HISTORIA MILITAR DE ESPAÑA
Campañas




GUERRA DE LA INDEPENDENCIA (1808 - 1814)

ORIGEN DE LA GUERRA

El pueblo no sabía sino que los franceses habían invadido España, que tenían prisionero a su "buen" monarca y, en fin, que los franceses eran unos grandísimos herejes que no sentían respeto alguno por la santa religión.

Si bien toda la errante y deprimente política exterior y militar española del reinado de Carlos IV nos tenía abocados al enfrentamiento armado contra Napoleón en el momento en que no cupiese una sola acción más de humillación, la realidad es que las razones inmediatas de la Guerra de la Independencia se deben a tres factores:



La invasión de Portugal y España

Tras la firma de Tratado de Tilsit el 8 de julio de 1807 entre Napoleón, el zar Alejandro y el rey Federico Guillermo III de Prusia, el emperador francés ordenó a su ministro Talleyrand que intimase a los portugueses para cerrar sus puertos a los barcos ingleses antes del 1 de septiembre bajo amenaza de invadir el país con un ejército franco-español, cumpliendo de esta manera su decreto de Bloqueo continental dictado en Berlín el 21 de noviembre de 1806. A tal efecto, el 27 de julio Napoleón comenzó a tomar disposiciones para constituir en Bayona el denominado Primer Cuerpo de Observación de la Gironda, que se compondría de 20.000 hombres y cuyo mando se confió al general Junot el 2 de agosto.

A continuación, Napoleón ordenó el 25 de septiembre al general Michel Duroc, el Gran Mariscal de Palacio, que reanudara las conversaciones con el señor Izquierdo, el agente de Godoy en Francia, para tratar, entre otros asuntos, sobre la cuestión de Portugal. Las conversaciones se desarrollaron casi en su totalidad verbalmente en el palacio de Fontainebleau. Fruto de las mismas, España y Francia firmaron un mes más tarde, el 27 de octubre, el denominado Tratado de Fontainebleau, en el que se concertó la división y reparto de Portugal. Tres días más tarde se agregaron seis estipulaciones a modo de Convención que detallaban las medidas militares para la ocupación hispanofrancesa de Portugal. En él se convino la reunión en Bayona de un nuevo cuerpo francés formado por unos 40.000 hombres no más tarde del 20 de noviembre para reforzar las tropas españolas y francesas en caso de necesidad y hacer frente a un hipotético desembarco inglés en las costas portuguesas.

Coincidiendo con el proceso de El Escorial contra el Príncipe de Asturias, y siguiendo las estipulaciones añadidas al Tratado, el 2 de noviembre Napoleón ordenó la activación de la formación del Segundo Cuerpo de Observación de la Gironda, cuyo mando fue encomendado al general Dupont, al que se le ordenó establecer su 1ª División en Vitoria para proteger las comunicaciones con Junot.

Por otro lado, la situación en España a raiz del proceso contra el heredero del trono era incierta; Napoleón quería garantizarse la alianza de España, aunque fuera a la fuerza. Por ello ordenó el día 5 la creación de una nueva unidad militar, el Cuerpo de Observación de las Costas del Océano, cuyo mando entregó al mariscal Moncey.

El día 6 de diciembre Napoleón ordenó a su ministro de la Guerra, general Clarke, que elpropio general Dupont entrase en España y que se estableciera entre Vitoria y Burgos, mientras Moncey debería avanzar hasta Bayona. Al mismo tiempo ordenó la creación de una División de Observación de los Pirineos Occidentales en Saint-Jean-Pied-de-Port, al mando del general Mouton.

El 23 de diciembre Napoleón ordenó que Dupont avanzara para situarse en Valladolid, en disposición de marchar sobre Portugal o sobre Madrid; que Moncey entrara en España para situarse en Vitoria; que la división del general Mouton marchase sobre Pamplona, y que antes del 1 de enero de 1808 se crease en Perpiñan una nueva unidad, la División de Observación de los Pirineos Orientales, que se convertiría en el Cuerpo de Observación de los Pirineos Orientales, al mando del general Duhesme.

El 18 de febrero de 1808 Napoleón reforzó el cuerpo del mariscal Moncey con nuevas unidades, sustituyó al general Mouton por el general Merle al mando de la división de Pamplona, creó una 2ª División de Observación de los Pirineos Occidentales, a cuyo mando colocó al general Verdier, y envió a Bayona un Destacamento de la Guardia Imperial preparado para entrar en España en el mes de marzo.

El 20 de febrero nombró a su cuñado Murat, Gran Duque de Berg, como su lugarteniente en España, al mando de todas las tropas franceses.

El 19 de marzo nombró al mariscal Bessières comandante en jefe de las fuerzas que guarnecen la Alta España, con misión de mantener el orden y vigilar las tropas españolas de Galicia.

