HISTORIA MILITAR DE ESPAÑA
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EL INCIDENTE DE LAS ISLAS MALVINAS (1766 - 1770)

Toma de posesión británica de las islas Malvinas, como una muestra más de su voracidad imperialista, y reacción española, cuyo rey Carlos III estuvo al borde de ir a la guerra. No obstante, el incidente se saldó con una nueva humillación y otra muestra más de la incapacidad española de defender sus posesiones.

Todo estudio sobre la disputa de las Islas Malvinas comienza indefectiblemente con el tema del descubrimiento. En vista de la importancia que el tema ha cobrado en ocasiones como sustento para sus reclamos, los países reclamantes presentan como evidencia absoluta el descubrimiento del archipiélago por tal o cual navegante de su país. Paradójicamente, los estudios y teorías sobre los posibles descubridores concuerdan en que es casi imposible determinar con exactitud quien fue su verdadero descubridor.

Lo que sí se sabe es que fueron avistadas por primera vez en el siglo XVI. No obstante, el misterio es parte del descubrimiento de las islas, donde navegantes de tres países han sido acreditados como los primeros que avistaron las islas. Semejante controversia no sorprende en razón de los primitivos que eran los instrumentos de navegación y la incompleta cartografía empleada por los navegantes del siglo XVI.

A partir de la literatura existente es posible elaborar una lista de las diversas expediciones que unos y otros consideran como descubridoras:

1. Américo Vespucio (1501/1502); origen español.

2. La expedición de Magallanes de 1520; origen español

3. La nave Incógnita y Alonso de Camargo, 1540; origen español

4. John Davis, 1592; origen ingles

5. Richard Hawkins, 1594; origen ingles

6. Sebald de Weert, 1600; origen holandés

1_ Américo Vespucio: En su carácter de primer navegante en visitar el Atlántico Sur, Américo Vespucio ha sido señalado como el primer descubridor de las islas. En una carta, el navegante relató que habiéndose alejado de la costa de lo que hoy es Patagonia debido a un temporal, en medio de la tormenta, avistó "una tierra nueva sin puerto ni habitantes. Groussac señala que la costa avistada era en realidad los acantilados de la Patagonia. Pero sus determinaciones geográficas son tan imprecisas y sus noticias tan vagas, que hace imposible una estimación exacta de su itinerario. Por tal motivo la idea que este navegante fue el primer descubridor carece de sustento.

2_ La expedición de Magallanes: Si bien es cierto que su expedición de 1519-1520, "permitió el relevamiento cartográfico de toda la costa patagónica", este navegante, "no estableció la geografía ni de Tierra del Fuego, ni las Malvinas". A ello se agrega la ausencia total de un testimonio del descubrimiento

3_ La nave Incógnita y Alonso de Camargo: Tanto Goebel como Destefani señalan como el más probable descubridor de las islas Malvinas a una nave que el primero bautizó con el nombre de Incógnita, a falta de su verdadero nombre. La expedición tenía por objeto la colonización de la zona del Estrecho de Magallanes Pero allí sufrieron un temporal y la Incógnita se separó del grupo. En los últimos días de enero, la nave llega a lo que se cree que son las Malvinas.

Posteriormente la cartografía del estrecho que figura en el texto Islario de Alonso de Santa Cruz, publicado poco después del retorno de la Incógnita (1541) incorpora dos pequeñas islas en línea paralela al Estrecho de Magallanes. Esto apoyaría la adjudicación del descubrimiento a esta nave.

4_ John Davis: Los británicos señalan rotundamente como el verdadero descubridor de las islas a John Davis. Por razones poco claras la Desire (nave en la que viajaba Davis) se separó de la expedición y empujada por una tormenta, el 14 de agosto de 1592 descubrió las islas Malvinas. Los críticos de este descubrimiento sostienen que el relato se parece notablemente al Islario antes mencionado, que no se acompaña ninguna descripción de las tierras avistadas, que los detalles son muy imprecisos y, que el relato apareció después del regreso a Holanda del navegante Sebald de Weert.

5_ Richard Hawkins: Pocos años después que Davis, en junio de 1593, zarpó el corsario inglés Richard Hawkins en la nave Dainty. Su misión era atacar poblaciones y establecimientos en el Pacífico. Según su relato posterior, el 2 de febrero de 1594, cuando la nave alcanzó aproximadamente los 48° S. de latitud, avistaron una tierra que no figuraba en ninguna carta. En general se le aplican las mismas críticas que a su predecesor, además del hecho que las Malvinas se hallan más al sur de la latitud señalada por él.

6_ Sebald de Weert: Finalmente, le cupo a un navegante holandés el primer avistaje comprobado y no objetado. Sebald de Weert al mando de la nave Geloof descubrió tres islas que bautizó como Sebaldinas.

Durante todo el período hasta 1764, las islas fueron visitadas por marinos holandeses, franceses e ingleses. Pero nadie ocupó o utilizó las islas de ningún modo hasta que los franceses lo hicieron en 1764, 172 años después del alegado descubrimiento británico por John Davis.

En octubre de 1689, la nave Welfare, bajo el mando de John Strong partió de Inglaterra con destino al Pacífico. En enero de 1690, empujado por los vientos alcanzó las Malvinas. Al día siguiente, desembarcó para aprovisionarse de focas y pingüinos. Esta operación produjo el primer desembarco de ingleses en las islas. Para Goebel este desembarco no tuvo ninguna consecuencia legal dado que no hubo toma de posesión formal de las islas u ocupación.

Por otra parte desde 1493 a través de la bula papal Inter Cietera y del Tratado de Tordesillas, celebrado entre España y Portugal en 1494, el archipiélago estaba dentro de la jurisdicción de la Corona española

La Guerra de los Siete Años (1756-1763) había concluido catastróficamente para Francia que perdió casi todo su imperio colonial a manos de los ingleses. A España tampoco le había ido bien, especialmente en Norteamérica. Allí, también a manos de los ingleses, perdió Florida y todas las posesiones al este del Mississippi.

De inmediato, Francia intentó comenzar a reconstruir su imperio colonial a expensas de España y el gobierno de aquel país consideró entre otras propuestas, colonizar a las Malvinas. Para emprender la tarea, se ofreció Antoine Louis de Bougainville, a quien las islas le eran familiares por las historias de los navegantes y por haber leído el libro de los viajes de Anson. Con el consentimiento de su gobierno, Bougainville preparó una expedición que zarpó de Saint. Maló el 15 de septiembre de 1763. El 31 de enero del año siguiente arribaba a las islas. En la isla Soledad fundó la primera colonia en las Malvinas, Puerto Louis, el 17 de marzo de 1764. Con fecha 5 de abril de 1764 toma posesión formal de las islas en nombre del rey Luis XV. Hacia principios del año siguiente, la colonia alcanzaba los 150 colonos.

La noticia del asentamiento de una colonia francesa en las islas disgustó y preocupó a la corte española que visualizó el peligro potencial que significaba. Si España autorizaba la colonia en el Atlántico Sur, seguramente los británicos seguirían el ejemplo y se abriría la región al enemigo

Cabe recordar que ya en el año 1706 marinos franceses le habían dado a las Islas el nombre de Malouines pero que los españoles alteraron la denominación por Malvinas. Ante tales atropellos España reaccionó con energía. Reclamó a Francia por la presencia de Bougainville.

En septiembre de 1764, España comenzó las negociaciones con Francia. El gobierno francés accedió rápidamente a las peticiones españolas y sugirió a dicho gobierno que negociase directamente con Bougainville. Así lo hicieron en agosto de 1765. En abril de 1766, el marino francés aceptó como indemnización de España el pago de una suma de 618.000 libras tornesas para su compañía.

A partir de entonces los franceses nunca más reclamaron derecho alguno sobre las islas. El 1 de abril de 1767 España se hizo cargo formalmente de Puerto Luis e, inmediatamente cambiaron su nombre por el de Puerto Soledad. La nueva colonia pasó a depender de la gobernación de Buenos Aires, en ese momento ocupada por Francisco P. Bucareli. Fue designado gobernador de la nueva colonia Felipe Ruiz Puente. De esta forma, los españoles agregaron a sus derechos, además del reconocimiento francés, los reconocidos por Francia basados en ser los primeros ocupantes. Ello mejoró, desde el punto de vista del derecho, el reclamo español sobre las islas.

Mientras, los ingleses tampoco habían perdido su interés por las islas. El 21 de junio de 1764, es decir, tres meses después de la fundación de Puerto Luis, partió de Inglaterra una expedición bajo el mando del comodoro John Byron a bordo de la nave Dolphin. Esta vez, la expedición fue preparada en el mayor secreto para evitar los reclamos españoles. En enero de 1765, Byron arribó a las islas y estableció una base en un lugar que bautizó como Puerto Egmont, en la parte noreste de la isla Gran Malvina. Según Goebel, Byron escribió: "Tomo posesión de este puerto y de las islas adyacentes en nombre de su Majestad el Rey Jorge III de Gran Bretaña, y las nombró Islas Falkland". El comodoro se limitó a explorar las costas vecinas y no tuvo noticias obre la existencia del asentamiento francés. En junio de 1765 llegaron a Inglaterra las noticias del éxito de Byron y dado su entusiasta informe, se decidió enviar otra expedición con el fin de establecer una colonia permanente. El 8 de enero de 1766 arribó a Puerto Egmont la segunda expedición británica bajo el mando del capitán John Macbride. Los ingleses continuaron ignorantes de la presencia francesa en las islas hasta que en marzo de 1766, le informan a Macbride de la existencia del establecimiento francés. Finalmente, el 2 de diciembre de 1766, los ingleses encuentran el asentamiento francés.

En febrero de 1768, con posterioridad al traspaso de la colonia francesa a España, la corte española ordenó a Bucareli combatir y expulsar cualquier asentamiento británico. En noviembre de 1769 los españoles e ingleses se encuentran. En febrero de 1770, una fragata española, al mando de Fernando de Rubalcava localizó finalmente Puerto Egmont. Se cruzaron amenazas entre él y el capitán inglés, Hunt. Ambos reclamaban para su propio rey los derechos de posesión de las islas y se acusaban mutuamente de ocupar territorio que no les correspondía y se ordenaban la evacuación inmediata. Para poner fin a la situación, Bucareli organizó desde Montevideo una fuerte expedición para expulsar a los británicos y la puso al mando de Juan Ignacio de Madariaga. Sus órdenes eran terminantes. El 4 de junio el escuadrón español se presentó ante Puerto Egmont y luego de intercambiar mensajes con los ingleses y de no obtener una respuesta favorable decidió actuar. El 10 de junio Puerto Egmont se rindió luego de alguno disparos. Cuando la noticia llegó a Inglaterra todo el hecho se transformó en una cuestión de honor y no de derechos. Para agosto de 1770, Inglaterra y España estaban preparándose para la guerra. Francia se mostraba dubitativa respecto de apoyar a España, a lo que estaba obligada de acuerdo con el Pacto de Familia. Ante la duda francesa, España comenzó a ceder y ofreció negociar sobre los hechos y no sobre la soberanía. Gran Bretaña se mostraba aún difícil. Entonces, el rey de Francia recomendó a Carlos III, rey de España que aceptara el compromiso de reponer las posesiones británicas como eran antes del 10 de junio de 1770.

La capitulación se firmó el día 10. con ello se restablecía la Soberanía de España en las Malvinas.

Impuesto de la ocupación de Puerto Egmont.

Marquez Grimaldi dio a conocer al Gobierno de España que si se satisfacía el honor de Inglaterra, ésta posteriormente le devolvería las Islas.

Dado que España no podía hacer frente con su flota a la poderosa Armada británica, debía ceder, por lo que manifestó por intermedio de Grimaldi, que el Rey desautorizaba la expedición de Bucarelli y apreciaba devolver Puerto Egmont, siempre y cuando no afectara la Soberanía española sobre las Islas y quedaría entonces como antes de la expulsión. Además los españoles solicitaban la desautorización de Hunt o el abandono de la posesión por parte de ambas naciones; esto no se aceptó. El espectro de la guerra se hacía cada vez más nítido.

El tiempo transcurría y los españoles estaban cada vez más escépticos, ya que el estricto cumplimiento de los pactos no era precisamente una característica de los ingleses.

Lo único que le importaba a España era que los ingleses desocuparan Puerto Egmont de una vez, ya que la Soberanía de España igualmente había estado resguardada; ello se había dejado en claro en las declaraciones firmadas el 22 de enero de 1770

El 23 de abril de 1774 arribó a Puerto Egmont el buque de abastecimiento "Endeavour", con la orden de evacuación del establecimiento, que fue recibida con optimismo por la dotación inglesa porque eso ponía fin a la soledad, a las privaciones, al viento, al frío y a las paupérrimas condiciones de vida en las Islas. Los ingleses dejaron sus marcas, nombres e inscripciones, y a fines de mayo de 1774, siendo Gobernador el Capitán de Fragata Don. Francisco Gil de Lemos y Tabeada se alejan de las Islas, que vuelven a integrar el patrimonio de la Soberanía de Buenos Aires. Y otra vez España asienta su total Soberanía y prestigio que durante tantos años fue acometido por la codicia del inescrupuloso imperio británico.

Luego de la evacuación definitiva de este asentamiento, no se intentó ninguna nueva fundación inglesa ni tampoco volvió a discutirse la cuestión de la soberanía o los derechos españoles A partir de ese momento, desde Puerto Soledad, España ejerció la administración absoluta e ininterrumpida del archipiélago hasta febrero de 1811. Durante ese período, actuaron 18 gobernadores.

En un principio, la principal tarea de los gobernadores de las islas fue la de inspeccionar anualmente Puerto Egmont, con el objeto de verificar que los británicos no se habían reinstalado. No obstante, el lugar continuó siendo visitado por loberos y balleneros de ese país a los que posteriormente se les agregarían los norteamericanos. A comienzos de 1780, dada la situación de guerra que se vivía por la intervención española en apoyo de los rebeldes de América del Norte, el Virrey Vértiz ordenó a uno de los buques que partían para el abastecimiento y relevo de las islas arrasar a los restos del ex-asentamiento inglés.

Anualmente zarpaba desde el puerto de Montevideo una expedición de aprovisionamiento. Además, en previsión a amenazas portuguesas o inglesas, dicho puerto contaba con una fragata de guerra que debía relevar a otra similar con estación permanente en las islas. Un signo de la decadencia española fue que a medida que transcurría el tiempo, la unidad naval iba decreciendo en porte hasta llegar a ser una simple sumaca. En las islas no había colonos y la población permanente consistía en oficiales, tropa y presidiarios. Las condiciones de vida en las islas eran precarias.

Prevalecía la monotonía y el clima era muy riguroso. Sus pobladores dependían en gran medida de la llegada anual de los pertrechos y abastecimientos. Sin duda, el mantenimiento de dicha estación era costoso para la Corona pero su posición estratégica lo justificaba.

La actividad más importante continuó siendo la navegación y exploración de las costas de las islas para evitar los asentamientos no autorizados. Además, rutinariamente se trabajaba en el mantenimiento de la artillería. Durante ese período en las islas se vivieron momentos de alarma conforme evolucionaba la situación internacional.

Quedó establecido que según la percepción oficial británica de la década de 1920, los títulos británicos anteriores a 1774 habían perdido su validez en 1790, de donde la supuesta legitimidad de la posterior toma de las Malvinas de 1833 debe basarse en otros argumentos (por ejemplo, que la Argentina no era el Estado sucesor de España en esas tierras)

Para el tiempo de la Revolución de Mayo, el gobernador de Montevideo, Gaspar de Vigodet, resolvió concentrar las fuerzas militares para enfrentar el levantamiento y ordenó evacuar la estación de las Malvinas. En enero de 1811, el último gobernador español de las islas, Pablo Guillén, cumplió con las órdenes y evacuó el personal, cañones, documentos y otras pertenencias. Al igual que los británicos años antes, colocó una placa de plomo en el campanario de la capilla con la siguiente inscripción:

Esta isla con sus Puertos, Edificios, Dependencias y cuanto contiene pertenece a la Soberanía del Sr. Fernando VII Rey de España y sus India, Soledad de Malvinas 7 de febrero de 1811 siendo gobernador Pablo Guillén.

Dos días más tarde los españoles zarparon y abandonaron las islas con el propósito de volver, luego de 37 años de ocupación indiscutida del archipiélago.

http://www.monografias.com/trabajos27/islas-malvinas/islas-malvinas.shtml

http://www.monografias.com/trabajos27/islas-malvinas/islas-malvinas.shtml#ixzz3Rw3vhrtq

Realizado por:

Marcos Arnoten

Javier Bragazzi

Cesar Zabala de Merlo

Bs As, Argentina.

Estudiantes secundarios.

Tras finalizar la Primera Guerra del III Pacto de Familia los británicos no perdieron ocasión para seguir atropellando los intereses españoles. Tres años después de firmada la paz en 1763, ocurrió el denominado "incidente de las islas Malvinas", que estuvo a punto de desemcadenar una nueva guerra entre Carlos III y Jorge III.

Las islas Malvinas están situadas frente a las costas de Sudamérica, a unas ochenta leguas al este del estrecho de Magallanes. Fueron descubiertas en el siglo XVI por los primeros marinos españoles que pasaron al Pacífico. En ese siglo ya constaba su descripción complet en la Secretaría de Indias con el nombre de la islas de los Leones. Durante los siguientes años fueron visitadas por diferentes navegantes ingleses, franceses y holandeses. Es de destacar que en 1748 los británicos habían reconocido formalmente los derechos españoles sobre el archipélago.

El piloto español don Santos Mathei visitó de nuevo las islas y en 1763 propuso al rey Carlos III realizar en las islas nuevos actos de soberanía para España. Pero se le adelantó una expedición francesa que en 1764 fundó un pueblo en la isla mayor del archipiélago. Conocido el hecho por el gobierno español, hizo una reclamación al francés, quien atendió la solicitud española y reconoció la soberanía de ésta sobre las islas, si bien el Tesoro español tuvo que pagar 618.108 libras a la compañía de mercaderes de Saint Maló que fundó el asentamiento en calidad de indemnización. Como consecuencia, el 1 de abril de 1766 los franceses hicieron entrega del pueblo al capitán de navío d. Felipe Ruiz Puente, como gobernador de las islas.

Pero un poco antes de que los franceses finalizaran su evacuación, llegó al archipiélago una escuadra británica de tres fragatas. Los ingleses desembarcaron en una de las islas y construyeron una serie de casas, un fuerte y una batería de 24 cañones. El capitán de navio Ruiz Puente protestó ante el jefe del destacamento inglés, pero éste contestó que las islas pertenecían a su soberano Jorge III, y le exigió que los españoles abandonasen las islas en un plazo de seis meses. Comunicada esta novedad al gobierno español, éste ordenó en febrero de 1768 al capitán general de Buenos Aires, D. Francisco Bucareli, que expulsase por la fuerza a los ingleses. Simultáneamente presentó duras reclamaciones ante la corte británica, cuyo espíritu denunciaba los propósitos belicosos de los españoles por el incidente. Ambas potencias iniciaron sus preparativos de guerra, mientras daban comienzo duras discusiones diplomáticas sobre el derecho de soberanía de las Malvinas.

Mientras España trataba de recabar el auxilio de Francia invocando el Pacto de Familia, el gobernador Bucareli organizó una expedición para liberar las islas que, llegada en junio de 1770, obligó a rendirse el dia 10 a la guarnición británica. Los ingleses fueron embarcados en la chalupa de guerra Favorita y devuelta a su país en septiembre de ese año. El hecho produjo una enorme conmoción en Inglaterra, donde el pueblo consideró el hecho como un insulto y pidió la inmediata declaración de guerra.

La situación entre España e Inglaterra se deterioró al extremo de llegar a la retirada de los embajadores. Pero en diciembre de 1770 el rey Luis XV comunicó a su primo Carlos III que no deseaba el rompimiento de las hostilidades, y recomendó al español hacer un pequeño sacrificio en beneficio de la paz. Carlos III se vió solo ante el coloso inglés, y renunció a la guerra. Reanudó las negociaciones y sufrió una nueva humillación por parte de los británicos. España fue obligada por éstos a devolver la isla de donde habían sido expulsados los soldados británicos y a reprobar el acto del capitán general Bucareli, si bien ésto no pondría en cuestión el derecho anterior de soberanía sobre las islas. Cumplido el acuerdo, ambas potencias desmovilizaron las fuerzas navales que tenían listas para comenzar la guerra.

Las islas Malvinas estuvieron poco tiempo en poder británico, pues fueron abandonadas en 1774. Los españoles volvieron a establecerse en ellas inmediatamente después de forma permanente.





FUENTES: