Estúpido estado de guerra entre España y Rusia en el que no se llegaron a romper las hostilidades

En 1799 el zar Pedro I fue investido Protector y Gran Maestro de la Orden de San Juan en Jesuralén por los caballeros de su imperio. Carlos IV se creyó en el caso de negarse al reconocimiento de tal investidura, ya que el zar Pedro I no pertenecía a la comunión Romana.

La negativa española, unidad al fracaso de las gestiones rusas para apartar a España de la alianza con Francia, determinaron que Rusia declarase la guerra a España el 9 de septiembre de 1799. El nuevo estado de guerra no tuvo consecuencias prácticas, pues tras la batalla de Marengo Rusia cambió su actitud, y pasó a ser amiga de Francia y enemiga de Inglaterra.

En marzo de 1801 el zar de Rusia fue asesinado. A la muerte de Pedro I, el nuevo zar Alejandro I, hombre de caracter tolerante y bondadoso, notificó a España su elevación al trono, y sus buenas disposiciones permitieron establecer la paz el 4 de octubre de 1801.