Al iniciarse las hostilidades entre España y Francia, el ejército imperial de Napoleón en la Península Ibérica sumaba un total de 116.979 hombres divididos en el Ejército de Portugal, al mando del general Junot, y el Ejército de España, al mando del mariscal Murat; este último totalizaba 92.001 efectivos, de los que 18.000 eran soldados veteranos (una quinta parte), 13.000 eran soldados extranjeros (suizos, italianos, westfalianos, irlandeses y prusianos) y 61.000, es decir, las dos terceras partes, eran jóvenes reclutas deficientemente equipados, entrenados e instruidos.



La puesta en libertad del favorito Godoy

Tras quince años de casi ininterrumpida privanza, la animosidad contra Godoy había ido creciendo en todas las clases sociales del país. El pueblo le hacía único responsable de las calamidades y miserias que padecía, a consecuencia de las prolongadas guerras contra Inglaterra. Además, le hacía culpable de la desastrosa derrota naval de Trafalgar. El clero que reprochaba haber puesto en venta, con autorización de la Santa Sede, de la séptima parte de los bienes eclesiásticos para conseguir fondos para el Tesoro, pues el país estaba casi en la bancarrota. Por último, la noblesa se sentía humillada por la prepotencia de un hidalgo advenedizo, encumbrado hasta las más altas gradas del trono y del gobierno del país por medios no del todo claros y que algunos juzgaban indignos.

Así las cosas, el proceso del El Escorial contra el Príncipe de Asturias supuso el primer atisbo de la fuerza del partido "fernandino". Por ello, cuando en la tarde del 19 de marzo se conoció en Madrid la noticia de la prisión de Godoy en los actos del Motín de Aranjuez, al anochecer se formaron numerosos grupos de alborotadores frente a su casa que asaltaron y saquearon su casa a los gritos de "¡¡Muera del choricero!!" y "¡¡Viva el Rey!!". Como consecuencia del motín, Fernando VII consiguió que su padre Carlos IV abdicara en su persona, iniciando a continuación la persecución contra los representantes del régimen depuesto. De este modo, se decretó la confiscación de todas las propiedades de Godoy y el procesamiento y prisión de sus más directos colaboradores.

Pero Fernando VII, consciente de la escasa legitimidad legal de su entronización, deseaba contar con el reconocimiento del emperador Bonaparte. Y a ello dedicó todos sus esfuerzos hasta su viaje a Bayona y posterior "secuestro". En esta situación de vacío de poder, Napoleón decidió cambiar la dinastía Borbón reinante en España desde Felipe V por otra nueva dinastía personificada en su persona. Para ello concibió un plan consistente en no reconocer la dudosa entronización de Fernando VII, reconocer a Carlos IV como legítimo rey de España, y conseguir que éste abdicara, no en su hijo, indigno por haberse sublevado contra el Rey, sino en el emperador. Para ello necesitaba del concurso de Godoy, quien conocía los entresijos del país y tenía influencia en Carlos IV. Pero antes debía ponerse en libertad a Godoy, y esto fue lo que ordenó a su lugarteniente Murat, añadiendo que el favorito viajara a continuación a Bayona al encuentro del rey Carlos IV.

El 10 de abril Murat insistió sobre la libertad de Godoy a la Junta de Gobierno nombrada por Fernando VII, diciendo que había recibido un mensaje del propio Fernando en ese sentido el día anterior. La Junta dudó, ordenó al Consejo la suspensión del proceso contra Godoy y consultó al rey Fernando VII, alojado en Vitoria, el asunto por escrito. Como Fernando VII contestó con ambigüedades, cuando el 20 de abril Murat insistió de nuevo sobre su petición, jugando astutamente sobre la posibilidad de que el emperador reconociese al padre y no al hijo como legítimo rey de España. La Junta cedió y ordenó la liberación de Godoy, resolución que fue publicada en la Gazeta del 21 de abril.

Documentos:
Oficio de Murat del 20 de abril
Documentos: Resolución de libertad de Godoy

El marqués de Castelar, encargado de la prisión de Godoy, recibió la orden de su liberación y entrega a los franceses. El marqués se trasladó a Madrid para confirmar la veracidad de la orden. Una vez confirmada, fue tal la repugnancia que sintió que dimitió de su cargo y suplicó que la entrega a los franceses no la hicieran los Guardias de Corps, sino los granaderos provinciales. Sin embargo, el infante Don Antonio, tío de Fernando VII y presidente de la Junta de Gobierno, le contestó diciendo que "en aquella entrega consistía que su sobrino fuese Rey de España", tras lo cual el marqués cedió en su postura. Godoy fue liberado y entregado a las 23:00 horas del 20 de abril al coronel francés Martel, quien le condujo libre hasta Bayona al encuentro de Carlos IV.



El secuestro de Fernando VII El Deseado





FUENTES: