentes. Y lo que parece más increible: iba mandando unidades a los tres puentes conforme iban llegando, pero sin establecer ningún plan de defensa ni dar ninguna instrucción concreta de actuación.

Tal era la situación la mañana del 21 de junio, cuando las vanguardias de Moncey llegan al puente del Pajazo sobre el río Cabriel procedentes de Minglanilla:

  • Puente del Pajazo: defendido por 3.500 hombres encuadrados en unidades bisoñas de nueva creación, excepto el 1er. Batallón del Regimiento suizo Traxler nº. 5 (de unos 890 soldados veteranos) al frente de su jefe, el coronel Traxler, y un batallón de Guardias Españolas huido de Madrid al mando del brigadier D. José Ignacio Miramón (de unos 400 hombres). Nada más llegar los franceses a la vista del puente llegaron al mismo un batallón de Voluntarios de Requena con varios artilleros y zapadores escoltando cuatro cañones de grueso calibre enviados por la Junta de Valencia. Don Quintín de Velasco, oficial de ingenieros, construyó con los zapadores a la salida del puente un parapeto tras el cual se asentaron dos cañones apoyados por dos compañías de suizos de Traxler; en las alturas inmediatas se colocaron las otras dos piezas apoyadas por el resto del batallón Traxler, las Guardias Españolas y los Voluntarios de Requena.

  • Puente de Contreras: era de madera, se había inutilizado y estaba siendo vigilado por unos 300 hombres.

  • Puente de Vadocañas: defendido por el resto de la División, es decir, unos 4.500 hombres.

El mariscal Moncey decidió atacar el puente del Pajazo, que presentaba un vado que permitía vadear el río Cabriel al norte del citado puente. Para ello organizó dos columnas de ataque: una contra el puente y otra contra el vado. Mientras tanto, colocó dos cañones y un obús en las alturas que había frente a las tropas españolas para apoyar el ataque de ambas columnas.

El combate duró escasamente una hora. Mientras la artillería francesa neutralizaba con sus rápidas descargas los fuegos de la artillería española, la columna dirigida contra el vado logró atravesar el mismo amenazando desbordar el ala derecha del despliegue español. La posición del puente resultó insoostenible. Los paisanos se desbandaron en dirección a Villagordo y Caudete y los Guardias Españoles se retiraron hacia Mira. El 1er. Batallón de Traxler permaneció en su puesto intentando salvar los cañones y proteger la retirada del resto de fuerzas españolas. Las dos compañías desplegadas en apoyo a los dos cañones del puente quedaron rodeados de enemigos, que les ocasionaron 20 bajas entre muertos y heridos, y les obligaron a rendirse en número de 200 hombres. El resto del batallón, con el coronel Traxler a la cabeza, pretendió seguir las huellas de los Guardias Españoles, pero se extraviaron por las montañas al norte de Utiel y Requena; días más tarde fueron sorprendidos por una fuerza francesa, que les obligó a capitular.

Posteriormente, el coronel Traxler escribió un informe sobre la conducta de su unidad en este combate, que debió de ser considerado justificativo porque el regimiento suizo continuó formando parte del ejército español y en agosto de 1808 entraría victorioso en Madrid tras la retirada francesa a la línea del Ebro.

El combate del puente del Pajazo costó a los franceses tan solo nueve bajas entre muertos y heridos.

El mariscal de campo Adorno se dirigía ese mismo día hacia el puente del Pajazo cuando se encontró en Villagordo las fuerzas que huían del lugar del combate. En vez de retroceder a la posición del desfiladero de Las Cabrillas con el resto de sus fuerzas para organizar allí la defensa, el general Adorno lo dió todo por perdido y se dirigió al puente de Vadocañas para reunir las tropas allí desplegadas y avanzar hasta Jorquera para unirse a la División del general Llamas.

La indigna conducta del general Adorno, que propició la llegada de Moncey ante Valencia, motivó un proceso por negligencia a este general, que fue sancionado en 1810 con la pena de separación del servicio.




NOTAS:
    [01] Priego López. Historia de la Guerra de la Independencia. Tomo 2. pág,s. 88 y 89.